Capítulo 7

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No íbamos a funcionar, a ti te da miedo sentir y a mí lo único que me da miedo es que no me alcance la vida para sentirlo todo.

Anonimus-

—Señorita Miller y Jones, felicitaciones.—felicitó la señora Hoffer.—Obtuvieron la nota más alta de todo el curso, una gran sorpresa para todos señorita Miller.

Idiota.

Busqué con la mirada a Chase y esté ya tenía sus ojos puestos en mí, le sonreí y esté me guiño su ojo.

La clase con la señora Hoffer fue increíble, no estaba tan intensa cómo de costumbre hasta logré participar en su clase sin que fuese una condena.

La clase ya había terminado así que salí corriendo apenas sonó la campana.

—¡Ada!.—Chase venía a toda prisa hacía mi.

—Joder, vas a desmayarte.—mencioné al ver cómo su respiración se entrecortaba.—Debería decirle al entrenador que te ejercite.

Su cara de horror me hizo carcajear.

—¿Quieres almorzar conmigo hoy?.—preguntó.

Mi mente se quedó en blanco por unos minutos, después de esta clase teníamos periodo libre porque los profesores estaría en una junta.

Chase se veía ansioso por mi silencio.

—Solo es un almuerzo de amigos.—agregó.

Sonreí y asentí, por supuesto que me encantaría almorzar con él.

Mi mente viajó a una persona muy idiota, tenía que avisarle que no me iría con él pero nos veríamos en casa de su padre en la noche.

—Déjame recoger mis cosas, y te espero en tu...—no recordaba en que se desplazaba Chase así que me detuve.

—Una moto, y está justo al lado del carro de Nguyen.

Asentí y me marché para buscar a Elika, sabía que estaría con el entrenador solo tenía que irme rápidamente hasta la otra parte del campus.

Divisé a Elika entre el montón de corpulentos de ahí. Maldición, esos hombres son un pecado andante, en especial Elika, verlo sin camisa era algo totalmente diferente, era ver cómo un maldito Dios griego.

Joder.

—¡Nguyen!.—grité.

Y me arrepentí de inmediato la ver cómo todos esos chicos subían su cabeza para verme.

Elika se apartó de todos y corrió hacía donde yo me encontraba, esa imagen de Elika corriendo mientras su cabello se pegaba a su frente por el sudor, Dios mío, su sudor recorría todo su cuerpo:

—Ven, saluda al equipo.—me atrajo con su mano hacia él.—Faltan cinco minutos de práctica, y ya nos podremos ir.

—Elika, no, quede con Chase para almorzar.—informé.

Él detuvo su paso, y me soltó la mano.

—¿Con Jones?.—preguntó incrédulo.

No me sueltes. Where stories live. Discover now