Día de los Inocentes

4 0 1
                                    

—¡Ahhhhhh!

Me despierto con dos serpientes de serpentina en toda la cara. Anoche llegamos por la noche (hora estadounidense) y con el jet lag (por estar todo el rato yendo de ahí para aquí últimamente) 

—¡INOCENTE, INOCENTE! —exclama Jordi saltando a la cama.

—Deberías de estar aquí durmiendo conmigo... Apenas dormimos en el avión —protesto.

—Ya son las once. Hay que trabajar. Estoy planeando cómo van a ser las clases el próximo semestre.

—Ahora en serio, ¿cuántas horas has dormido, Jordi? 

Seguro que ha dormido como unas cinco horas, luego se ha puesto a trabajar y se ha quedado despierto hasta ahora.

—¿Eso qué importa? Te he traído un chocolate caliente, para que te vayas despertando.

—Gracias, amor —me despierta con un beso en los labios.

Sorbo un poco...

—¡¡¡AYYYYY!!! ¡¡¡ESTÁ SALADO!!! ¡¡¡JORDI!!!

—¡¡¡INOCENTE, INOCENTE!!!

—¡TE VAS A ENTERAR! —grito y salgo corriendo en pijama por todo el apartamento.

Corremos un buen rato hasta que al final se cansa y se tira en el sofá y yo le sigo y me atrapa entre sus brazos. Luego, bosteza.

—¡Lo ves cómo también estás cansado! ¡Vamos a dormir otra vez! Apenas hemos dormido...—protesto a la vez que bostezo.

—Sí, tienes razón —miente y se hace el dormido, roncando falsamente.

—¡Eh! —le doy un codazo.—¡Despierta, dormilón!

—Estaba actuando.

I know...

Y empezamos a besarnos y abrazarnos. Nos quedamos en silencio, mientras miramos el techo.

—¿Qué vamos a hacer cuando el semestre empiece?

—Seguir con nuestras vidas.

—Ya, Jordi. Eso lo sé, pero digo con lo nuestro. Decanato puede ponerse muy serio.

—Cari, ve poco a poco. Disfrutemos mientras podamos.

—¡Yo no pienso seguir ocultándome ni disfrazándome, Jordi! El amor no se oculta, sino se transforma. Se convierte en algo mejor, en algo bueno.

—Lo sé, Esther. Relax. We will figure it out. We always do.

—Ok, darling —y nos volvemos a besar.

Este primer cuatrimestre salimos lo justo y necesario pero bien. Con citas de diez, con mensajes de texto cada dos por tres, pero también concentrándonos en nuestro trabajo: él impartiendo clases de inglés y yo estudiando. Espero que siga así el resto del curso. 










NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora