La Hora de las Luces.

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—No es siempre —intervino la mujer, su voz amable y suave —Esta vez es especial.

—Queríamos conocerlo —señalo el hombre a el dragón —Hum, muy bonito. No tanto como mi Yukiko, pero casi. Buena elección.

—Deja de joder y lárgate.

El bicolor agarro despacio el brazo del más bajo, para darle a entender que no podía seguir su conversación y que quería ser parte de ella. El de ojos rojos asintió, no quiso ser grosero, solo se sentía frustrado de que su tiempo con su prometido hubiera sido interrumpido por dos...seres tan extraños y metidos.

— ¿Escuchaste de Ashido y Sero las historias de que El Gran Zorro de la Luna Roja y la Diosa Lunar se podían aparecer durante la Hora de las Luces? —preguntó el cenizo, para saber si tenía que darle una muy larga explicación o ir al punto.

—Sí, no les creí del todo. Pensé que querían asustarme —se encogió de hombros el bicolor mirando a los dos seres con cautela —Kaminari estaba bastante entusiasmado por encontrarse con ellos.

—Creeme que no quiere eso —murmuró el más bajo —En fin, ellos son el Gran Zorro de la Luna Roja y la Diosa Lunar. Mí predecesor y la diosa es una fuente de energía, ha estado aquí desde hace mucho mucho tiempo. Nunca le han gustado los nombres que le han puesto, así que, llamarla solamente Diosa Lunar.

—O Luna —comentó la diosa —Como le guste más al dragón.

—Yo...estoy muy sorprendido —se puso nervioso el bicolor —Nunca pensé qué...

— ¿Que era posible que aparezcamos? Dragón, como criaturas dotadas de magia, la muerte no es el final de descanso que nos espera. Muchos de nosotros tendremos otras facetas más divertidas —sonrió el Gran Zorro —Una gran parte de nosotros sí empezará otro ciclo pero la otra parte hará lo que quiera. Yo quería seguir jugando bromas a mis hijos, estar con mis nietos y ver la prosperidad del Valle de Anteri junto con Luna quien me protegió. Por esa razón permanezco aquí.

—A mí solo me gusta aparecerme con él cerca —dijo la Diosa Lunar —No tengo otro deseo aparte de ese.

Bakugou pensó que debería darle a Todoroki un momento para explicarle todo. La primera vez que estuvo delante de esos dos, a la edad de cinco años, también tuvo una gran cantidad de preguntas. Para empezar, la Diosa Lunar no parecía recordar a nadie más que al Gran Zorro de la Luna Roja, era un ente que si bien era divino, no poseía grandes poderes. Tenía sus ligeras excepciones en ocasiones pero parecía más que nada apegada a su predecesor y lo acompañaba en sus travesuras, como una madre velando por el bienestar de su único hijo. Por otra parte, el Gran Zorro de la Luna Roja sí era conciente de sí mismo, su historia y la de sus generaciones, adoraba jugar bromas a todos y solo visitaba en su forma real su hogar durante el Festival de la Luna Roja.

Hubiera deseado explicarle todo a su prometido para que no tuviera miedo de ellos pero no tuvo la oportunidad de hacerlo. El Gran Zorro de la Luna Roja le arrastró de los hombros y lo llevo hasta una punta cerca de la orilla del río, lejos del bicolor e imitó su imagen con su magia. Ya eran muy similares, solo que su antepasado tenía rastros más andróginos, haciendo que fuera difícil distinguir si era un hombre o una mujer. Pero ahora que adoptó su forma, parecía más joven, casi como si fuera su hermano menor y dejo que le colocará las palmas de las manos junto con las suyas, haciendo que sus brazos se flexionaran y se quedaron viendo fijamente.

—Un paso, dos pasos, tres pasos —canturreo el Gran Zorro —Sigue mis pasos.

—No tenga ganas de bailar...—desvió la vista hacia el bicolor, el cuál estaba junto con la Diosa Lunar y le miraba atentamente —Tengo que hablar con él.

La pareja del líder [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora