𝔐𝔦𝔡𝔤𝔞𝔯𝔡

145 9 1
                                    

Entre las cumbres de Mare Jivari, donde el viento no llegaba a soplar al igual que la esperanza en los corazones de esos aventureros que jugaban su vida explorando aquellas "fauces" de tal dragón ardiente, yacía una leyenda.

O tal vez, el renacimiento de una historia olvidada.

¿Alguna vez has escuchado del Fénix carmesí?

Una criatura ancestral, su historia se remonta a años de la creación de Teyvat.

Un Dios de fuego que creó su propia nación, nación que pronto le fue arrebatada por el antiguo Arconte Anemo. Era un nación prospera donde criaturas de baja estatura de pelaje negro con algunos toques de dorados, llamadas "Demonijes", eran las únicas que lo habitaban, sus ojos podían variar según la energía elemental que aquellas criaturas podían manejar. La nación fue olvidada y tras el golpe de estado por la reclamación de aquellas tierras, el ave fénix tras fallecer en manos del antiguo Arconte Anemo, dejó un gran cataclismo en su tierra, su nación prospera y llena de paz fue corrompida por su mismo sentimiento de ira por no poder ser capaz de defender a su propia gente.

Nadie de esa época quedó vivo para corroborar lo preciosa que era esta pequeña nación. Prados con flores preciosas que se extinguieron, los riachuelos, ríos y lagos eran de un color carmesí profundo debido a que en el fondo de esas aguas estaba lleno con rubíes.

El monte Ahnenerbe, que era tal alto como actualmente el pico Vingandr y pintoresco como las montañas de fontaine, fue corrompido por la ira del ave fénix.

Tal odio lo convirtió en un volcán que inundó toda la nación en un mar de lava...

Los Demonijes que no pudieron huir se quedaron como criaturas de piedra volcánica sin conciencia, los que escaparon fueron convertidos en ceniza por la maldición que lanzó el ave en el monte Ahnenerbe.

En los textos antiguos ni existe nada parecido a lo que les estoy contando, ni mucho menos algún pergamino con información verídica.

Pero lo único que le da peso a mi palabra es una página rasgada con un papel que es resistente a los 7 elementos, donde las letras brillaban como lava escurriendose por las grietas del volcán donde decía.

"Tras haberse desatado el cataclismo el Ave Fénix renacerá entre sus cenizas para reclamar lo que es suyo"

Hay muchas especulaciones referentes a qué pasó con los restos del antiguo señor de la nación de Midgard.

La respuesta es aún más fantasiosa de lo que en realidad las personas de Teyvat se acostumbran, ahora sólo se resume en una canción de cuna que le cantan a los niños de Mondstadt.

"La sangre se derramó,
Gracias al viento que usurpó,
La corona del Rey de Midgard.

El ave renacerá,
La profecía se cumplirá,
Las plumas volarán,
Mostrando con orgullo
Al nuevo Rey De Midgard

Una semilla nos mostrará,
El camino de la verdad,
Guiandonos a ese lugar,
Donde brota la libertad"

(. . .)

Su cabeza estaba agachada, sus brazos estaban amarrados junto con sus pies.

Encerrada en su propia mente, desesperada y angustiada por perder su vida, por pasar sus mejores años en esclavitud.

¿Qué es lo peor?

Todo está en su mente.

-Por favor, te lo suplico-su labio inferior tembló en ese momento de desesperación, sus manos estaban atadas y de sus ojos escurría un gran llanto, su nariz estaba roja e irritada y sus ojos hinchados.

Roses| Diluc RagnvindrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora