Ella era una simple chica enamorada el magnate más codiciado de la ciudad. Esa encantadora mirada y esos ojos carmesíes profundos cautivaron y atraparon su corazón desde la primera vez.
¿Le habrá pasado lo mismo a él?
El señor Diluc es conocido por...
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Antes de Leer:
La voz de Yaling es como la de Daijin de Suzume, para que tengan una idea de como suena.
Se adentró a las profundidades del Desfiladero de Jueyun, se preguntaba a sí mismo que como Adeptus rondando por todas esas tierras, jamás había visto a una criatura escamosa por estas partes.
Aterrizó en medio del lugar gracias a sus poderes como Yarksha anemo. Miró alrededor de las montañas tratando de no saltarse ningún detalle de las criaturas que allí vivían. Vio garzas, ranas, slimes y comadrejas. Revisó hasta la última piedra, pero en ningún momento se le ocurrió ir al pabellón en medio del lugar.
—Es una pérdida de tiempo estar aquí—estaba desesperado, su paciencia estaba por agotarse, repentinamente sacó su lanza y la apuntó hacia detrás de él—¿Quién eres?
Teníamos un visitante, un niño de cabellos azabaches y ojos amarillos intensos estaba en ese lugar, traía puesta una yukata roja brillante.
—Vaya, no recibo muchos invitados—esbozó una sonrisa, con curiosidad de acercó al yarksha, de pronto el niño flotó alrededor de él—Es una lanza muy bonita la que tiene allí—tocó el filo del arma, Xiao se puso en guardia, antes de que pudiera hacer algún movimiento, el niño regresó a donde estaba originalmente—¿Querías atacarme?—preguntó con cierta inocencia—Creo que esa no es una manera muy amistosa de visitar a alguien ¿No es así?
—No me interesa tu parloteo, vine aquí a buscar a una tal Yaling—agregó amenazante—¿Sabes de quién se trata?
Se llevó su mano al mentón estando pensativo.
—Yaling, Yaling, Ya, Ling...Hmmmm, me suena de algo ese nombre. Pero, no sé honestamente de quién me estás hablando—el niño levitó, extendió su mano izquierda hacia un lado y una lanza de piedra salió volando hasta su palma, le dio un giro y la apuntó hacia el adeptus—Yo soy Dilong, el dragón de tierra, protector de los ríos y arroyos de Liyue—las aguas del desfiladero se alborotaron convirtiendose en ríos sin brillo y revoltosos, aparecieron remolitos de agua detrás de Dilong, mostró una forma un poco más adulta, creció unos cuantos centímetros, en su cabeza aparecieron unos cuernos color ámbar y de su espalda una cola.
—¿Dilong? Jamás había oído de ti—Xiao se cruzó de brazos mirando de arriba a abajo al contrario.
En un segundo le cortó la escenita...
—¡¿Qué?! ¡¿Jamás habías oído de mi?!¡Soy el guardian de las aguas de Jueyun!
Xiao negaba con la cabeza, desmoralizó al contrario haciendo que este hiciera una escenita un tanto dramática tirándose al suelo y dándose golpes de pecho.
—Mis 2,000 años como guardian de estas tierras ha sido en vano, un desperdicio, una mentira...
Mientras Dilong se retorcía de tristeza y verguenza en el suelo, Xiao pudo darse cuenta de algo. Sacó la escama que tenía en el bolsillo, después de todas esas horas buscando por todos los alrededores, en el bosque de piedra, la montaña Hulao y finalmente llegar al Desfiladero, fue la primera vez que notó como brillaba con gran intensidad; clavó su mirada en el contrario.
