Spider-Verse: Hambre creciente

21 Noche del Lagarto

21 Noche del Lagarto

La voz de Gwen tenía un toque de humor seco mientras murmuraba para sí misma:

"...bueno, eso fue decepcionante".

Sus ojos se abrieron al contemplar el inmenso cambio que le había ocurrido al Lagarto. Su forma una vez familiar había sufrido una transformación radical e inquietante, ejemplificada por su intensa mirada y penetrantes ojos rojos.

Su cuerpo se había hinchado a proporciones masivas, recordando a un gorila, mientras que su cabeza se parecía a la de un temible Tyrannosaurus rex. Largas garras amarillas se extendían desde sus dedos, brillando siniestramente, y todo su cuerpo parecía resbaladizo con un brillo viscoso.

Reaccionando rápidamente al salto amenazante del Lagarto, Gwen instintivamente lanzó telarañas hacia él en un intento por contenerlo. Sin embargo, para su asombro, el Lagarto desgarró sin esfuerzo las redes con sus afiladas garras.

La realización de su fuerza mejorada envió una sacudida de urgencia a través de Gwen, ella saltó desde el techo, su ágil figura aterrizó sobre los enormes hombros del Lagarto.

Impulsada por una mezcla de determinación y resentimiento, desató un poderoso puñetazo, canalizando su fuerza en un solo golpe dirigido directamente a su cabeza de tiranosaurio.

El impacto resonó en el aire, golpeando al Lagarto con fuerza y ​​momentáneamente tambaleándolo. Sin embargo, su naturaleza astuta entró en juego cuando su larga cola cubierta de púas rápidamente se enroscó alrededor de Gwen, atrapándola como espinas enredando una rosa.

Frotándose el cuello por donde escapaba un poco de humo, una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro del Lagarto, una expresión siniestra de satisfacción.

"Spider-Woman... ¿ya has decidido mi oferta?"

No importaba cómo se retorciera o luchara contra su agarre, el agarre similar a un tornillo permaneció inflexible, dejándola temporalmente a su merced.

En un momento de aparente rendición, Gwen dejó de forcejear y fijó su mirada en el Lagarto y habló en un tono exagerado.

"Sí. He tomado mi decisión. Elijo unirme a ustedes. No deseo nada más que transformar grotescamente a todos mis amigos en viscosos lagartos".

Una sonrisa se extendió por el rostro del Lagarto, sus repulsivos dientes amarillos como los de un dinosaurio a la vista. Su cuello alargado asintió con aprobación mientras siseaba.

"Has demostrado ser digno. Juntos, nos embarcaremos en una campaña de conquista, gobernando sobre todo el planeta".

Cuando el Lagarto bajó a Gwen, un brillo travieso brilló en sus ojos. Con una sonrisa astuta, comenzó a aflojar su agarre, dándole a Gwen una falsa sensación de alivio antes de burlarse.

"Solo estaba bromeando-

Aprovechando el momento oportuno proporcionado por el ligero aflojamiento del agarre del Lagarto, Gwen rápidamente tomó medidas. Con la gracia y la agilidad propias de sus habilidades acrobáticas, saltó en el aire y le dio una poderosa patada doble a la cara del Lagarto.

"¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Luego se deslizó suavemente entre sus piernas, evadiendo su alcance. Desde su posición ventajosa, le dio un puñetazo contundente dirigido a su coxis, con el objetivo de alterar su equilibrio e infligir dolor.

El rugido enfurecido del Lagarto resonó en el aire cuando cayó de espaldas, sus intentos por recuperar el equilibrio resultaron inútiles.

Antes de que pudiera darse la vuelta para tomar represalias, Gwen desató una serie de golpes implacables en su estómago con una intensidad alimentada por su ira y determinación.