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ㅤA la caída del sol bajaron de la colina, apreciando la creación de los droides que estuvieron trabajando toda la tarde para recrear una copia idéntica de la vivienda de Luke a metros de distancia de ésta. Los invitados observaron con sorpresa la caseta de piedra que se alzaba antes de girar en la búsqueda del jedi, que no parecía nada sorprendido.

“No iba a dejaros dormir a la intemperie.”    Fue todo lo que respondió mientras encogía los hombros.   “Espero que no os importe compartir estancia. Está acomodado para los dos.”

ㅤEvana fue la primera en acercarse, poniendo un pie dentro para ver lo que Luke les había dicho. Parecía algo más pequeña que la del jedi a causa de las dos camas de bambú, pero se veía cómoda. Incluso había un camastro alzado para el pequeño mandaloriano y una colorida alfombra en medio para decorar el lugar, aunque la morena supuso que la intención era tener un espacio para meditar.

“Al menos no nos resfriaremos.”   Comentó ella al mandaloriano que estaba detrás, aún en la puerta.

“Es mejor que nada.”

ㅤ“¿Qué te pasa?”   Preguntó sin rodeos girándose para encararlo, alzando una de sus oscuras cejas.

“¿De qué hablas?”

ㅤ“Sabes perfectamente de lo que hablo.”

ㅤ“No. No lo sé.”

“Desde que he despertado te veo tenso. Apenas hablas, y cuando lo haces, son respuestas cortas y secas. Oye, Din, si no quieres estar aquí está bien, puedes irte. Puedes tomarlo como que está nuestra cuenta a cero por haberme traído aquí, pero no es necesario que te quedes si no te gusta este lugar. No necesito una niñera, y tampoco quiero ser una carga.”

ㅤLas palabras de la muchacha le molestaron más de lo que pretendían. Saber que ella pensaba que estaba siendo una carga para él le enfadaba y lo frustraba, porque en absoluto era así. Era, en realidad, todo lo contrario. Sí, se sentía responsable de su bienestar, pero no era solo por todo lo que hizo por Mandalore. También se debía a que había nacido en él ese sentimiento de necesidad hacia ella. Algo que no iba a admitir en voz alta. Mucho menos viendo como Evana y Luke tenían esa extraña química que le revolvía el estómago.

“No eres ninguna carga, Espectro.”   Se limitó a responder.

ㅤEl bufido de la mencionada no fue lo que hubiese querido que respondiese. Se veía en ella una mirada de desilusión, ¿o tal vez lo imaginó? Como si hubiese esperado que dijese otra cosa.

“Lo que digas, mando.”

ㅤComprendió entonces el sentimiento que tuvo ella sin siquiera saberlo cuando le llamó de esa forma. Tan fría, tan impersonal. Como si ellos dos fuesen dos desconocidos, y no prácticamente dos compañeros.
ㅤAntes de que el mandaloriano pudiese decir una palabra más, ella lo rodeó para salir del habitáculo y dirigirse a la fogata encendida en la que Luke y Grogu estaban sentados alrededor, siendo seguida por Djarin segundos después en silencio. Skywalker les saludó con una amable sonrisa que no debería molestar tanto a Din, pero que aún así seguía haciéndolo.
ㅤCenaron en silencio lo que les entregó uno de los droides y Evana se disculpó con la excusa de estar exhausta, agradeciendo a Luke su hospitalidad. Din solo pudo ver como se alejaba entrando en la caseta de piedra que compartían antes de suspirar, siendo observado por el jedi, que cada vez tenía menos dudas de lo que sucedía entre ellos. Poco después el mismo jedi también se excusó para irse a la cama y Din, después de comer un poco, alzó al joven Grogu y lo llevó junto a él para descansar un poco.


“¿Alguna vez has entrado en la mente de una persona?”

ㅤLa sorpresa que le hizo sentir aquellas palabras paró los pasos de la morena, que seguía el ritmo de Luke por ese paseo improvisado que emprendieron antes incluso de que el sol saliera, ni siquiera habían despertado padre e hijo. El jedi se giró a mirarla con las manos a la espalda en un porte relajado, sonriendo ante el aspecto de la mujer ante él. Sus cejas casi podrían haber desaparecido en su oscura cabellera de lo altas que las alzó.

“¿Meterme en la mente de alguien? ¿Eso se puede hacer?”

ㅤ“Sí. Es algo que cuesta más de realizar, no es tan sencillo.”

ㅤ“¿Podría hacerlo?”

ㅤ“Con un guía que te ayude y práctica suficiente, no deberías tener problemas para ello.”

ㅤ“Quiero intentarlo.”   Estaba decidida. Sin duda fué algo que llamó la atención de Evana en cuánto salió de los labios del jedi.   “Dime qué debo hacer.”

ㅤAlgo que admiraba de la mujer era lo prestada que siempre estaba a aprender, a seguir llenando de conocimientos su historial. A pesar de las apariencias, ella parecía disfrutar haciéndolo, y no se veía que molestase su ego. Tal vez se debiese a que el jedi le caía bien, o porque le resultaba un buen profesor. Sea cual fuese la respuesta, se sentía cómoda en su compañía y estaba dispuesta a prestarle atención y escuchar lo que fuese que quisiera enseñarle.

ㅤ“Bien...”   Se puso frente a ella, extendiendo sus manos hasta posarla en los codos adversos para tener una conexión física con ella.   “Tienes que concentrarte. Visualizar tu fuerza como un gran abanico de herramientas. Lo más importante es que no debes dudar, creer que puedes hacerlo. Inténtalo conmigo.”

ㅤA pesar de verse algo insegura, sus manos se posaron en los bíceps del jedi para hacer esa conexión física ella también, sus penetrantes orbes azul eléctrico fijos en los adversos. A pesar de verse como un libro abierto, Luke era toda una caja blindada.
ㅤHubo un momento de absoluto silencio, él estaba tranquilo y esperaba con paciencia, ella casi parecía no pestañear buscando esa herramienta que le ayudase a oírlo.

«Lo estás haciendo muy bien.»

Sus oscuras cejas se alzaron al oír la voz del jedi y ver sus labios cerrados. La sonrisa de él se extendió al saber el porqué de su reacción.

«Sí, ha sido un pensamiento. Lo estás haciendo muy bien.»

ㅤ«¿Realmente estamos hablando con la mente?»

A pesar de decirlo con un pensamiento, el rostro de Evana se movía con gestos haciendo reír al rubio.

«Sí, lo estamos haciendo. Puedes oír pensamientos ajenos.»

ㅤ«¿De cualquiera?»

ㅤ«De cualquiera.»

ㅤ«¿Incluso si su cabeza está escondida bajo uno de los aceros más fuertes?»

ㅤ«Sí. Incluso escondido bajo beskar

Mientras ella rodaba los ojos odiando sentirse así de expuesta, él sólo sonrió con aspecto divertido. Todo aquello, mientras el mandaloriano, habiendo despertado hace un rato y tras buscar a los que faltaban, les observaba a una distancia prudencial con los puños apretados hasta dejar sus nudillos blancos, pensando en irse tal y como le dijo ella solo para no tener que ver aquellas escenas, a su parecer, románticas.

𝐒𝐏𝐄𝐂𝐓𝐑𝐔𝐌 |  𝘛𝘩𝘦 𝘔𝘢𝘯𝘥𝘢𝘭𝘰𝘳𝘪𝘢𝘯Where stories live. Discover now