𝟶𝟷𝟺

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ㅤCon los primeros rayos de luz sobre su rostro debido a que su cama estaba más expuesta a la ventana, mando hizo una mueca mientras se giraba, encontrándose con la molestia del beskar pellizcando su piel. Abrió los ojos tumbándose boca arriba, un pequeño suspiro saliendo de sus labios.
ㅤSus ojos fueron primero a la litera improvisada de Grogu, viéndolo allí dormir, para luego dirigirse a su lado encontrando la figura dormida de la morena con la venda aún sobre sus ojos. Casi se sentía mal por hacer que tapase algo tan hermoso como lo eran sus ojos, pero agradecía que aceptase su opinión y creencia sobre el credo mandaloriano a pesar de no seguirlo. Poco les importaba a quiénes no lo seguían salvo un par de casos, pero ella incluso había decidido por cuenta propia quitarse uno de sus más importantes sentidos para la comodidad del mandaloriano, algo que aún se sentía pesado en su pecho y no comprendía el porqué.
ㅤSin poder evitarlo, su mirada se deslizó por el cuerpo vestido de la morena, como si anoche no hubiese mirado suficiente la forma en la que se adaptaba el traje a su cuerpo dejando a la imaginación de Din volar.

“Si sigues desnudándome con la mirada voy a resfriarme.”

Sus párpados se abrieron desmesurados al oírla, pues además de haberla creído dormida, había sido descubierto infraganti. No podía decir que ella le estuviese viendo, había comprobado que la tela era gruesa. Tendría que culpar de nuevo a esos instintos jedi que había heredado de su madre. Apartó rápido la mirada con aspecto avergonzado y se puso en pie aclarando su garganta, yendo a por su casco necesitando esconder su vergüenza.

“Ya deben estar poniéndose en marcha.”

En cuánto escuchó la voz modulada, la morena se quitó la venda de los ojos, mostrando una vez más al mandaloriano aquellos ojos brillantes que cada vez más gustaba de mirar pero que en aquél momento no quería encontrar para no encontrar la burla en ellos.
ㅤSe puso en pie sacando su arma de debajo de la pequeña almohada, caminando hacia la mesa en la que habían dejado ambos sus cosas y se puso el cinturón de armas guardando allí la bláster antes de colocarse la gabardina que casi rozaba el suelo al caminar.

“Imagino que el pequeño se quedará con los demás niños.”    Habló Espectro después de un rato en la que ambos estuvieron en silencio.

ㅤMiraron a la par al joven que, para ese momento, se asomaba en la litera improvisada con sus grandes ojos curiosos dirigidos a ambos adultos. Pudo apreciar la sonrisa de la morena sin la restricción de la máscara, lo que le hizo sonreír al joven Din extendiendo sus pequeñas manos hacia ella. Espectro se acercó al pequeño, agarrándolo con cuidado.

“Buenos días, pequeño mandaloriano.”   Lo saludó ella con una pequeña sonrisa.   “Tu padre y yo debemos encargarnos de un asunto. Pero volvemos en seguida.”

Grogu ladeó la cabeza, como si no comprendiese que le fuesen a dejar allí ya que solía acompañar a su padre a todas partes. La morena se colocó su máscara antes de salir por la puerta del pequeño espacio, dejándole en el suelo con un guiño.

“Tendrás que cuidar de los demás en nuestra ausencia.”

Se irguió para girarse y mirar al mandaloriano, que solo atinó a quedarse mirando como Evana trataba con tanto encanto a su hijo, tanto que Grogu comenzó a tomarle cariño por la forma en la que se volvió más cercano a ella.
ㅤSe apresuró a salir colgándose su rifle ambano al hombro, echando un vistazo a cómo los demás mandalorianos que iban a combatir tenían armaduras brillantes del mismo color del que lo tenían anteriormente. Sintió como si algo grande estuviese acercándose para el pueblo de Mandalore, algo bueno se avecinaba y le gustaba saber que podría vivirlo con su hijo.

ㅤCuando se giró en busca de su compañera de habitación, ésta había desaparecido. Empezaba a molestarle la forma tan sencilla que tenía aquella mujer de esfumarse con el sigilo de un fantasma. Caminó entre los demás mandalorianos, viéndola poner a punto su speeder mientras los demás se equipaban para partir.

“¿Qué haces?”   Preguntó mando al alcanzarla.

“Yo no puedo volar como vosotros.”   Le respondió como si aquello fuese respuesta suficiente. Miró a Din, que se quedó en silencio mirándola, como si esperase que continuara y resopló con exasperación.   “De alguna forma tendré que llegar.”

ㅤ“No estarás pensando realmente en acompañarnos.”

ㅤ“¿Y perderme la diversión quedándome aquí? Suerte con eso, mando.”   Se burló la morena, y no necesitó tenerla sin su máscara para saber que le estaba sonriendo.

ㅤAntes de que pudiese protestar y decirle lo increíblemente estúpido que le resultaba aquello, Bo-Katan seguida por la armera se acercaron al grupo de mandalorianos que ya aguardaban por la líder para poder partir.

“Lo más probable es que nos estén esperando, así que habrá que tener cuidado.”

Algunos de ellos asintieron a las palabras de la pelirroja, otros solo esperaron su orden observándola ponerse el casco, con la convicción en la mirada de que podrían con lo que hubiese allí.

“¡En marcha!”

Caminaron hacia el exterior del asentamiento antes de encender sus mochilas propulsoras, alzándose en el aire con Bo-Katan en primer lugar. Djarin miró a los que ya se dirigían a la ubicación, oyendo el rugido furioso de la speeder antes de mirar a Espectro a sabiendas de que no podría lograr hacerla cambiar de opinión.

“Vamos, Djarin, o nos perderemos la parte divertida.”

La speeder giró un poco antes de dirigirse con rapidez hacia adelante, siguiendo al grupo de mandalorianos y alejándose del de armadura plateada.

“Dank farrick.”

Con un par de rápidas zancadas su propulsor se encendió, consiguiendo en segundos seguir el ritmo de la speeder. Se quedó a su derecha en lugar de alzarse como los demás a sabiendas de los peligros que escondían las tierras de Mandalore, a pesar de que sabía de sobra que ella podría con todo aquello, pero en cierto sentido se sentía responsable de su seguridad en el planeta en el que sus compañeros la dejaron abandonada como si de simple basura galáctica se tratara.

𝐒𝐏𝐄𝐂𝐓𝐑𝐔𝐌 |  𝘛𝘩𝘦 𝘔𝘢𝘯𝘥𝘢𝘭𝘰𝘳𝘪𝘢𝘯Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt