Midnights ✨ || Casi Ángeles

HOY: MELODY DESENCADENADA

—Bueno, no sé si recuerdan que mis amigos tienen una banda, los Teen Angels— comencé.

Mamá —Ah, sí, claro que nos acordamos.

—¿Qué pasa con ellos?

—Bueno, uno de ellos, Tacho, hará un show con los chicos para ayudar a su familia.

—¿Un show a beneficio?

Asentí —Exacto. Entonces, me preguntaron ayer si podía unirme para participar con ellos y... no pude decirles que no. Acepté cantar con ellos.

Esperé sus reacciones con un poco de temor, al ver sus sonrisas, aquel sentimiento se esfumó.

—¿Si me dan permiso, verdad?

—Por supuesto, mi niña— mamá sonrió.

—Que lindo que hayan pensado en ti, y es bueno de tu parte aceptar— comentó papá —Estoy seguro de que será un éxito.

—Si necesitan algo, lo que sea, me lo dices.

Papá asintió —Sí, nosotros podemos ayudarlos con lo que necesiten.

—Gracias— les sonreí.

—¿Podremos ir al show?

—Sí, por supuesto— carraspeé —Es hoy.

Mamá jadeó —¿Hoy? ¡Valentina!

—Me preguntaron ayer y olvidé decírselos— sonreí con inocencia —Pero son más que bienvenidos. Me gustaría verlos allá.

Ambos me sonrieron.

Terminé de desayunar en menos de media hora, no faltaron las risas con mis papás y me encantó tener un desayuno tranquilo con ellos. Desde que habían regresado de sus vacaciones, se la pasaban un poco más en el trabajo, y los entendía, pero quería pasar más tiempo con ellos.

Luego de volver a lavarme los dientes, dejé un beso en sus mejillas y me encontré con Julio para poder partir al colegio. Julio, como todas la mañanas, me esperaba con el auto listo.

—Julio— lo llamé —¿Crees que puedas comprarme de esos pastelitos que llevaste a casa el otro día? Te agradecería muchísimo.

—Oh, esos lo hizo mi señora.

—¿Enserio? ¡Estaban deliciosos! ¿Podrías... pedirle que prepare unos cuantos para mí? Le pagaría.

Lo vi negar y soltar una risa —No aceptará dinero y los hará para vos sin problemas.

—No, enserio, yo puedo pagarle.

—Nada— negó —Yo le diré que te los prepare.

—Bueno— me encogí de hombros —Igual le dices y me avisas. Me encantaron.

—Yo le diré. Se pondrá feliz— soltó otra risa —Ella adora cuando halagan su comida.

Me reí junto a él y conversamos un poco más en el camino. Cuando me dejó en el colegio, al revisar la hora en mi celular, me di cuenta de que aún era un poco temprano y me daba tiempo de ir a ver a Cari porque ayer se quedó bastante mal, todo por culpa del idiota de Nacho.