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Advertencia:
Este capítulo puede contener temas fuertes como el suicidio que podrían resultar incómodo para algunas personas leer bajo responsabilidad.

Yoora sintió el peso del cuerpo de sus hermano sobre ella, abrazándola protectoramente, mientras no dejaba de llorar.

—Lo siento—El mayor lloraba sin control disculpándose por algo que estaba fuera de su control.

Lo miró de reojo, envidiando su capacidad para sentir dolor y llorar. Hacía mucho tiempo que las lágrimas se le habían agotado,  junto con las ganas de vivir. Llorar no servía de nada, lo había hecho tantas veces, rogando que todo se detuviera, pero no había funcionado.

—No tienes que disculparte, Chanyeol —susurró, tratando de calmarlo —. No es tu culpa, nada de esto lo es.

—Debí de hacer algo. No debería haber esperado tanto tiempo para tomar valor.

Pudo sentir la culpa y la tristeza en cada palabra y, aunque quería consolarlo, se sentía incapaz de hacerlo. No había forma de hacerlo sentir mejor después de lo que acababan de vivir.

El alto se enderezó y la miró como si de un tesoro preciado se tratara.

—Tenemos que salir de aquí—susurró, como si estuviera pensando en voz alta—Eso es, vámonos.

—¿Irnos?— preguntó asustada.

Él asintió, sin dejar de mirarla fijamente. Aunque intentaba ocultarlo, se notaba que también sentía miedo.

—Si, iniciemos una nueva vida lejos de este lugar. Nosotros y mamá. Prometo que estaré a su lado y no permitiré que nadie les haga daño nunca más.

Yoora miró a su hermano con incredulidad, sin poder creer lo que estaba proponiendo. ¿Abandonar todo y empezar de cero? ¿Cómo sería posible?

Aunque sonaba tentador y esperanzador en los labios de su hermano, pronto la realidad volvió a golpearla con fuerza.

Nunca se libraría de esa vida, incluso si huían nunca volvería a ser la misma.

Aun así, le regaló una sonrisa que, aunque no pudo ocultar por completo su angustia, logró de tranquilizar a su hermano.

—Mamá llegará en cualquier momento, iré a darme una ducha—se puso de pie, fingiendo que nada había ocurrido—. Deja de llorar o se preocupará.

Chanyeol asintió y se puso de pie frente a ella, colocando sus manos en sus hombros.

—Esta será la última vez que tendrás que soportarlo —prometió seriamente antes de dejarla sola en la habitación.

Ella suspiró profundamente. Deseaba llorar, pero ya no tenía la capacidad. Solo experimentaba un profundo vacío y una sensación gélida en el estómago que la hacía sentir aún más miserable.

Quería creerle, confiar en que las cosas podrían mejorar, pero hacía mucho tiempo que había perdido las fuerzas para luchar.

Se encerró en el baño y abrió el grifo de la bañera. Mientras el agua corría, se desnudó y observó su figura en el espejo.

Su reflejo mostraba una figura frágil y cansada. Su delgado y pálido cuerpo, que aún mostraba las marcas de el daño infrigido tanto por ella misma como por aquel monstruo, la obligaba a subir la mirada, incapaz de seguir observándose. Encontró en sus propios ojos a alguien que había perdido toda la esperanza y ganas de vivir.

Desde que te fuiste [Chanbaek]Where stories live. Discover now