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Las siguientes dos semanas parecía que todo se había calmado un poco para ese par, que por momentos parecían haber regresado a su rutina normal de molestarse con bromas tontas, siempre siendo el castaño quien provocaba al más alto que si bien lo perseguía y amenazaba, al alcanzarlo únicamente le besaba antes de regresar a su trabajo.


Peter creyó que el alfa sería como todos los demás respecto al sexo; siendo solo atentos y cuidadosos al inicio, volviéndose adictos a este queriendo hacerlo todos los días, sin embargo, con Miguel era diferente.


Siempre que lo pedía le permitía tener el control en la cama, lo hacía como Peter lo solicitaba, si quería algo tranquilo y romántico lo tenía, si tenía antojo de algo un poco más sucio también, aunque comenzarlo fue muy difícil, aún reía al recordar aquello:



― No lo haré. ─ Decía firme negando con la cabeza.


― Vamos Miguel, solo esta vez. No digo que no me guste como lo hacemos, pero ¿No sientes curiosidad de probar cosas nuevas?


― Supongo, pero nada como esto.


― Solo probemos, si no nos gusta a ambos podemos detenernos en cualquier momento. ─ Notaba como el moreno miraba mortificado hacía la cama antes de sujetar el collar junto con la correa sobre esta.


― Bien, pero si te sientes incomodo o te duele en algún momento tienes que decírmelo. Me detendré de inmediato. ─ El castaño asintió con la cabeza mientras él mismo se ponía el collar que le ofrecía el moreno.


― Por eso usaremos palabras seguras. ─ Asintió con la cabeza. ― ¿Qué te parece pay de fresa?


― ¿No puedes solo pedir que me detenga?


― Lo divertido de esto es que no te detengas, aunque diga que no, con la palabra que no tiene nada que ver con lo que haremos sabrás que no quiero seguir. ─ Miguel se encontraba contrariado en ese momento, claro que le causaba curiosidad aquello, pero tener que ser duro con el otro no le parecía del todo bien. Suspiró derrotado antes de levantarse de la cama para acercarse a un sofá de una pieza sentándose mientras miraba a omega que se encontraba expectante.


― Ven. ─ Le llamó, pero el otro no obedeció, fue entonces que el alfa sujetó la correa sujeta al cuello y tiró de ella con poca fuerza notando como le miraba con reproche por contenerse tanto. Tiró con un poco más de fuerza obligándolo a moverse un poco sintiendo una extraña emoción al ver como el otro gateaba hacía él.


― Si amo. ─ No pudo evitar reír al sentirse un poco ridículo al gatear hasta él, pero se tensó cuando su mandíbula fue sujetada con algo de fuerza por el de mirada carmesí que mantenía una expresión seria.


― No te di permiso de hablar. ─ El omega tragó saliva mientras un escalofrío atravesó su cuerpo mientras asentía levemente con la cabeza. ― Quítate la ropa.


El mayor obedeció sin decir palabra al ponerse de pie, primero desabrochando cada botón de su camisa hasta abrirla por completo, sus mejillas se mantenían sonrojadas por ser observado con tanta intensidad por el más alto que se mantenía sentado en aquel sofá. Arrojó su camisa a un lado antes de desabrochar sus pantalones dejando que la gravedad se encargara de bajarlos dejando al descubierto que no contaba con ropa interior notando como el alfa miraba interesado aquello. La correa fue tirada de nuevo haciendo que el castaño se pusiera de rodillas entre las piernas del moreno acariciándolas lentamente disfrutando de como suspiraba antes de quejarse cuando su cabello fue tirado por la mano libre de quien se inclinaba un poco hacía adelante para alcanzarlo. Sin decir palabra dejó claro lo que quería, empujó el rostro de Parker contra su entrepierna ya despierta bajo su pantalón.


Miguel no estaba seguro de si lo estaba haciendo bien, pero mientras no usara la palabra de seguridad entonces no estaba tan mal. Sus pensamientos se encontraron interrumpidos al estremecerse cuando la cálida lengua del otro se deslizaba por su entrepierna ya al aire. Mordió sus labios disfrutando de como succionaba la punta antes de comenzar a adentrarla en su boca. Jadeó disfrutando de la imagen del castaño mirándolo mientras su pene desaparecía entre aquellos delgados labios, alzó las caderas un poco notando la sorpresa en quien se ahogó por un momento, pero que no se detuvo subiendo y bajando su cabeza mientras se atendía a si mismo masajeando su propia erección.



El recordarlo ponía una sonrisa un tanto tímida en su rostro, nunca había experimentado un sexo tan duro como esa noche y por supuesto que no se arrepentía ni dudaría en repetirlo en cualquier momento, después de todo al finalizar fue mimado por quien se disculpaba por haber sido demasiado duro con él. Encontró en Miguel un alfa bastante romántico al contrario de su apariencia; en ocasiones recibía alguna flor, un pequeño detalle que demostrara que estaba al pendiente de él. Si mencionaba alguna comida de la cual tuviese antojo, un lugar a donde quisiera ir, algo que deseara comprar, el otro lo conseguía para él.


Peter se encontraba confundido con todo eso, ya había pasado casi un mes desde que había comenzado aquella farsa de ser pareja para no ser molestado por otros alfas, pero en ese momento no estaba seguro de si la farsa había terminado y ahora eran algo o seguían sin ser nada. Intentó distraerse tomando una rosquilla de las que estaba en la mesa de su hogar, al fin estaba teniendo un día libre tras una semana y media de incontables misiones. Mordió su amado postre, pero en el momento en que lo tragó corrió a prisa al lavabo para regresar su estómago.


Lavó sus dientes tras tirar a la basura esa rosquilla junto con las demás, seguramente estaban pasadas. Ya no recordaba cuando las había comprado o si el mexicano se las compró. Se estiró antes de dirigirse a la cocina de nuevo para atacar ahora la nevera, encontró un jugo de manzana y comida que se había arruinado por el tiempo que estuvo fuera, así que solo bebió del jugo tras cerrar la puerta. Se detuvo antes de regresar al lavabo para volver a vomitar, miró a prisa la fecha de caducidad y estaba bastante alejada. De pronto sintió como la sangre bajaba a sus pies mareándose un poco antes de apresurarse al calendario.


― 26, 27, 28. ─ Contaba en voz alta antes de cubrir su boca con una de sus manos. ― N-no puede ser. ─ Negó con la cabeza repetidas veces. Usaban protección siempre, cada vez que lo habían hecho él tomaba anticonceptivos o usaban condón, no había alguna vez que... ― No. ─ Dijo asustado recordando aquel fin de semana donde tuvo la primera vez de Miguel, esos días no habían usado nada para protegerse.


A prisa fue a la farmacia más cercana comprando tres pruebas de embarazo de diferentes marcas. Se enceró en el baño siguiendo las instrucciones antes de dejarlas sobre el lavamanos mientras permanecía sentado sobre la tapa del retrete. Sus manos temblaban levemente mientras movía su pierna nervioso, casi rezaba para que todas salieran negativas, para que solo se tratara de un retraso de su celo, que su malestar se debía a algo más. El sonido del temporizador de cocina que utilizó para medir el tiempo le asustó. Se levantó para sujetar la primera prueba tras leer una y otra vez como se leía el resultado. La arrojó con fuerza al suelo antes de tomar la siguiente, soltó un quejido sujetando la tercera antes de retroceder pegando su espalda contra la puerta antes de deslizarse hasta quedar sentado en el suelo mientras sus ojos se inundaban de las lágrimas que intentaba mantener al margen, pero que traicioneras rodaron por sus mejillas al tiempo que gritaba con frustración. 





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No se detengan, hay uno más.

Clumsy Alfa Silly OmegaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin