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Recogió las gafas del castaño que había arrojado momentos antes mirándolas por unos momentos, preguntándose que tanta sería la graduación de estas. Miró discretamente alrededor antes de colocárselas arrepintiéndose al momento al sentir una punzada de dolor por el aumento de estas.


― Está ciego. ─ Se quejó dejando las gafas sobre el escritorio para alejarse hacia la plataforma. No tenía tiempo para estarlo perdiendo en tonterías como jugar con aquellas gafas, proyectó de nuevo las pantallas dando otro respingo al no haber desactivado el video y sonido que momentos antes le había dado el susto de su vida, pero que ahora le hacía hervir la sangre.


Las horas seguían transcurriendo y por alguna razón que el moreno no lograba terminar de comprender no dejaba de mirar la hora de vez en cuando. Negó levemente con la cabeza intentando regresar su atención a su trabajo, pero se vio distraído mirando hacía el escritorio de aquel molesto omega que se negaba a seguir las reglas del universo, que no le temía aunque fuese de una casta inferior, que incluso le retaba con cada estúpida broma. Acarició el puente de su nariz al sentir una punzada de dolor en su cabeza por lo que decidió alejarse un momento de las pantallas dirigiéndose a la cafetería para comer algo.


En la cafetería habían menos de tres personas sin contar a quien esperaba detrás de la barra por si alguien pedía algo de comer. Avanzó por el lugar mirando el menú sin mucho interés, realmente no tenía tanta hambre como para una hamburguesa o algo más grande que eso. Su mirada se desvió hacía los aperitivos dulces por un momento, regresó su atención al menú principal antes de mirar de nuevo. Regresó a la oficina dejando una caja sin cuidado sobre el escritorio del castaño, no se lo diría, pero solía usar ese lugar como comedor personal. Se sentó en la silla que usaba cada día el mayor y dio un sorbo a su café disfrutando del sabor amargo que inundaba su boca, dejó el vaso de lado para abrir aquella caja que contenía media docena de donas glaseadas de diferentes colores y sabores intuía.


Tomó la de glaseado café mordiendo sin mucha confianza haciendo una mueca por el dulzor que casi le hace vomitar. Tuvo que darle otro sorbo a su café para eliminar aquel empalagoso sabor. No entendía porque los demás comían aquellas cosas con tanta felicidad, alzó la mirada hacía la entrada al ver como el castaño regresaba bastante alegre.


― ¿Te divertiste? ─ Preguntó al aire dando otra mordida a la dona sin pensar frunciendo el ceño y apresurándose a beber de su café.


― Bastante, a decir verdad. Es muy divertido cuando lo conoces bien. ─ Tras unos pasos terminó de llegar al escritorio mirando con curiosidad la caja medio cerrada sobre este. ― ¿Qué tienes ahí? ─ La abrió y sus ojos se iluminaron de inmediato al ver de que se trataba, no preguntó antes de tomar una con glaseado rosa y morderla gimiendo de puro gozo por el dulce sabor que inundaba sus papilas gustativas ignorando como el moreno le miraba con atención.


― ¿Te gustan estas cosas?


― ¿A ti no? ─ Dos mordiscos más y había terminado antes de mirar la caja de donas y luego al moreno pidiendo permiso para tomar otra. Miguel empujó la caja hacía el castaño que agradeció alegre comenzando a comer las demás.


― La verdad es que no, es asquerosamente dulce. ─ Se quejó dando otro sorbo a su café.


Clumsy Alfa Silly OmegaWhere stories live. Discover now