6. (Final)

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− Solo digo que debes tener cuidado, no todo el mundo tiene... buenas intenciones o es gentil. – −Mmm – Murmuró ella. − Lo digo en serio. − Rebbeca miró hacia arriba y, como era de esperar, Freen miró hacia otro lado.
− Hay un buzón de quejas y sugerencias en la entrada, siéntete libre de participar, déjalas ahí. − una vez más, frases cortas llenas de ese molesto sarcasmo. Pero Freen se sorprendió por esa.
− Es sólo un consejo. −
− Sé lo que es una aventura de una noche, guárdate el consejo. −
− Solo digo... que me importa...− Rebbeca se estaba encargando de mantenerse ocupada, de espaldas a Freen. − Dios, ¿podrías por favor mirarme? Siento que estoy hablando con la pared aquí. − Woah... ¿de dónde salió eso? − Yo, −
− Antes de que digas nada más... déjame recordarte que es imposible... prácticamente una estupidez preocuparse por los extraños, así que por favor... mantente al margen, extraña. −
− Como quieras. − Y enseguida pidió la cuenta, atragantándose con la rabia, la tristeza y todo... ¿qué esperaba sacar de eso en serio? ¿un beso? ¿un abrazo? A la mierda.
Estaba tan enojada que casi tiró una silla que se interpuso en su camino hacia la salida. Todo iba de mal en peor. Y lo digo en serio, cuando un par de días después Charlotte apareció en la oficina de Freen pidiéndole hablar.
− Entonces, ¿eso es un sí? − Charlotte sonrió.
− Pero tú pagas... − Charlotte se rió y se llevó a Freen con ella.
Freen realmente no estaba prestando atención a lo que decía Charlotte al principio... porque algo se le había pasado por la cabeza, podría decir que no fue su momento más brillante... pero si pudiera obtener alguna reacción de hoyuelos bonitos... eso podría hacer que este un poco menos triste hoy.
− Y por tu cara asumo que no escuchaste una mierda, ¿verdad? −
− ¿Eh? − Charlotte volvió a reírse.
− Te hablaba de Engfa. − Freen solo asintió y le abrió la puerta a Charlotte... caminaron hacia la mesa y se sentaron allí. No más de cinco minutos dentro y el olor familiar y la voz aparecieron.
− Hola, ¿qué puedo hacer por ustedes hoy? − Freen se puso rígida y por supuesto que Charlotte se dio cuenta.
− Um, lo de siempre, supongo... ¿verdad? − Freen solo asintió.
− Entonces serían... ¿dos espressos? − Charlotte asintió sonriendo.
− Y un croissant partido por la mitad. − Rebbeca anotó la orden.
− Vuelvo enseguida. − después de esa situación incómoda, ahora que Rebbeca se había ido, Freen se sintió un poco mejor, o tal vez no porque nunca tuvo la reacción que quería.
Después de que ordenaron un silencio cayó sobre ambas hasta que Charlotte lo rompió... ella quería hablar sobre cómo terminó todo, y trató de explicar qué fue exactamente lo que sucedió, era cierto que ella y Freen nunca fueron pareja, estaban lejos de ser una... pero eran amigas... con beneficios y todas las complicaciones, pero amigas a pesar de todo.
Ella le contó cómo había estado enamorada de su compañera de cuarto Engfa, incluso antes de que ella fuera su compañera de cuarto... ella solía ir a este café que Engfa visitaba con frecuencia y ella simplemente se quedaba ahí, contemplando a Engfa leyendo de lejos, siempre tenía tanto miedo de hablar con ella... tenía ese aura de inalcanzable, y era tan linda y reservada que parecía tan imposible que Charlotte pudiera estar con ella... pero entonces, la fe intervino... un día Charlotte estaba en el café, casi después de horas, tenía que terminar algunas cosas para su trabajo... cuando la chica entró a tropezones en la cafetería, la miró... y el resto... es historia, Charlotte la ayudó, se hicieron amigas, hasta que un día ambas no pudieron negarlo más. Y no era que Charlotte no quisiera a Freen, era que la amaba de una manera diferente... tal vez no de la forma en que Freen quería... pero no por eso menos.
− Creo que estaba siendo terca, ¿sabes? Estaba segura de que ella me hacía sentir cosas, y lo sabía... prácticamente la busqué por el amor de dios... es solo que... tenerla tan cerca de mí me hizo pensar en lo que podría pasar si terminábamos en malos términos... estaría destrozada... y luego me di cuenta... estaba inventando excusas estúpidas para no dejarme enamorar por completo de alguien que valía la pena... alguien que no iba a lastimarme, ella estaba allí, en el lugar correcto, en el momento correcto pidiendo una oportunidad... quiero decir, ya sabes. − Sí, Freen lo sabía.
− Parece que tiene una gran polla. − Charlotte rió a carcajadas... y Freen entendió que su risa no era la que ahora escuchaba en sus sueños.
− Eres una imbécil... eso lo sabes, ¿verdad? − Freen sonrió. Ambas estaban disfrutando de su charla, cuando el sonido de la campana distrajo a Freen y un feo color rubio apareció en la ventana, sí... era esa chica recogiendo a Rebbeca de nuevo. Freen percibió el olor a café y de repente no estaba de humor para café. − Tienes un gusto increíble, de verdad. − Freen miró a Charlotte con los ojos muy abiertos.
− Cállate. − siseó, el compañero de trabajo de Rebbeca todavía estaba allí.
− Solo digo. − el tipo se fue entonces.
− ¿Puedes ser más discreta la próxima vez? −
− ¿La próxima vez? Oh, ¿entonces vamos a hacer esto de nuevo? −
− Sí, Engfa y su gran polla también pueden acompañarnos. − Charlotte se rió entre dientes.
− Efectivamente, es tan grande, tan bonita... O sea, una vez... −
− CÁLLATE ERES ASQUEROSA. −
− Tú lo empezaste. − Ambas rieron. − Pero es verdad lo que dije... y por alguna razón siempre pensé que le gustabas... siempre te miraba cuando veníamos... y hubo una vez que me recomendó unas galletas para ti... resulta que las amaste. −
− ¿QUÉ? −
− Sí, ella es tan uwu... Digo, deberías intentarlo. − Freen dejó caer su rostro entre sus manos. − ¿Qué? ¿Qué dije ahora? −
− Soy tan estúpida... −
− Viejas noticias para mí. −
− Tuve sexo con ella... −
− ¿TUVISTE SEXO CON LA uwu MESERA? ¿CUANDO? −
− Charlotte cállate... −
− No me lo dijiste. −
− ¿Cómo... podría? −
− Te puedo hablar de mí y de Engfa, para que te sientas más... −
− Dios, no... yo, dios... −
− De acuerdo, mucha plática sobre religión... ¿quieres explicarte mejor? −
Freen terminó contándole a Charlotte todo lo que pasó y cómo trató a Rebbeca, qué hicieron... y cómo era ahora para ambas. Mencionó también que parecía que Rebbeca estaba viendo a alguien ahora, y que prácticamente la estaba ignorando, pero no podía quejarse porque se lo pidió.
− Está bien... antes que nada, perder la virginidad es tan... bah, es solo una construcción social, por qué te presionaste con algo tan... arcaico... − dijo Charlotte. − y segundo... ella te pidió una oportunidad para salir contigo una vez y le dijiste que no!!!!!???? ¿Puedes explicar eso también? −
− Como dije... soy−
− Vas deprimida como un bebe llorón, y luego tratas de protegerla... eres una imbécil Sarocha. −
− Sí bueno, siempre hay peores. −
− Si bueno... eso es lo que pensé, pero ahora la peor tiene a Heidi y van a casarse. −
− ¿Tina y Heidi están comprometidas? −
− ¿No lo sabías? Mmm... Probablemente porque Tina estaba celosa de ti... en fin, volviendo a tus tonterías... ¿Qué estás esperando? −
− ¿Qué quieres decir? −
− Ve tras ella... encuentra dónde va y ve a por ello. −
Desearía que fuera tan fácil, pensó Freen... pero en realidad si era así de fácil... siempre es así de fácil, y entonces algo se sintió bien dentro de ella... no era Charlotte en realidad, había algo en ese lugar que le gustaba, era como la familiaridad volviendo cada vez y encontrándola, sonriendo. Charlotte conocía la mirada en los ojos de Freen, así que levantó la mano como si estuviera pidiendo la cuenta.
− Hola... ¿te gustaría ganar más de lo que te pagan en una semana? Mi amiga aquí está dispuesta a pagar eso. − Freen miró a Charlotte. − Si nos dices donde vive la bonita amazona. −
− Rebbeca, su nombre es Rebbeca. −
− Así es, Rebbeca, ahora escupe. −
No fue fácil, para nada, realmente no lo fue, primero Freen tuvo que explicarle la situación a Irin, ella era una persona real y la hija del dueño, y la mejor amiga de Rebbeca, así que ella sabía en lo que se estaba metiendo una vez que Irin le pidió que hablara con ella a solas, Freen accedió... y después de contarle más o menos lo que pasó, tuvo que reírse de lo que dijo Freen sobre la virginidad de Rebbeca.
− Tú, ¿Creíste que Rebbeca era virgen...? ¿De verdad...? después de lo que sea que hiciste... − Irin volvió a reír. − Ella es... escucha, primero tienes que hablar con ella... −
Y después de lo que pareció una eternidad, obtuvo lo que quería. Charlotte logró dejarla cerca del lugar donde vivía Rebbeca. Freen esperó y esperó... y esperó, hasta que la medianoche ya no era una buena hora para hablar y la lluvia torrencial haría que las cosas fueran más difíciles, así que se fue, con el corazón un poco lastimado nuevamente. Llegó a su casa y de camino a su apartamento, no podía dejar de imaginarse a Rebbeca viendo a alguien más. El solo imaginarlo era tan, ew.
Una figura familiar parada en la puerta de su departamento interrumpió su línea de pensamiento.
− ¿Rebbeca...? ¿Qué haces- pasó algo? ¿Alguien te lastimó? −
− No, yo, ¿por qué estás mojada? – oh.
− Está lloviendo. −
− Ah. −
− Entonces... ¿pasó algo? −
− No. −
− ¿Dónde estabas? − preguntó Freen.
− En ninguna parte. −
− Te vi salir en el carro feo otra vez. −
− Su coche no es feo, y es una auténtica dama, y amiga mía, si de verdad quieres saberlo. −
− No quiero. −
− Bien. Entonces... bueno ahora que estás aquí supongo que me voy. −
− ¿Por qué estabas aquí? − Freen estaba deseando y esperando algo.
− Oh, mi jefe me dijo que dejaste tu teléfono y me pidió que te lo diera así que... − Rebbeca sacó el teléfono de su bolso. − Llevo horas aquí. −
− Estaba con Charlotte. −
− Ah. − Rebbeca asintió, mordiéndose el interior de las mejillas, por supuesto sin mostrar ninguna emoción. − ¿Se reconciliaron, al menos? −
− Lo hicimos, pero no de esa forma... − Rebbeca estuvo a punto de excusarse. − Fui a tu casa. − dijo Freen. − Yo también estuve allí durante horas. −
− ¿Cómo sabes dónde vivo? −
− Eso no importa. − dijo Freen. − ¿Te quité la virginidad? − Rebbeca frunció el ceño.
− ¿QUÉ? – bien, una reacción. - ¿ESTÁS LOCA? DIOS MÍO. ¿QUÉ TE HIZO PENSAR ESO? −
− Dios mío, las sábanas... ¿había sangre en ellas? −
− Sí, tuya, era tu sangre... te cortaste la pierna tratando de darme un poco de agua... ¿quién hace eso? −
− ¿Cómo es eso posible?, no. −
− Fuiste a la cocina, trataste de alcanzar una taza y tú... bueno estaba todo en el piso, pusiste la rodilla ahí y te cortaste... me dijiste que tenías unas tiritas en tu cuarto, usaste las sábanas para... y luego yo, − silencio.
− Pero dijiste... −
− No, nunca he dicho nada, nada... y, además, nunca me dejas terminar o empezar bien una frase... necesitas educarte, y por cierto me importa que sepas dónde vivo. No me gusta que los extraños sepan dónde vivo, es espeluznante. − Freen solo abrió mucho los ojos.
− Eres tan... ¡Tú también sabes dónde vivo! − en este punto solo estaban discutiendo y disparando la una a la otra cada vez más cerca.
− No sé si es un premio o castigo... − qué. −
− Eres insoportable. −
Freen cerró la brecha entre ellas, escuchó un sonido suave proveniente de la parte posterior de la garganta de Rebbeca cuando sus labios se encontraron, encontró una manera de colocar a Rebbeca contra la pared, apoyándola solo para profundizar el beso ya acalorado. Rebbeca movió sus manos a los costados de Freen, pasando su lengua por su labio inferior rogándole permiso. Freen cedió al instante, separando los labios para que la lengua de Rebbeca devorara la suya.
− Si crees que voy a dejar que folles en seco otra vez aquí, estás muy equivocada. − Rebbeca se rió y se restregó contra Freen a propósito. − Sigue haciendo eso y tendrás un desastre que limpiar. − Rebbeca resopló, chupando con fuerza el labio inferior.
Debido a solo Dios sabe cómo, finalmente pudieron abrir la puerta y tropezaron de nuevo camino a la cama de Freen.
Era un lío de lenguas, labios y lujuria reprimida... Freen ahora sostenía a Rebbeca por la cintura, besándola a lo largo del cuello, hasta la oreja. Rebbeca gimió, Freen puso sus manos sobre las caderas de Rebbeca y guió sus movimientos, sintiendo que su pene se endurecía más y más. Rebbeca empujo sus caderas juntas mientras daba un roce experimental, gimiendo cuando su centro sintió la un bulto duro dentro de los pantalones de Freen.
Freen se detuvo por unos segundos besando todo el rostro de Rebbeca, ayudándola a quitarse la ropa, dejándola solo en ropa interior, luego hizo lo mismo, volviendo al mismo lugar en la cama, continuando con su intensa sesión de besos.
− Puedo sentir lo mojada que estás bebé. − sus ojos finalmente se pegaron a los de color marrón oscuro de Rebbeca.
Freen dejó que sus ojos vagaran por el cuerpo de Rebbeca, a pesar de lo mucho que le gustaba ahora... Rebbeca captó lo que estaba pasando y luego procedió a decir algo.
− Está bien, estoy bien... quiero esto... y te quiero a ti. − Después de eso, Freen sintió que su pene se contraía en sus pantalones, Rebbeca encontró el camino hacia él, y ahora estaba apretando suavemente... Freen gimió contra el cuello de Rebbeca. ¿Cómo diablos Freen pensó en Rebbeca siendo esta chica inocente y virgen...? ¿CÓMO? Demonio.
− Así que no era la primera vez... − dijo Freen tratando de recuperar el aliento ahora que Rebbeca se estaba deshaciendo de su sostén y bragas para poco después desgarrar los pantalones de Freen. Rebbeca soltó una carcajada y luego besó a Freen gimiendo de forma hambrienta en el beso... luego ella retrocedió un poco y simplemente inclinó la cabeza para susurrar "no". Esta chica tenía a Freen envuelta alrededor de su dedo, era.... perfecta.
− Lo siento por ser un bebé torpe. No lo volveré a hacer. − demonio. − Estaba tratando de enojarme contigo, pero solo quería que me empujaras contra la pared y me follaras hasta que estuviera tan adolorida y todo el edificio supiera mi nombre. −
Suficiente. Freen la empujó con más fuerza contra la cama sin detener el beso, iba a conseguir lo que pedía. Rebbeca la estaba besando mientras acariciaba su miembro y emitía sonidos mientras Freen la besaba. Estaba empapada solo por cómo Freen se empujaba contra sus manos. Rebbeca necesitaba más atención en ella, al menos más que besarla, gimió y Freen la agarró por la cintura haciendo que sus caderas chocaran, solo pliegues húmedos combinados. Luego la miró a los ojos... y agarró el collar que descansaba sobre su cama para colocarlo alrededor del cuello de Rebbeca que parecía disfrutarlo demasiado.
− Ahora bebé, abre las piernas para mi boca. − y Rebbeca hizo lo que se le dijo, muy amable y propio de su princesa, había una razón por la cual su collar tenía escrito "princesa" con lindas letras plateadas. Freen jugó con ella un poco, y luego comenzó a lamerla de arriba abajo, haciendo que Rebbeca gimiera, la agarró por su lindo trasero y la acercó imposiblemente sin detenerse, chupó su clítoris.
− Oh dios Freen. −
Rebbeca gimió agachándose para agarrar el cabello castaño de Freen. Freen la agarró con fuerza y empujó su lengua dentro de ella dándole pequeños empujones. – Freen bebé, te sientes tan bien. DIOS. −
Freen respondió con un murmullo y se movió hacia su clítoris pasando la parte plana de su lengua sobre él. El cuerpo de Rebbeca saltó ante la sensación, así que lo hizo, una y otra vez, hasta que Rebbeca estuvo al límite. – te quiero dentro de mí, por favor. −
No hace falta que lo diga dos veces. Freen se levantó y metió su polla dentro de Rebbeca. mordiéndose el labio inferior, sintiendo el calor de Rebbeca alrededor de su eje, agarró las caderas de Rebbeca con suavidad y le dio algunos empujones suaves para ver cómo reaccionaba.
− Oh, Dios mío... eres tan... grande. − La voz de Rebbeca fue silenciada por sus propios gemidos.
− Voy a ir gentil bebé. − dijo Freen y besó la frente de Rebbeca.
− No, ve más fuerte... − demonio.
− ¿En seri-
− Te quiero... fóllame... lo quiero más fuerte, lléname. − Esas últimas palabras llevaron a Freen al límite, ella sentía como iba llegando. Empujó con más fuerza contra su princesa, subiendo poco a poco su cuerpo por la cama, Rebbeca envolvió sus manos alrededor de su cuello para mantenerla cerca. − No puedo creer que pensaras que era virgen. − dijo riéndose entre algunos gemidos.
− No me hagas reír. − Las caderas de Freen titubearon cuando las paredes de Rebbeca se apretaron con fuerza... − Dios, te sientes tan apretada, me voy a correr. − estuvo a punto de retirarse, pero Rebbeca la sujetó.
− Dentro de mí. − Los ojos de Freen se abrieron como platos. − Estoy tomando la pastilla... vente dentro de mí, lléname por favor. - Querido señor.
Freen perdió los estribos, aceleró el paso, moviendo una mano para frotar el clítoris de Rebbeca al mismo tiempo que sus embestidas se aceleraban. Rebbeca casi gritó de placer al correrse alrededor del eje de Freen. Freen no pudo contenerse más después de sentir el líquido de Rebbeca en toda su polla.
− Dios, bebé... − Agarró a Rebbeca y se corrió dentro de ella mientras se venía, cubriendo sus paredes con su semen.
Rebbeca se inclinó un poco y la besó lentamente... luego procedió a frotar la espalda de Freen, subiendo y bajando, mientras ésta seguía dentro de ella. Freen se movió un poco para sacar su polla del cálido centro de Rebbeca, y volvió a donde estaba, Rebbeca enredó sus tobillos con los de Freen y lleno un lado de su cara con besos. Segundos después, Freen habló.
− ¿Podemos hacer esto una y otra y otra vez... −
− ¿Con toda y la pelea? −
− Dios, no. − acomodó su rostro en el pecho de Rebbeca. − Ten una cita conmigo. − Levantó la cara mirando a Rebbeca directamente a los ojos. − ¿Por favor? −
− ¿Significa esto que me darás una oportunidad? − Rebbeca sonrió y le salieron los hoyuelos.
− No una, todas... así que por favor nunca te vuelvas una extraña para mí, por favor. −
− Te prometo que no lo haré, Freen. −
Rebbeca bañó a Freen con besos hasta que ambas se durmieron, esta vez juntas, esperando mejores oportunidades al mañana.

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Like a fool (𝘧𝘰𝘳 𝘺𝘰𝘶). - Freenbecky -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora