5.

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Tres semanas, tres semanas de desear, esperar y dudar... y probablemente llorar. Oh. ¿Y para qué? si me preguntas... para nada, de verdad, porque, Freen Sarocha era tan terca como un burro ciego. Se estuvo castigando durante tres semanas enteras con un poco de café barato... era tan malo que sabía a agua azucarada con un poco de suciedad. El sufrimiento era sufrimiento, y este era un castigo proporcionado por sí misma.
El sentimiento feo en realidad no estaba tan relacionado con Charlotte ahora... vio algunas fotos que publicó Engfa y para su sorpresa no dolió tanto como antes, ni siquiera un poco para ser honesta. Pero Freen era Freen, obstinada y densa hasta la médula, y el resultado estaba justo ahí en esa horrible taza de café.
Ella se estaba haciendo esto a sí misma... el castigo quiero decir... desde evitar escuchar Levitating de Dua Lipa, hasta evitar las cafeterías... bares... nadie le dijo que no fuera al café frente a su trabajo, en el que Rebbeca trabajaba medio tiempo entre semana. Realmente nadie le dijo que evitara ese lugar... o le prohibieron ir, fue como dijo su amiga Namo: "Tu mismo estúpido, tonto, imbécil, idiota trasero"... estaba diciéndole que no fuera.
− Beer... volveré. −
− ¿Cuándo? Tienes que revisar algunos papeles para el caso de Busan, ¿recuerdas? −
− Volveré pronto... solo necesito una taza de café. −
− ¿Otro? Chica, sabe a mierda, deberías −
− No, yo... yo voy a el café de enfrente. −
− Pensé que ya no te gustaban... – Beer frunció el ceño.
− Sí, solo estaba siendo estúpida... − Beer alzó una ceja.
− Vale, yo también saldré, mi novia me va a recoger para almorzar con ella. −
− Claro, disfrútalo, me voy. –
− Tú también, y oye... no seas idiota, ¿de acuerdo? – Freen sonrió y salió.
Mientras caminaba hacia allí, su mente se volvió loca, ¿qué iba a decir? ¿Rebbeca le hablaría? Una vez que llegó, trató de actuar normal. Porque era normal, ¿no?
El lugar estaba un poco vacío, solo unas pocas personas en las mesas afuera. Se adelantó y se sentó junto a la gran ventana de vidrio, esperando que alguien tomara su pedido. Pasaron dos minutos y escuchó que alguien venía detrás de ella. Mantuvo los ojos en su teléfono.
− Buenos días. – Jesús, eso sonaba taaaan retorcido en su mente, y eso era porque podía reconocer esa voz en cualquier lugar.
− Dos espressos, y un croissant, tomaré un espresso y el croissant aquí. − levantó la vista un poco y vio largos mechones castaños de cabello cayendo en cascada sobre el rostro de Rebbeca. Sí, por supuesto que se ve así siempre. −
− ¿Algo más? − Freen escuchó su voz un poco diferente... Quiero decir, estaba tranquila como siempre... pero era diferente.
− No. −
− Vuelvo enseguida. −
Esa oración nunca la había lastimado así... pero no fue la oración, fue la voz, el tono, la persona y cómo Rebbeca nunca la reconoció, pero ella también hizo lo mismo, ¿por qué se sentía herida?
Freen miró hacia arriba al verla alejarse y los flashbacks la atacaron horriblemente. Por supuesto, recordaba su vestido y el uniforme; aquí Rebbeca se veía diferente, vestía un par de converse color beige, un suéter flojo y jeans... era tan... bueno, necesitaba evitar que su mente divagara una vez más.
Unos minutos más tarde y el olor del café fuerte la sacó de sus pensamientos, pero aun así no miró a Rebbeca en ningún momento, solo mantuvo los ojos pegados a la mesa. Rebbeca dejó los cafés y el croissant en la mesa y una vez más se alejó.
Bueno, no fue tan malo como ella pensaba, ¿verdad? Quiero decir... no estaban hablando exactamente, pero Rebbeca se comportó...
Dios, se comportó... no es como si fuera una adolescente, pero Freen era densa y estúpida.
Quince minutos después, cuando Freen terminó su café y croissant, levantó la mano para pedir la cuenta. Antes incluso de que Rebbeca tuviera tiempo de llegar a la mesa, Freen agarró sus cosas y se puso de pie a toda prisa caminando hacia la salida, dejando un billete de 100 dólares sobre la mesa. Rebbeca llegó allí y vio lo que hizo Freen, así que prácticamente corrió y la alcanzó antes de que tuviera la oportunidad de irse, simplemente tocando suavemente su hombro...
− ¿Qué es esto? −
− Dinero. −
− Vaya, ahora haces comedia. − Rebbeca volvió a ser tan estoica y sarcástica. Eso encendió algo a Freen. − Solo paga lo que es... aquí. − Rebbeca le ofreció la cuenta y Freen retrocedió un poco, y en ese momento fue lo suficientemente claro para la chica más baja que Freen ahora evitaba totalmente sus ojos. − Tienes que estar bromeando... escucha Freen... te dije que está claro... no tienes que preocuparte de que te mire a los ojos y me enamore de ti... porque eso no pasará y si te ayuda a sobrellevarlo, este acto en el que finges que no existo, adelante, hazlo... pero trata de ser cortés y madura cuando vengas a donde trabajo... o solicita una camarera diferente y paga directamente al cajero, solo se cortés por el amor de Dios. −
− Está bien. Perfecto. – ¿De verdad Freen? ¿De verdad?
Rebbeca volvió a entrar y Freen también. Rebbeca fue directamente a la cocina y Freen procedió a pagar según lo dicho. Por primera vez en su vida, sintió que Rebbeca la dejo como estúpida, idiota, tonta e inmadura, quiero decir... ella se había sentido estúpida antes, pero esta vez estaba más allá de eso.
Y las palabras de Rebbeca estarían en bucle reproduciéndose dentro de su cerebro... solicitar una camarera diferente, pagar al cajero... entonces, ¿Rebbeca estaba bien con que Freen la evitara? ¿Y por qué eso la perturbaba?
Sin embargo, parecía que estaba siguiendo perfectamente lo que había dicho Hoyuelos Bonitos, dos semanas después y sin contacto ni comunicación con la chica... Quiero decir, verla desde el cuarto piso de su edificio no contaba, por supuesto. Otra semana y estaba (como la mayoría de los días) en camino al café, llegó un poco tarde para almorzar, tal vez 2 horas más tarde... pidió lo de siempre sin ninguna esperanza de tener a Rebbeca como su camarera. Simplemente estaba perdida en sus pensamientos cuando vio la familiar silueta de ella en la parada del autobús. ¿Ya se iba? ¿Por qué? ¿Estaba ella...? ¿Por qué había un auto estacionado frente a ella...? ¿Por qué el auto se veía tan caro y por qué una mujer le sonreía a Rebbeca de esa manera? El tenedor de Freen se quedó allí... frente a su boca... estaba ocupada mirando. ¿Quién diablos era esa mujer? Y cómo se atrevía a hablarle así a su Bec-no, a Rebbeca... Quiero decir, era tan obvio por la forma en que la miraba que le gustaba.
Freen vio como esa mujer abrazó a Rebbeca por más de 10 minutos... ¿Por qué carajo y quién carajo? Intentó volver a comer en paz, pero una vez que vio a Rebbeca subirse a ese auto con esa mujer, estaba lejos de estar tranquila... sintió el sabor del acero en la boca demasiado fuerte como para darse cuenta de que había mordido su mejilla mientras intentaba calmarse, era tan patético... ¿Por qué estaba celosa? ¿De quién? ¿Rebbeca? ¿Y por qué?
La evitaba, la rechazaba y ahora estaba celosa de alguien que probablemente estaba saliendo con ella y se la follaría y la escucharía gemir... y ahora Freen también estaba enojada porque tendría que pagar el plato, se partió en dos con su tenedor... todo gracias a Rebbeca.
Ya había pasado más de un mes, casi dos semanas después del mes... ¿Por qué estaba recordando su noche y mañana con ella y ahogándose en celos? Patético.

Like a fool (𝘧𝘰𝘳 𝘺𝘰𝘶). - Freenbecky -Onde as histórias ganham vida. Descobre agora