Doctor Who (2005)

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Año de estreno: 2005

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Año de estreno: 2005

Duración: 13 temporadas de 45 minutos por episodio

Reseñado por Lobodepeluche

A estas alturas, la franquicia de Doctor Who se ha constituido como una embajadora internacional de lo británico. Tan reconocible como James Bond, Harry Potter, los acentos posh y los adolescentes que se emborrachan para proceder a tirarse de balcones en España. La imagen del señor que se pasea por ahí con su cabina azul... como mínimo nos suena a todos. No es para menos si tenemos en cuenta que, desde su primera emisión en 1963, estamos ante la serie de televisión británica más longeva de la historia. Que vale, tiene truco porque se pasó cancelada diez años hasta que a alguno de los señores encorbatados de la BBC le dio por sacarla del cuarto de los trastos viejos, pero... si solo contamos a partir de la versión moderna, llevamos ya la no menos impresionante cifra de veinte añitos.

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Ahora, ¿de qué va en realidad la serie? Pues son aventuras juveniles de Ciencia Ficción fantástica. La trama nos pone en la piel del apodado «El Doctor», un excéntrico alien de forma humana que dejó atrás su verdadero nombre, escapó de su tierra natal robando una máquina del tiempo, y ahora vaga sin rumbo fijo como una suerte de bienhechor del espacio. Lo que pasa es que a menudo se siente solo, por lo que siempre termina paseándose por la tierra hasta que le sale algún amigo, al que suele conocer después de salvarle la vida de algún ataque extraterrestre o fenómeno extraño. Estos amigos, que el fandom bautizó como companions, siempre terminan viajando con él por el tiempo y el espacio y sirven de recurso de guión básico: en mundos tan vueltos del revés, son los personajes con los que el espectador puede conectar e identificarse. Y es que antes de que te dé tiempo a preguntarte qué demonios es el bicho nuevo de la semana, se revelan como la excusa perfecta para plantarte la explicación pertinente. El doctor se lo cuenta al companion, y por extensión a ti también.

La historia, aunque sí puede llegar a ponerse enreversada según el guionista o la era que te toque, nunca esconde su tono ligerito. Definitivamente, no me parece que ahí recaiga el encanto de la obra. Lo que hace a Doctor Who tan especial es el tono.

Porque a cada segundo que pasa ves más claro que es hija de otra época. Es un señor mayor que se resiste a ponerse Netflix y quiere verlo todo en la tele, o un escritor que rehúsa escribir en nada que no sea una hoja de papel . Es lo que hoy día serían esos famosos seriales de aventuras y ciencia ficción de serie B que asolaron los años 50, en un universo alternativo en el que nunca pasaron de moda. Se regodea en su condición pulp bien orgullosa, mayestática como el plural, agudizando el ingenio para resolver mediante todo aquello que no puede mostrar por limitaciones de presupuesto.

¿Que tenemos un ejército de naves espaciales dispuestas a entrar en combate al menor movimiento en falso? ¡Ningún problema! Discursito épico, y ya se marcharán voluntariamente. ¿Que aquello tampoco funciona? Nada que cuatro ajustes a un objeto x no puedan remediar. Siempre aparecerá, como salida del bolsillo mágico de un Doraemon espacial, la solución idónea que permita resolver la situación eludiendo cualquier enfrentamiento directo. Y ahí es donde la originalidad del equipo de guionistas debe brillar con luz propia.

Porque originalidad es la palabra que mejor define a la serie británica en toda su extensión. Esto es, a la vez, su mayor acierto y su peor maldición, ya que el que algo sea original no necesariamente implica que sea bueno. Ciudadano Kane fue tremendamente original en su época, pero si yo saco ahora una película que consista en un plano único de tres horas de un simio rascándose la cabeza también lo sería.

Por esto, la calidad puede a veces ser un poco inconsistente

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Por esto, la calidad puede a veces ser un poco inconsistente. No es raro encadenar varios episodios que dejen un poco fríos, pero cuando todo se alinea... se alinea extremadamente bien y salen algunos de los capítulos más divertidos que he visto en la televisión de las últimas dos décadas. El truco para saber si te va a tocar un episodio mejor o peor, al final está en identificar rápido a tus guionistas favoritos.

Precisamente, y encadenando con eso, tengo que confesar que la vuelta de Russell T. Davies me emociona, porque quiero ver un Doctor Who que esté en forma de nuevo. Tras una serie de temporadas un poco así asá a causa de un showrunner que personalmente me parecía un poco regulero, que regrese el señor que básicamente convirtió a la serie moderna en lo que es, nos va a traer nuevas temporadas llenas de potencial.

Al final, por eso la recomiendo. Sí, puede ser un poco irregular a veces, y las partes malas a menudo tienen errores de guion un poco flagrantes, pero eso son detalles que solamente me molestan con el episodio en perspectiva y sacando mi ojo crítico de adulto. Porque ver Doctor Who es sufrir una regresión temporal no sólo en el sentido de recuperar el espíritu de los adorablemente casposos seriales del siglo pasado. Cuando llega el día en que se emite, durante cuarenta y cinco minutos, yo vuelvo a ser el mismo niñito que se quedaba pasmado viendo los dibujitos animados que pusieran ese día. Y eso no tiene precio.

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⏰ Última actualización: Sep 26, 2023 ⏰

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