20. Esposa.

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Al despertar, lo primero que busque fue a Neji, pero ya no estaba a mi lado.
Me puse de pie y dirigí al baño, ahí me cambiare de ropa.

Salí justo cuando Neji también salía de la cocina con el desayuno listo. Olía bastante bien.

– Come algo antes de irte.

Obedecía al Hyuga y me senté frente al plato de comida.

– No creí que supieras cocinar.

– No soy tan estúpido. - arqueó la ceja.

– Bueno, sólo creí.

Revise la hora en mi celular, y ya casi es la hora de abrir la tienda. Comí tan rápido como pude, tomé mis cosas e inmediatamente abrí la puerta para salir.

– ¡Me voy! - grite desde ahí antes de cerrar la puerta.

Llegue al trabajo cuando ya estaba todo listo para empezar a recibir los clientes, ya sólo tuve que acomodarme en mi puesto y sonreír a toda persona que llegara.

.

Por las prisas, olvide traer alguna fruta al trabajo, así que debía salir a comprar algo para comer.

– ¡Señor! Que honor tenerlo aquí.

Estaba en los probadores cuando escuche a una de las chicas hablar un poco alto.
Me asome en busca de la mujer, asumí que un cliente súper importante había llegado.

– Hola. Busco a mi esposa.

– Está por allá.

Regrese a donde estaba, no quería que me viera espiándolo.
Continúe colgando la ropa que estaba en el vestidor, pegue un pequeño brindo al sentir sus grandes brazos rodear mi cintura.

– Le he traído la comida a mi linda esposa.

Puso enfrentó de mi la bolsa con la comida dentro, olía muy bien.
Deje lo que estaba haciendo y tomé la comida. Él no perdió el tiempo y rodeo por completo mi cintura con ambos brazos.

– Sabes que no era necesario. Podía comprar algo en alguna tienda.

– No. Es parte de mi trabajo encargarme que comas adecuadamente.

– Bueno, agradezco que seas muy bueno en la cocina. Pero, sabes que no debes abrazarme aquí, estoy trabajando.

Me incomode un poco, hay cámaras de seguridad y los chicos del trabajo nos veían a lo lejos mientras se cuchicheaban.

– ¿Te molesta que nos vean?

– Me incomoda. Aunque seas alguien importante, hay que tener respeto.

Lo escuche chasquear la lengua, pero me obedeció.
Levante la mirada hacia él, no se le veía muy contento.

– Bien. Entonces sólo te acompañare a comer.

Mando a todo el personal de la tienda a comer, quiso obligatoriamente que nos quedáramos solamente los dos ahí.
Neji también llevó su comida, se justificó diciendo que no quiere comer solo en el departamento.

Comimos en silencio sobre el mostrador, y al ser más rápido en comer Neji, me estuvo abrazando mientras yo seguía comiendo.

– No hay nadie, no te quejes.

– No te iba a decir nada.

Termine casi diez minutos más tarde, acomode y metí nuevamente los trastes en la bolsa para que se los llevara.

– Gracias por la comida.

– ¿Qué quieres cenar?

– Lo que sea menos atún.

Matrimonio Anhelado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora