Mikasa estaba harta de sentirse sola, de modo romántico. Así que tomando un consejo de su mejor amiga, decide conseguirse alguien a quién mimar y querer. Exacto, una babygirl.
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Narrador omnisciente.
Había pasado ya poco más de un año desde que Mikasa y Annie se habían conocido, bastante tiempo a decir verdad.
Cualquiera esperaría que se hubieran conocido de una manera normal, pero la realidad, es que fue de manera inusual. Casi nadie pensaría que se conocieron debido a que la pelinegra había pagado una gran cantidad por la rubia, nadie imaginaría que la había comprado en una especie de prostíbulo refinado.
Pero esos son detalles que solo ellas sabían, cosas que a nadie le debía importar saber. Cosas que quedarían en su intimidad como "pareja".
A eso querían llegar en la actualidad, querían establecerse como una pareja. Luego de haber pasado más de un año actuando como una real, lo cierto es que no lo eran. Ninguna había dado el paso de formalizar la relación hasta aquel punto. De igual manera, no había nada que ambas quisieran más que ser novias.
Luego de la extraña relación que estuvieron manteniendo, donde de alguna manera Mikasa era la sugar mommy de Annie. Ambas habían desarrollado una relación que iba más allá de una amistad, o una relación de puro interés materialista.
Al inicio a ambas les costó acostumbrarse a convivir de la nada con alguien desconocido, pero luego, con el pasar del tiempo y los momentos vividos, ambas se acostumbraron y se fueron conociendo de a poco, aunque no sabían todo de la otra, aún quedaban detalles sin conocerse. También, desarrollaron una relación para envidiar. El nivel de respeto, cariño, confianza que se tenían era impresionante. Nadie creería que una relación que empezó como empezó pudiera llegar a esos niveles.
Luego de haber compartido tanto tiempo juntas, su relación parecía más de una pareja de casadas que una pareja de chicas que no poseían relación alguna.
Ninguna poseía conocimiento alguno sobre cómo mantener una relación funcional, ya que ninguna de las dos había tenido una antes, ambas vivían el día a día por puro instinto pero eran felices de esa manera.
Ambas habían conseguido lo que estaban buscando en un principio, Mikasa había conseguido quién la apoye, la entienda, la quiera, la acompañe en sus momentos. Y Annie había conseguido la felicidad que por mucho tiempo estuvo buscando. Ambas eran más felices de lo que nunca habían sido en sus vidas, ambas se sentían seguras entre ellas.
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