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Narra Annie.

Caminaba por los pasillos de una gran institución siguiendo a una joven que me estaba enseñando el lugar, a mi lado se encontraba Mikasa.

Por si no lo había aclarado, Mikasa, me había propuesto -más bien obligado- a que haga mi último año de secundaria, así contaba con el secundario completo. No entendí para que era que lo quería, pero al final terminé accediendo a esto, ya que tenía mucho tiempo libre y necesitaba moverme en algunos aspectos.

Pero no contaba con la horrible noticia que acababa de darme la chica esta, de nombre Hitch

-Usted señorita va a ir al turno mañana, por lo tanto su horario de entrada es a las 7:00 A.m- no, no, no, me niego rotundamente.

-¿Qué? ¿Cómo? No no, esto tiene que ser un error- no entendía como Mikasa me pudo haber hecho esto.

-Si, Annie, te inscribí en la mañana- Mikasa me dijo acomodando su lacio y hermoso pelo negro hacia atrás.

-¡Mikasaaa!- le hice un berrinche -¿Por qué?

-Porque sí- me declaró mirándome seriamente.

Me crucé de brazos enojada y esperé hasta que temrinara todo este show, Mikasa sabía cuan preciadas para mí eran mis horas de sueño, no podía venir de la nada y cambiarme eso.

•••

Cuando salimos del gran edificio fuimos hasta la camioneta de Mikasa, me subí aún enojada con ella por la horrible idea de querer que YO vaya a la escuela de mañana. Era algo que me costaría superar.

-Annie...- Mikasa suspiró poniendo sus grandes, venosas y pálidas manos en el volante del auto.

Obvio que no respondí.

-Annie- espetó esta vez seriamente y con voz firme.

-¿Qué?- pregunté de mala gana.

-¿En serio te enojaste por esa ridiculez?- me miró seriamente con su hermosa cara de póker.

-Si.

-Dios, no podés ser tan chiquilina- ¿Perdón? ¿Escuché bien? ¿Me llamó chiquilina?

-¿Que dijiste?- la miré también seriamente.

-Lo que escuchaste, no puede ser que te hayas enojado por el simple hecho de tener que ir a la escuela de mañana- Mikasa me retó.

-Sabés perfectamente que mis horas de sueño son muy importantes para mí, ¿Por qué no ir a la tarde?- me crucé de brazos retandola con la mirada.

-Porque la gente que va a la tarde me cae mal, son re raritos y seguramente la mayoría vaya por malos pasos y terminen siendo unos drogadictos sin futuro- me quería reír de la estupidez que acababa de decir Mikasa.

-¿Es en serio? ¿Todo por eso?- me reí y ella asintió mirándome rara por el repentino cambio de mi personalidad.

-¿De qué te reís?- me preguntó alzando un poco la voz pero sin llegar a ser un grito.

-La chiquilina a mi parecer es otra- la reté con la mirada.

Mikasa abrió los ojos y la boca, cerrándola y abriéndola por unos segundos. Paró al costado del camino por el que íbamos y me miró.

-Vení- me miró sería dando palmadas en su regazo con ambas manos.

-¿Para qué?- levanté una ceja mirándola sin entender.

-Vení- declaró y me dió miedo, así que fui.

Me moví y de un pequeño saltito me senté sobre ella, apoyando mi espalda en el volante. Apreté la bocina sin querer, me reí pero me puse sería enseguida debido a que no entendía que estaba pasando ni a qué se debía tanta seriedad.

MommikasaWhere stories live. Discover now