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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente.

Luego de un largo recorrido hasta llegar a la casa de Mikasa, Annie se sorprendió al ver una casa, que aunque era de gran tamaño, se notaba que era una casa y no una mansión. Al ver a la mujer por primera vez, pensó que está vivía en una mansión rodeada de lujos, al parecer se equivocó.

-Pensé que vivirías en una mansión- mencionó la rubia mirando por la ventana.

-¿Esperabas que viviera en una?- Mikasa la miró algo ¿Decepcionada?

-La verdad si- pero seguido aclaró -quiero decir, cuando te vi por primera vez en ese lugar noté que eras de dinero, y la gente así suele vivir en mansiones ridículamente gigantes, parece que te dió la humildad- rió al mencionar aquello último.

-Si... Digamos que es medio al pedo vivir en un lugar tan grande, solo estoy yo y de vez en cuando la chica que me ayuda con el mantenimiento de la casa. Así que para qué algo tan grande.

A Annie le gustó lo que escuchó, por lo que en un impulso le dió un beso en la mejilla a la ojigris.

-¿Y eso por qué fue?- preguntó Mikasa mientras tocaba su mejilla besada, era algo que verdaderamente no se esperaba.

-Perdón, solo me dieron ganas, ¿Te molestó?- la rubia mordió su labio un poco avergonzada.

-No, claro que no, no te preocupes- sacudió su mano restando importancia -pero no hagas eso.

-¿A qué te referís?- porque si se refería al beso, entonces aquella mujer era muy bipolar, si acaba de decirle que aquello no le importaba.

-Morderte el labio- contestó mirando los labios ajenos.

-¿Por qué?- repitió aquella acción "inconscientemente".

-Porque eso solo aumenta mis ganas de besarte- contestó aún embobada mirando aquella boca -lo volviste a hacer.

-Perdón, es algo que hago inconscientemente- la rubia estaba avergonzada.

-No hay problema, vení vamos a entrar.

-Está bien- Annie abrió la puerta del vehículo.

-Esperá- le dijo Mikasa, la rubia la miró confundida.

Mikasa salió del auto rápidamente y se dirigió hacia el otro lado para poder abrirle la puerta.

-Gracias- dijo bajando del auto con la caja.

-No es nada.

Mikasa cerró la puerta y le dijo que espere ahí parada en lo que ella buscaba la valija del baúl.

-Vení- Mikasa tomó la mano libre de Annie para llevarla hacia la entrada del hogar.

Ya en la puerta, la alta sacó de su bolsillo el manojo de llaves buscando la de la entrada. Una vez abierta aquella puerta, le cedió el paso primero a la chica más baja.

-Bonita casa- mencionó la rubia mientras caminaba a su vez que miraba todo a su alrededor.

--Gracias, me alegro que te guste- Mikasa guió a Annie en dirección a la sala -sentate donde quieras.

La sala estaba conformada por una mesita en el centro; era de baja estufa pero con una amplia superfici, un gran sillón con forma de L de color azul oscuro, del otro lado de la mesita había 2 sillones individuales del mismo color con almohadones de un color crema, en el centro de la pared de enfrente había un televisor de gran tamaño, debajo tenía un mueble; donde tenía unos adornos y una que otra foto, en un cubículo había una Nintendo Switch, en otro una PlayStation, en otro había una gran variedad de juegos para las consolas y en el último estaba el módem del wifi. En la pared del lado izquierdo tenía una estantería incrustada en la pared con libros, y para finalizar en el lado derecho tenía un inmenso ventanal que daba en dirección al patio, pero se encontraba tapado con una doble cortina.

La rubia decidió sentarse en un extremo del sillón en L. Dejando cuidadosamente la caja en la mesita del centro, ya que esta contenía algo muy importante para la rubia, algo que no pasó desapercibido por Mikasa.

-Bueno, acá estamos ¿Qué querés hacer?- Mikasa se sentó a su lado, pero siempre manteniendo la distancia.

-No sé, ¿Podrías... Enseñarme la casa?- consultó mirándola fijamente.

-Si, por supuesto que sí. Pero antes, quería saber qué tenés en la caja- Annie la miró con una ceja alzada -noté que la cuidas con mucho cariño.

-Es que en ella llevo algo que es muy importante para mí- Annie se paró para poder abrir la caja.

-¿Qué es lo que contiene? Si es que puede saber- dijo Mikasa mirando a Annie, que al estar un poco inclinada notó que su trasero estaba en su campo de visión, aunque trató de correr su vista de él fue complicado.

-Que buen trasero que tiene- la mente de Mikasa maquinó ese pensamiento por si sólo, se regañó mentalmente debido a ese desubicado pensamiento.

-Mirá- la rubia llamó su atención -él es diakko, mi bebé- Annie había sacado de aquella caja una tortuga, Mikasa la miró fijamente un rato debido a que nunca había visto una de cerca -¿Mikasa, estás bien?

-A-ah si, solamente me sorprendió el hecho de que tuvieses una tortuga. Es muy bonito- Mikasa halagó al animal, y no mentía, era muy bonito.

-Así es, es hermoso, ¿hay algún problema con que se quede?- esto le preocupaba, había pasado toda su vida con él, se negaba a separarse. Si él no se quedaba, ella tampoco.

-No... No pasa nada- Mikasa recálculo un poco -oh bueno... Si.

-¿Qué?¿Qué pasa?- Annie no entendía a que se refería.

-Es que- Mikasa se rascó la nuca con un dedo -tengo un gato.

-¿Qué? No me digas, se lo va a comer- Annie se preocupó debido a eso.

-Si, lo siento. Sólo no sabía que venías con la sorpresa- Mikasa continuó rascando su nuca con su dedo.

-¿Qué vamos a hacer?, porque si Diakko no se queda, yo tampoco.

-No, yo lo resolveré, no te preocupes- lo último que Mikasa quería era que Annie se fuera.

-Bueno, está bien- Annie acarició el caparazón de la tortuga.

-Tomatico es muy buena, no creo que tengas problema alguno con ella.

-¿Ella?¿Tomatico?- Annie se rió del comentario de aquel animal.

-¿Qué te pasa?¿te estás riendo de su nombre?- preguntó Mikasa un poco enojada.

-No, bueno si. Es sólo que me dió risa el nombre.

-Es buenísimo, además, yo no me he reído del nombre de tu tortugo, que tiene nombre de mujer pero es macho- dijo Mikasa cruzándose de brazos mientras inflaba los cachetes.

-Es más decente que Tomatico.

-Mentira, vamos, te voy a mostrar la casa.

-Mentira, vamos, te voy a mostrar la casa

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MommikasaWhere stories live. Discover now