9.- "Recuperando los buenos momentos"

78 9 5
                                    

El joven se encontraba dentro de una espesa neblina, no podía ver más allá de la extensión de sus brazos. Estaba oscuro, hacía frío y un silencio sepulcral que podía erizar la piel de cualquiera. Escuchó la voz tenue de una mujer que lo llamaba en la distancia, su silueta se hacía cada vez más visible conforme él caminaba hacia ella. Por más que la seguía no podía alcanzarla, no podía determinar su figura con claridad, ella no lo permitía, estaba molesta, lo culpaba una y otra vez en ecos interminables. De pronto, el fuerte sonido de un estruendo seguido del chillido de esa mujer le hizo salir de ese sueño. Se incorporó repentinamente y aspiró una fuerte bocanada de aire. Sintió el sudor en su frente y cuello, dirigió su mano hacia su teléfono móvil sobre la mesita de lado cuya alarma no paraba de sonar.

Garreth se restregó los ojos y vio la hora, se le estaba haciendo tarde para prepararse antes de ir a la universidad. Hacía bastante tiempo que no tenía ese tipo de pesadillas, se maldijo por dentro y resopló, ni siquiera en la soledad de su casa era capaz de decir lo que sentía en voz alta. Fue hasta el espejo en el baño y se miró de frente, su rostro se llenó de arrugas por las emociones contenidas, al ver el reflejo de la peor persona en el mundo y, por un instante, se sintió indigno de tener nuevamente la compañía de Duke. Se echó agua en la cara y evitó verse de nuevo, así podría hacer a un lado esos negativos pensamientos, olvidar de momento aquello que lo atormentaba.

Le había prometido a Duke pasar por el para ir juntos al campus. Sonó la bocina al encontrarse fuera de la vivienda y el pelirrojo salió al poco tiempo. Ari los vio desde su ventana, aun no se sentía con la suficiente entereza para enfrentar a Garreth luego de lo sucedido. Prefería llegar un poco tarde y esperar a que ellos se marcharan primero. Aunque Garreth y Duke estudiaban distintas carreras, se encontraban muy cerca una de la otra, además, tenían algunas asignaturas en común. Lo que les brindaba oportunidades para verse con frecuencia dentro del campus. Para la mala fortuna de Duke, esa joven pelirroja compartía casi todas las clases con Garreth, siempre estaba muy cerca de él, demasiado cerca, tanto que llegaba a tomarlo por el brazo con casualidad y tardaba en soltarlo. Las cejas de Duke se crispaban incontrolablemente cada vez que veía a esa chica actuar con tal desfachatez.

—Veo que ahora se llevan mejor —soltó Wendy de pronto.

—Sí, decidimos retomar nuestra relación —respondió Duke.

—¿Volvieron a ser compañeros? —Ella aludió a lo que Garreth había dicho—. Creí que ya eran amigos.

—La verdad es que Duke... —mencionó Garreth y Duke dirigió su mirada hacia él—, es mi mejor amigo.

Los ánimos del pelirrojo cayeron al suelo al escuchar el término "amigo", tenía la ingenua esperanza de que el alto joven le dijera la verdad de su relación. Aunque una pequeña parte de él sabía que eso no era posible, debido al estigma que aún persistía hacia las personas que tuvieran un interés amoroso hacia otras de su mismo sexo. Quizá no sería tan terrible revelar la verdadera naturaleza de sus sentimientos, pero solo pasaron por momentos desagradables en el pasado debido a ello y temían que algo así les volviese a ocurrir. Sin poder revelar el motivo real, era imposible para Duke alejar a esa chica, además, tenerlos a ambos era para ella un premio doble. Aunque ella representaba el principal obstáculo para tener momentos a solas, se le sumaban otras chicas compañeras de Garreth.

Duke quería tomarlo de la mano, abrazarlo, besarlo hasta quedarse sin aliento y respirar su fragancia hasta la última gota, eso pensaba con desesperación y anhelo, pero la vida en el campus no le permitía llevar a cabo sus más profundos deseos. No podían demostrarse afecto con libertad, debían esperar a que estuvieran solos y esas oportunidades eran escasas. Al ir al servicio, las chicas lo hacían juntas, por lo que Duke miró hacia los lados y tomó de la mano a Garreth para irse rápidamente de ese lugar. El alto joven se mostraba confundido a la vez que dichoso, por la repentina acción del pelirrojo. Notaba el latir de su corazón que se sincronizaba con el de él mientras lo sostenía de la mano. Con solo rozar su mano era como estar dentro de un sueño sin necesidad de dormir. Uno vívido, hermoso y perfecto. En su mente ya se había convertido en prisionero de esa maravillosa sensación.

Memorable [BL]Where stories live. Discover now