³⁰

88 10 0
                                    

Despierto con las primeras luces del amanecer, que lo baña todo de tonos rosados y rojizos. El cielo se ha llenado de nubes durante la noche, y la temperatura ha descendido bastante, pero bajo la mantas y acurrucado a SungHoon  el frío no me molesta demasiado. Cierro los ojos y me pego más a el, abrazándome a su torso. A una parte de mi todavía le cuesta creer que esto esté pasando realmente, pero su aroma  y su tacto son tan reales que es imposible dudarlo.

Un rato después SungHoon comienza a moverse, y cuando abro sus ojos veo que ya se ha despertado.

─ Buenos días ─  susurro con una sonrisa.

─ Buenos días ─  dice él, frotándose los ojos con las manos. Está tan adorable que no tengo más remedio que besarlo.

─ ¿Has dormido bien?─  le pregunto cuando nos separamos.

─ De maravilla. ¿Y tú?

─ También.

Esta vez es el quien se acerca para besarme. Continuamos así durante un buen rato, saboreandonos el uno al otro, hasta que el beso comienza a intensificarse y se nos escapan pequeños jadeos contra la boca del otro, jadeos que nos hacen besarnos con más ganas todavía. Cuando me doy cuenta, SungHoon está encima de mi, besandome con avidez, saboreando mi boca como si jamás hubiera probado nada mejor. Sus manos recorren mi cuerpo por debajo del abrigo, y después por debajo del pijama, y cada roce hace que me ardan las terminaciones nerviosas como si estuvieron en llamas.

Apoya su peso sobre mi cuerpo con suavidad, lentamente, asegurándose de que note a la perfección cuanto me desea, las ganas que tiene de mi. Yo me arqueo un poco hacia arriba, para que note las ganas que tengo yo, y entonces comienza a besarme el cuello, haciéndome soltar un gemido prolongado.

Entonces un recuerdo aparece en mi mente.

YeonJun.

YeonJun y yo en un campo muy parecido a este, el calor del verano, sus gemidos en mi oído, el dolor que intento soportar por el a pesar de las lágrimas.

Me quedo paralizado. Una parte de mi quiere que SungHoon continúe, pero esta no sería la primera vez que tengo sexo en un campo en mitad de la nada, y no quiero que mi primera vez con él sea asi. No quiero que tenga nada que ver con YeonJun.

Me aparto ligeramente.

─ Lo siento─  susurra, con la voz jadeante.

─ No pasa nada─  Aseguro ─  Es solo que....aquí no, ¿si?

─ Entiendo...

─ ¿Estás enfadado?

Suelta una risita.

─ Claro que no ─ me asegura.

─ No es que no quiera─  me apresuro a aclarar ─ Si, que quiero, créeme. Es solo que aquí...

─ Lo sé. No te preocupes, lo comprendo.

─ Gracias.

Me da un beso rápido en los labios y se acurruca junto a mi. Creo que volvemos a dormirnos, porque cuando me doy cuenta el sol está más alto, y las temperaturas han bajado considerablemente. En el cielo hay unos gruesos nubarrones oscuros, y en la distancia oigo lo que parece un trueno. Lo más probable es que se ponga a llover de un momento al otro.

─ Deberíamos marcharnos─  dice SungHoon

Lo recogemos todo y volvemos al coche. Juago cuando Sungahoon lo pone en marcha, una lluvia fina comienza a caer. Miro hacia atrás, hacia el granero, y veo la lluvia cayendo sobre el tejado donde hemos dormido hasta el amanecer. Sonrio al pensar en lo que habría pasado si nos hubiéramos quedado tan solo un par de minutos más, habríamos acabado empapados.

─ Dejame aquí ─  le pido al llegar a la entrada del pueblo.

─ ¿Seguro? Te vas a empapar.

─ Bueno, tampoco está lloviendo tanto. La gente ya estará despierta, y no quiero que nadie nos vea juntos. No es por ti, pero...

─Lo sé. Pero paro aquí entonces.

Tras despedirnos, echo a caminar tan rápido como puedo, con cuidado de no resbalar. Por suerte, la lluvia significa que no hay mucha gente en la calle, de modo que nadie me ve. Además, mi abrigo tiene capucha, así que no me mojo demasiado.

Al llegar a casa entro con cuidado, tratando de no hacer ruido. Pero mi madre ya está despierta, y sale de la cocina con expresión preocupada cuando oye la puerta cerrándose.

─Pensaba que era... ¿Qué estabas haciendo fuera?

Mierda. No se me ha ocurrido pensar en una excusa por si me pillaban.

─Estaba....Eh...Sunoo me mandó un mensaje para ir a desayunar churros. No quería despertarte, así que...

Se qué no es muy creíble, y en el rostro de mi madre veo que no se lo cree del todo, pero no hace preguntas.

─Pues ve a darte una ducha caliente,que estas empapado. No quiero que cojas una pulmonía.

─Vale.

Echo a andar hasta el cuarto de baño, pero me detengo antes de entrar.

─Mamá, ¿estás bien?

Parece sorprendida por mi pregunta.

─Sí, sí...tranquilo. Se fue después de la discusión y todavía no ha vuelto, así que...

─No dejes que vuelve a pegarte, ¿sí? Por favor...─ Asiente con la cabeza, con actitud avergonzada. Tiene los ojos húmedos, así que me acerco a ella para darle un abrazo que ella acepta con gratitud. ─Te quiero.

─Y yo a ti, hijo. Anda, vete a la ducha. Te vas a enfermar.

Ya en el cuarto de baño, me apresuro a despejarme de la ropa para meterme en la ducha. Entonces veo los cortez de anoche, de los que ya me había olvidado. Casi siento nauseas al verlos, y me doy cuenta de que no puedo seguir haciendo esto. No puedo seguir así. La sangre está seca y me cuesta un poco lavarmela, y el dolor me impulsa a hacerme una promesa.

No voy a volver a cortarme. No puedo volver a cortarme.

𝑺𝑯𝑨𝑫𝑶𝑾⁰¹ 𝑱𝑨𝑲𝑬𝑯𝑶𝑶𝑵Where stories live. Discover now