Capítulo 19. Lugar seguro.

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Me remuevo sobre la cama. No quiero abrir los ojos, quiero seguir durmiendo. Después de unos minutos intentando conciliar el sueño —y sin conseguirlo—, comienzo a abrir los ojos paulatinamente. Observo la habitación a mi alrededor... no es mi habitación. Me siento de golpe, asustada, y el movimiento brusco provoca que las sienes palpiten en dolor. Joder, ¿dónde estoy? ¿Cuánto tomé ayer? Siento como si me dieran con martillos en la cabeza. Busco por mi teléfono y lo veo al lado, sobre una mesita de noche. Pero no es lo único que veo. Una pequeña fotografía enmarcada de Colin junto a su familia. Tomo el marco para verla más de cerca. Noto que hay otro hombre en la fotografía, uno que no había visto antes. Supongo que es el padre de Colin. ¿Qué habrá pasado con él? ¿Por qué Colin no me ha hablado de él? A pesar de que tengo curiosidad, llego a la conclusión de que debe haber una historia detrás. Él tendrá sus razones por las cuales no me cuenta sobre él y yo no debo insistir en eso. Si algún día quiere contarme la historia de su padre lo hará, mientras tanto, yo solo debo respetar su silencio.

Dejo la foto en su lugar y tomo mi teléfono. Está descargado. Me quito las sabanas de encima y veo que sigo con la misma ropa de ayer. Veo hacia el otro lado de la cama y no hay rastros de Colin. ¿Dónde se habrá metido? En ese momento, justo como llamado por mis pensamientos, la puerta se abre y él aparece. Sale de lo que supongo es su baño, ya que lleva envuelta una toalla en la cintura y el cabello mojado.

—Oh, ya te has despertado —dice él al verme.

A pesar de que quiero decirle algo las palabras se quedan atascadas en mi garganta cuando veo su cuerpo semi desnudo, con pequeñas gotas de agua que gotean de su cabello y se deslizan sobre su piel. Demonios. Esta es la primera vez que lo veo así... de esa manera... y, ¡Dios! Qué vista.  Se nota que es un atleta; sus músculos marcados, su cuerpo fuerte y esa V de su cadera que se pierde dentro de su toalla.

¡Maldición! Ya deja de verlo. Bajo la mirada a mi teléfono y juego un poco con él, fingiendo que intento usarlo. Me muerdo el labio, nerviosa, y es hasta ese momento que soy consciente de que mi respiración se ha vuelto pesada. Escucho la suave risa de Colin y sé que se ha dado cuenta. Fui demasiado obvia. Lo escucho que se mueve por la habitación hasta llegar junto a mí.

—¿Cómo te sientes? —pregunta, a la vez que me quita el teléfono de las manos y lo pone a cargar.

—Eh... me duele la cabeza —murmuro, sintiendo la boca seca y no sé si es por lo que acabo de ver o por lo mucho que tomé ayer.

—Entiendo... ¿qué tal si vas a ducharte para bajar un poco la resaca? Hay una toalla extra en el baño y puedes usar algo de mi ropa, si quieres —indica, viéndome. Tímidamente levanto la vista hasta posarla en sus ojos, él me sonríe dulcemente y ladea la cabeza.

Joder, este chico es... definitivamente estoy enamoradísima de él.

—Claro... —es todo lo que puedo decir, su belleza me ha dejado atónita.

—Muy bien. Mientras tú te duchas yo iré abajo a prepararte algo de desayunar, ¿sí? No has comido nada desde ayer.

Asiento. Él se me queda viendo y yo también. Apunta con su mentón hacia el baño y es hasta ese momento que entiendo que necesita cambiarse... en privado. Me sonrojo al darme cuenta de mi atrevimiento y de inmediato me levanto, corriendo hacia el baño. Cierro la puerta y apoyo mi espalda contra esta. No puede ser, eso fue... vaya. Escucho movimiento en la habitación y luego la puerta cerrándose, lo que significa que ya se ha ido. Tomo una gran bocanada de aire, me levanto de la puerta y paso mis manos por mi cabello. Ese chico es impresionante. Dejo escapar una pequeña risa incrédula y vuelvo a morder mi labio, intentando ocultar la sonrisa.

Observo el pequeño baño. Está ordenado y limpio para ser el baño de un chico universitario. El olor a jabón todavía está en el aire, y vagamente me pregunto si así de bien olerá la piel de Colin. Nuevamente siento mis mejillas calientes ante mis pensamientos. A decir verdad, no es lo único caliente. Todo mi cuerpo se ha encendido ante el recuerdo. Sacudo la cabeza levemente en un intento de alejar todos esos pensamientos. Concéntrate, demonios, ordena mi subconsciente. Le hago caso, tomo otra bocanada de aire y comienzo a desvestirme. Me meto en la ducha y abro la llave. El agua caliente cae sobre mí de inmediato. Me quedo un momento bajo la lluvia artificial, disfrutando de la sensación, dejando que el agua se meta entre mi cabello y cubra todo mi cuerpo. Esto tal vez se sentiría mejor si Colin estuviera aquí. Su cuerpo junto al mío bajo el agua. Sus brazos envolviéndome, sus manos sobre mi espalda, las mías sobre sus hombros definidos, bajando por su pecho, su abdomen hasta llegar a...

Más que un juegoWhere stories live. Discover now