Veintidos

923 115 1
                                    

Yoongi abrió los ojos de golpe, su corazón latía con fuerza, un grito congelado en su garganta. El chirrido de los neumáticos, el choque, todo parecía tan real que le tomó mucho tiempo calmarse.

Cuando finalmente lo hizo, salió de la cama y se dirigió hacia el baño más cercano. Eran sólo las seis de la mañana, pero sabía por experiencia que no había manera de que volviera a dormir. Además, cuatro horas de sueño seguían siendo más que las que tenía la mayoría de las noches. Al menos no tenía clases ese día. Terminado con la ducha, Yoongi se cepilló los dientes, evitando su reflejo en el espejo. Sabía que parecía un desastre. Las ojeras parecían haberse convertido en una característica permanente en su rostro pálido, y sus ojos probablemente estaban inyectados en sangre e hinchados. Jongsuk iba a fruncir el ceño y mirarlo con tristeza, y Yoongi tendría que fingir que no notó nada y sonreír, sonreír y sonreír. Sólo pensarlo lo agotaba.

Teniendo en cuenta que era el cumpleaños de Jongsuk y que todo el clan Min llegaría más tarde ese día, la perspectiva llenó a Yoongi de temor y agotamiento mental. Habrían preguntas, miradas de lástima y miradas preocupadas intercambiadas a sus espaldas. Todos lo sabían. Nunca les había dicho nada, pero de alguna manera, lo sabían. Jongsuk probablemente había descubierto todo de Hoseok. Habría sido mortificante si Yoongi tuviera la capacidad de sentir mucho más que entumecimiento.

Lanzó un suspiro, pensando en los numerosos intentos de sus hermanos para convencerlo de tener una charla 'corazón a corazón'.

Jongsuk fue el más agresivo, por supuesto, pero los otros no fueron mucho mejores. Seokmin era casi tan malo como Jongsuk. Minsung fue el único que dejó de presionar sobre el tema después de que Yoongi le dijera que no quería hablar sobre eso. Jisung siguió dándole miradas tan compasivas que Yoongi se sintió aliviado de que este tuviera una familia propia y no viviera en Londres desde que se había casado.

Sin embargo, Yoona fue lo peor. Ella lo abrazaba en cada oportunidad, pero ni siquiera era la peor parte. La peor parte fue cuando había traído a sus hijos con ella. Cada vez que Yoongi los miraba, no podía evitar pensar en otro niño que probablemente estaba solo y asustado en un lugar desconocido. Yoongi sólo podía esperar que perder tanto a su padre como a él no hubiera borrado todo el progreso que Jiwoo había hecho durante el verano.

Alejando el pensamiento, Yoongi se vistió y bajó las escaleras. La casa estaba en silencio. Jongsuk y Taeyong probablemente todavía estaban dormidos. Los otros aún no habían llegado.

Yoongi no se molestó con el desayuno. No tenía hambre. Se puso la chaqueta y salió de la casa. El frío viento de noviembre lo hizo estremecerse. Metió las manos en los bolsillos, tratando de calentarse, pero fue en vano. Siempre tenía frío en estos días.

Yoongi caminó sin rumbo hasta que entró en el parque local. Caminó un rato antes de sentarse en el banco junto a un pequeño y pintoresco estanque. Observó su superficie inmóvil.

Dios, quería dejar de sentirse así. Habían pasado meses. ¿Por qué no podía seguir adelante? ¿Por qué todavía sentía que se estaba ahogando y no sabía el camino?

Yoongi cerró los ojos.

Lo peor era no saberlo. ¿Jungkook estaba bien? ¿Estaba todavía en coma? ¿O había...?

Yoongi se mordió el labio con fuerza. Sacó su teléfono y lo miró. Sabía que si lo buscaba en Google, lo sabría. Jungkook era lo suficientemente importante como para estar en los medios si él... si él...

No, no quería saber después de todo. No saber era mejor.

—Hey, ¿estás bien?— La mirada de Yoongi se levantó de golpe. Había un tipo parado frente a él, con el ceño fruncido. Probablemente tenía más o menos la edad de Yoongi. Cabello castaño, y ojos amables... color violeta. Yoongi suponía que el chico estaba usando lentillas de color.

Pasión Pecaminosa - KookgiWhere stories live. Discover now