Pasión Pecaminosa - Kookgi

Cinco

Probablemente no debería haber sorprendido a Yoongi que Jeon viviera en una mansión que hacía que incluso Kim Manor pareciera una casa modesta.

Yoongi esperaba que no se viera con los ojos muy abiertos, pero probablemente lo hizo.

—¿Vive solo en esta... casa? —Dijo mientras caminaban hacia la puerta principal.

—Mi hijo y yo —dijo Jeon.

—Esa es una casa grande para un hombre y un niño pequeño —dijo Yoongi. Jeon se encogió de hombros descuidadamente, aflojándose la corbata mientras abría la puerta.

—Esta casa ha estado en mi familia durante siglos.

Lo cual Yoongi había podido deducir sin que se lo dijeran. Todo sobre este hombre gritaba dinero viejo y educación privilegiada. Se movía a sí mismo con el tipo de confianza y poder que le resultaba natural a alguien que descendía de muchas generaciones de riqueza y estatus. Jeon Jungkook  podría ser un brillante hombre de negocios y CEO, pero no fue de ninguna manera improvisado.

—¿No le queda ninguna familia? —Dijo Yoongi, siguiendo a su jefe más profundamente en la enorme casa.

Su jefe. A Yoongi todavía le resultaba difícil ver a este hombre como su jefe. Se olvidaba por completo de dirigirse a él como “señor Jeon”. Irónicamente, el hecho de que Jeon fuera tan mandón y severo hizo que Yoongi se sintiera muy cómodo con él.

Justo como en casa, pensó con cierta diversión, pensando en su hermano mayor. Excepto que la compañía de Jeon no se sentía fraternal en absoluto. Yoongi no estaba seguro de cómo se sentía, pero ‘hermano’ era lo último que asociaba con el hombre.

—¡Señor Jeon!

Yoongi levantó la cabeza bruscamente. Una anciana bajaba corriendo las grandes escaleras, con una mirada ansiosa en su rostro amable.

—No le esperábamos en casa tan temprano —dijo, frunciendo el ceño—. ¿Pasa algo malo? —Finalmente miró a Yoongi y luego hizo una doble toma, sus ojos marrones se abrieron de par en par.

—No, MinJa —dijo Jeon, quitándose la chaqueta y entregándosela a la mujer—. ¿Jiwoo está despierto?

MinJa asintió con la cabeza.

—Está en su habitación —dijo en voz baja, mirando con curiosidad a Yoongi.

—Este es mi nuevo asistente, Min Yoongi —dijo Jeon, poniendo una mano sobre el hombro de Yoongi—. Ella es mi ama de llaves, Kim MinJa —Su mano se movió a la mitad de la espalda de Yoongi y empujó ligeramente—. Vámonos.

Yoongi se dejó conducir hacia la habitación del tercer piso. Cuando se detuvieron frente a la puerta, Yoongi se volvió hacia Jeon.

—Solo una pequeña advertencia —dijo con una sonrisa triste—. No soy muy bueno con los niños. El hijo de mi hermana me llama su tío menos favorito por una razón.

Jeon no parecía desconcertado.

—No se requiere que te hagas su amigo. No estarás aquí el tiempo suficiente para eso de todos modos. Eres sólo una especie de terapia de choque.

Yoongi resopló.

—Sí, esperemos que funcione, porque mis habilidades con los niños son inexistentes.

Jeon lo condujo a la habitación. Era grande, hermosa y muy brillante. Había juguetes por toda la habitación, de todos los tipos que uno pudiera imaginar, tantos que la habitación parecía una juguetería. Una juguetería muy cara.

Por un momento, Yoongi pensó que el ama de llaves debía estar equivocada y que el niño no estaba realmente en la habitación.

Pero entonces lo vió.