Diecisiete

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—¡No, Jungkook, de ninguna manera!

Yoongi se estaba riendo, intentando tirar de las sábanas para cubrir su cuerpo desnudo, con un éxito limitado, ya que Jungkook estaba sentado sobre ellas.

—Quédate quieto —lo regañó Jungkook , su lápiz volando sobre su cuaderno de bocetos. Yoongi gimió, haciendo una mueca.

—Vamos, debo ser un espectáculo —Acababan de tener sexo, y él tenía fluidos corporales, mordeduras y contusiones en forma de dedo por todo el cuerpo—. Me veo como una puta —se quejó.

Jungkook lo ignoró, como solía hacer cuando estaba de humor creativo, su mirada se centró por completo en su dibujo. Yoongi no pudo evitar sonreírle con cariño. En momentos como este, Jungkook le recordaba a su hijo. Jiwoo, también se enfocaba locamente cuando estaba construyendo algo con su set LEGO.

Su sonrisa se suavizó al pensar en Jiwoo. En la semana que se había ido, el niño había progresado muy bien. La psicóloga infantil que Jungkook  había elegido para ser su niñera realmente era una buena opción. De alguna manera había logrado hacer que el pequeño fuera más amigable con su padre. Yoongi se puso un poco celoso, para ser honesto, que ella hubiera tenido éxito donde él había fallado. Le hubiera gustado ser el que cerrara la brecha entre el padre y el hijo, pero sobre todo se sintió aliviado y feliz, feliz de ver a Jungkook tan contento y satisfecho con el mundo.

Te tiene tan mal que ni siquiera es gracioso. ¿Eres feliz porque él es feliz? ¿Justo ahora?

Yoongi trató de alejar el incómodo pensamiento.

—No frunzas el ceño —dijo Jungkook , su mirada parpadeando entre Yoongi y su cuaderno de bocetos.

Sonriendo, Yoongi puso los ojos en blanco.

—Sí, señor. Como desee.

La mano de Jungkook se detuvo. Levantó los ojos hacia Yoongi y lo miró fijamente. Yoongi tragó saliva.

Jungkook dejó a un lado su cuaderno de bocetos y rodó sobre él. Yoongi rodeo su cuello con los brazos y tiró de Jungkook  hacia abajo hasta que sus bocas se unieron y todo lo demás desapareció.

Dios, este hombre. Nunca tendría suficiente de él.

* * *

Yoongi siempre había sido una persona madrugadora. Nunca había entendido a las personas que podían descansar en la cama toda la mañana.

Pero en las últimas semanas había desarrollado una nueva apreciación por las mañanas perezosas y tardías. Se había dado cuenta de que si tenía a alguien con quien quería pasar todo el tiempo en la cama, todo cambiaba. Los sábados y domingos por la mañana, cuando Jungkook no tenía que ir a trabajar, eran sus favoritos absolutos.

Desafortunadamente, esta mañana no fue una de ellas.

Yoongi refunfuñó entre dientes en señal de protesta cuando Jungkook  trató de extraerse a sí mismo de la maraña de extremidades en la que habían estado.

—No.

Una risita.

—Tengo una reunión importante esta mañana a la que no puedo llegar tarde.

Con un puchero adormilado, Yoongi apretó los brazos alrededor de Jungkook  y repitió

—No… No te vayas.

Hubo silencio durante un rato, agradable y cálido. Yoongi nunca pensó que el silencio pudiera sentirse cálido, pero lo hizo, y Yoongi se deleitó en él. Contrariamente a sus palabras, Jungkook no parecía tener mucha prisa por levantarse de la cama, su mano enredándose el cabello del menor.

Pasión Pecaminosa - KookgiWhere stories live. Discover now