Pasión Pecaminosa - Kookgi

Veintiuno

—Voy a matar a Hoseok.

Lee Taeyong levantó la vista de su teléfono y vió a su esposo caminar por su habitación como un león enjaulado. Había estado así desde hacía un cuarto de hora.

Taeyong suspiró con suavidad —No es culpa de Hoseok que Yoongi haya logrado enamorarse de un rico imbécil y romperse el corazón en el lapso de unos pocos meses.

Jongsuk lo fulminó con la mirada y se pasó la mano por el pelo. —Debería haberme dicho inmediatamente cuando se enteró.

Taeyong levantó las cejas.

—¿Y qué hubieras arrastrado a tu hermano a casa? Sé que piensas que es un bebé, pero es un adulto.

Jongsuk lo miró con el ceño fruncido y no dijo nada.

—Además —dijo Taeyong—. Hoseok no podría haber sabido que el tipo sería asesinado.

—Él no está muerto —le respondió su esposo, en un tono que sugería que no estaba completamente feliz por eso—. Aunque bien podría estarlo.

Taeyong no preguntó. Sabiendo cuán minucioso era Jongsuk, probablemente había descubierto todo lo que había que saber sobre la condición de Jeon Jungkook.

Suspiró.

—Y aquí me preguntaba yo qué clase de padre serías —dijo—. No debería habérmelo preguntado. Serás la definición de un padre sobreprotector.

La mirada de Jongsuk se dirigió a él.

—¿Qué?

Taeyong se encogió de hombros.

—Deja de mirarme de esa manera —dijo con su voz más informal—. ¿Crees que no sé que quieres niños?— Jongsuk lo miró por un momento antes de caminar y arrodillarse frente a él.

Tomó las manos de Taeyong entre las suyas. —No se trata sólo de lo que yo quiero, mocoso.

Taeyong puso los ojos en blanco. En serio, era como si a veces Jongsuk olvidara que era un hombre adulto.

—Como si fuera a hacer algo sólo porque lo quieres. Me conoces bien..

Jongsuk lo miró inquisitivamente. —¿Realmente lo quieres?

Taeyong miró alrededor de la habitación antes de volver su mirada a los ojos del contrario. Se encogió de hombros otra vez. —No me importaría tener una niña pequeña, supongo. Pero ella tiene que ser muy bonita. No podemos tener una hija fea o crecerá con un montón de problemas de autoestima.

Jongsuk le lanzó una mirada exasperada, pero estaba sonriendo, por primera vez desde que Yoongi había regresado a casa. Taeyong le devolvió la sonrisa sin poder evitarlo.

Jongsuk se inclinó hacia delante y le dió un beso corto y suave, excepto que de alguna manera terminaron besándose en el suelo, con Taeyong a horcajadas sobre el regazo de su esposo.

Cuando su beso se convirtió en suaves besos, Taeyong puso su cabeza sobre el hombro del más grande y cerró los ojos, disfrutando el momento de felicidad. Se habían vuelto raros desde que Yoongi había regresado a casa roto y frágil, la luz en sus ojos había desaparecido.

—Él mejorará —dijo en voz baja. Los brazos de Jongsuk se apretaron a su alrededor.

—Ya ha pasado un mes. ¿Lo has visto sonreír una vez?—pregunto temeroso de la respuesta. Su hermano realmente lo tenía preocupado.

—Él sonríe todo el tiempo.—Rio Taeyong, intentando ocultar lo consternado que él también se encontraba. No quería que su esposo siguiera así de nervioso.

—Sabes a lo que me refiero, Tae. —El deje triste en su voz le rompió el corazón, tenían que hacer algo por Yoongi.

Hizo una pequeña mueca. Como alguien que hace algunos años atrás solía usar sonrisas falsas todos los días, podía reconocer las máscaras de otras personas a una milla de distancia, y la de Yoongi ni siquiera era una buena. —Él mejorará. Nadie ha muerto de un corazón roto todavía.—intentó reconfortar al mayor.

—Eso en realidad no es cierto —dijo Jongsuk—. Se llama miocardiopatía inducida por el estrés. Puede suceder incluso a personas sanas...

—Oh, por el amor de Dios —dijo Taeyong, levantando la cabeza y mirándolo con lo que esperaba que fuera exasperación, pero era probablemente cariño—. No puedes vivir sin decirme lo equivocado que estoy, ¿Verdad?

Jongsuk sonrió y lo besó de nuevo.

Enterrando los dedos en el cabello de su esposo, Taeyong le devolvió el beso, olvidando todos los pensamientos sobre Yoongi.