capítulo 9

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Vale, recapitulemos.

River antes era una chica simple, callada, tímida. Le caía bien a todo el mundo porque más que una persona un personaje femenino en una película de Tarantino. Ahora, River era una chica con estilo, gustos, personalidad, humor. Algo insegura, vale, pero hay cosas que siempre van a estar ahí.

Había pasado algo así como unos seis meses desde que empezaron los ensayos para la obra de teatro, y faltaba como un mes para que tuviesen que actuarla delante de un público de verdad y no solo delante de un grupo de adolescentes aburridos y una directora reptiliana algo sospechosa. Y desde entonces, había conseguido amigos. Amigos de verdad. Era increíble.

Tenía a Lucas, con el que podía hablar durante horas sobre los temas más estúpidos, y la actualizaba sobre todo el chisme del pueblo.

Tenía a Eli, con la que se juntaba para hacer manualidades y cosas de arte, y no necesitaban hablar. Estaban incluso grabando un pequeño corto.

Tenía a Chris, con quien salía de compras, veía películas y series y leía fanfics de sus cosas favoritas porque eran los dos igual de raros.

Tenía a Rodrick, que, bueno. Era Rodrick. Y puede que estuviese un poquito enamorada de todos sus amigos, pero de Rodrick tal vez estaba enamorada un poquito más. Y en el sentido en el que quieres besarlo e ir a citas con él. Una chica también puede pensar sobre esas cosas.

Y River sospechaba, en el fondo, que Rodrick también se sentía un poquito así con ella. Sus pistas más relevantes eran que a veces se ponía muy rojo y que por dios estuvieron bailando lento en un skate park que era el lugar secreto favorito de los dos y a la luz de la luna con una de sus canciones favoritas en el mundo sonando de fondo y seamos sinceros eso tiene que significar algo, ¿no?

Así que River había decidido desarrollar un plan en tres pasos:

1. Preguntar por ahí. A quien sea. Asegurarse de que no estaba delirando. Claro que River se arrepintió de este paso bastante rápido, porque en cuanto fue a preguntarle a Chris, que era un buen amigo de ambas partes de la relación, el tío se echó a reír durante unos diez minutos. Fue algo así:

—Oye, Chris, ¿puedo hacerte una pregunta? —le dijo una vez, mientras hacían galletas para llevar luego al ensaño.

—Ya lo has hecho.

—Ja, ja. ¡Qué gracioso eres!

—Gracias —respondió él con una sonrisa encantada, colocándose un mechón de pelo detrás de la oreja. Sorprendentemente, llevaba un tiempo con su color natural de pelo, porque su peluquera le había dicho que se iba a quedar calvo como siguiese tiñéndolo tanto (lo cierto es que sí que había empezado a tener las puntas extrañamente tiesas).— Ahora pregunta.

—Mhm... ¿Tú crees que le gusto a Rodrick?

Y esa fue la parte en la que Chris empezó a reírse. River suspiró, le echó harina a la cara, y siguió decorando su galleta con forma de muñeco de nieve (resulta que solo tenían moldes con formas de Navidad a pesar de estar en plena primavera). Diez minutos después, el chico volvió a respirar.

—¿Bromeas?

—No

Esta vez solo fueron cinco minutos riéndose.

—Tienes que bromear.

—Que no, Chris, joder. Es una pregunta seria.

—¿De verdad que no es obvio?

—Bueno...

—Ri, amiga, mitad de mi alma. Cada vez que estoy con vosotros dos, incluso yo me pongo un poco caliente de la pura tensión sexual que hay entre vosotros.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2023 ⏰

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SHY AWAY || Rodrick HeffleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora