capítulo 6

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Oh, mierda. Ya empezamos.

Resulta que a las ocho y veintidós de la mañana hacía más frío de lo que había planeado, incluso con chaqueta. Y aún por encima, tuvo que andar hasta la casa de Rodrick, que estaba a unos agradables veinte minutos, porque sus padres no estaban dispuestos a comprarle un coche y ella se gastaba todo su dinero en discos y libros.

Eso sí, su hermano tenía la PlayStation 5.

Para su suerte, cuando llegó a la casa se veía la luz encendida de la sala de estar desde la entrada y la sombra de alguien andando de un lado al otro. Se dio cuenta entonces de que no sabía qué habría hecho si no hubiese alguien despierto para abrirle la puerta.

Llamó a la puerta con el puño cerrado, era demasiado pronto para el ruido del timbre, y esperó un poco. Volvió a llamar después de unos minutos, porque se estaba congelando, y esta vez sí que hubo respuesta.

Un estruendo inundó sus oídos en cuanto se abrió la puerta, y la señora Heffley apareció con ropa deportiva que parecía sacada directamente de los 80 y un un aspirador grande y viejo y ruidoso en la mano.

Sonrió inmediatamente.

—OH, CARIÑO, QUÉ SORPRESA VERTE. ¿QUÉ TE TRAE POR AQUÍ? —preguntó con alegría sobre el ruido del aparato.

—Venía a ver a Rodrick.

—¿QUÉ?

—VENÍA A VER A RODRICK. ESPERO NO INTERRUMPIR NADA.

Por supuesto que ya sabía que el idiota no tenía planes para hoy ("creo que voy a ir a comprar de ese líquido que venden para que los niños no se muerdan las uñas, ese que sabe asqueroso, para ponerlo en el cepillo de dientes de Greg," le había explicado él mismo la tarde anterior, gesticulando con emoción), nunca se habría presentado allí si existiese la posibilidad de que le dijesen que no podía salir y se volviese a casa. Qué vergüenza.

La señora Heffley se rió un poco y se apartó de la puerta, con algo de dificultad para mover el enorme armatoste que era el aspirador.

—ESE NIÑO NO HACE NADA CON SU VIDA, NO TE PREOCUPES. PASA Y SUBE A SU HABITACIÓN, PERO NO CREO QUE ESTÉ DESPIERTO.

River sonrió y pasó por su lado para entrar. La verdad, le sorprendía la confianza con la que dejaba pasar a una chica al dormitorio de su hijo. Suponía que estaba demasiado contenta con el hecho de que tuviese amistades que no eran punks seguramente drogados como para pensar en algo más.

—Muchas gracias.

—¿QUÉ DICES?

—QUE GRACIAS.

Empezó a subir las escaleras antes de que dijese nada más.

En el segundo piso se encontró a un amargado Greg (seguramente por el ruido del aspirador) y le lanzó un beso exagerado con la mano. Él le puso mala cara, ella le guiñó el ojo, y él cerró la puerta del baño con un portazo. En la habitación de Rodrick el estruendo de la limpieza estaba mucho más amortiguado por los dos pisos de distancia, y, efectivamente, Rodrick dormía en su cama con un brazo sobre la cabeza y la boca abierta.

River se acercó silenciosamente y se inclinó sobre él.

—Cariño... —susurró.

Vio que no había respuesta y sonrió con malicia.

Le pegó una bofetada.

Rodrick se irguió rápidamente con un grito y una mano en la mejilla.

—¡Joder! ¡Ah! ¡¿Qué ha sido eso?!

SHY AWAY || Rodrick HeffleyWhere stories live. Discover now