Cuidador ᴴᵞᵘⁿˡᶦˣ

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Felix se encontraba pensativo por la actitud que estaba teniendo Hyunjin. No se sentía incómodo, sin embargo, pensaba que él si pudiera sentirse así.

Cuando volvió de comprar su actitud era más tímida, avergonzada, teniendo su rostro rojo a los minutos que conversaban.

Era extraño, pero no del extraño malo ¿Se entiende?

Cenaron juntos en familia, conversando tranquilamente. Hyunjin fue el primero en levantarse agradeciendo la cena para dejar su plato en la cocina. Felix se levantó seguidamente para ir con el mayor y preguntarle la razón de su actitud tan cohibida.

—¿Hyunjin?—preguntó entrando a la cocina observando al mayor mirando el refrigerador.—¿Estás..? Oh, cuidado.

Hyunjin al escuchar ser llamado se giró con prisa chocando con la puerta del refrigerador, quejándose. Al instante unas manos ajenas estaban en la zona afectada.

—Ay, sono feo el golpe, ¿estás bien?

Felix tomó el brazo del mayor y lo alejo de la máquina para sentarlo en una de las sillas de la cocina, quedando de pie para revisar la zona en donde había sido el golpe.

—¿Por qué no hablas? Hey, Hyunjin...

Felix dejó de mirar hacia la cabeza del mayor y fijó su vista hacia sus ojos, encontrándose muy cerca el uno del otro.

—Y-yo...

Sus alientos llegaban a chocar, tan cerca el uno del otro que ambos quedaron mudos, sin querer pronunciar algo al respecto.

Hyunjin recordó lo que le había dicho Minho... Acaso si...

Su vista bajo lentamente hacia los labios de Felix, se veían suaves, finos, siendo el labio inferior mas grueso que el superior.

Si tan solo se acercaran un poco más...

Hyunjin vio en cámara lenta como el contrario se humedecia los labios, pasando su lengua por la zona. Ambos tragaron saliva, volviendo a mirarse a los ojos.

—Fel-

—¡Lixxie Hyung, Riki está llorando!

Y así tan pronto llegaron a sus odios la aguda voz de Yeji se separaron, mirando ambos una dirección distinta.

—E-este, yo... yo iré a ver a los pequeños, si—habló Felix saliendo rápidamente del lugar.

—¡Tan cerca, pero tan lejos a la vez!—musitó con enojo Hyunjin, sin poder controlar el fuerte latido de su corazón.

¿Felix se sentiria igual?

Hyunjin no tenía cómo saberlo, lo único que hizo fue levantarse e irse a su habitación con prisa para tumbarse en la cama y gritarle a una de las almohadas.

Era su manera para descargar su frustración, en ese instante tenía mucha.