15 ⌇ OH, YES?

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━━━━━ 𝐍𝐄𝐈𝐆𝐇𝐁𝐎𝐑𝐒;
❛¿AH, SÍ?❜

𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
allig_















     POR MÁS QUE ANTONELLA QUISIESE SALIR CORRIENDO DEBIDO A LOS NERVIOS, no lo iba a hacer. Quería quedarse ahí, viéndose fijamente con Arthur, a centímetros el uno del otro. La distancia entre ambos no era tanta, pero si algo moderada como para no hacer tan incómoda la conversación, recordaba el dicho de Sophie, cuando le dijo que una mirada dice más que mil palabras, y teniendo los bonitos ojos azules grisáceos de Arthur Leclerc mirándola con tanta ternura provocó que ella se volviera a ilusionar. A caso ella... ¿Le gustaba?

—Su pedido... oh...—el mesero hizo una mueca en señal de disculpa, Arthur entrecerró sus ojos, mientras que soltaba un ligero suspiro y le dedicaba una mirada al mesero con una ceja alzada—. ¡Les prometo que no iba a interrumpir! A este punto me van a despedir —dijo en un susurro que hizo reír al menor de los Leclerc— pero bueno, ya no interrumpo más, su pedido —empezó a dejar todo en la mesa— provecho, que lo disfruten.

—Gracias —dijeron Antonella y Arthur al mismo tiempo, la castaña miró la pizza fijamente con una sonrisa.

Desde ahí podía notar que la pizza tenía de sus ingredientes favoritos, comenzando por el pimentón, pepperoni, tocineta, salchichas y queso, y para ser sincera le sorprendía que Arthur le había atinado al cien por ciento con todo lo que le gustaba en una pizza, ni siquiera Giovanni solía recordar a la perfección sus ingredientes favoritos, lo miró, añadiendo:

—Tiene... todo lo que me gusta —le informó sorpresiva— ¿Te acordaste que te había dicho lo que me gustaba en una pizza?

Arthur soltó una risita, asintiendo.

—Recuerdo todo lo que me dices, me gusta prestarte atención —le confesó, y Antonella sintió la felicidad en su cuerpo.

¿Se podía ser más lindo?

Sus mejillas se sonrojaron, apartó la mirada del monegasco mientras que pasaba ambas manos por su cara, riéndose.

—Dios, es que... eres increíble de verdad.

—Tú eres increíble.

Y otra vez empezaron una guerra de miradas, los nervios estaban causando que Antonella no tuviese apetito siquiera y eso era demasiado porque la pizza era de sus comidas favoritas.

Ella cambió la mirada cuando se dió cuenta de que se le había quedado mirando como una tonta, tragó grueso mientras que miraba la pizza y agregaba:

—¿Comemos?

Que hizo a Arthur sonreír de vuelta.

Aunque estaba nerviosa, el rubio le sacaba conversación y eso provocó que ella se soltara más y se sintiera más en confianza, era obvio que estuviese nerviosa, era la primera cita que tenía con él chico con el cual nunca creyó que hablaría, el chico que la hizo emocionarse porque pasaba por su casa o la miraba, el chico que incluso la hizo llorar por no entender cómo una persona a la que no le hablaba le gustaba tanto.

Pero ahora estaba ahí, en el mejor restaurante de pizzas con ese chico.

Su vecino.

Tomó un pedazo de su pizza mientras que veía la de Arthur, sabía que él monegasco también había pedido la de sus favoritas, anteriormente le había mencionado cuál pizza le gustaba más y lo recordaba a la perfección, el monegasco notó que Nella estaba mirando su plato.

𝗡𝗘𝗜𝗚𝗛𝗕𝗢𝗥𝗦  |  arthur leclerc.Where stories live. Discover now