¿Ahora me ves? |Ziam|

Capitulo Diecisiete.

Soplando aliento caliente entre sus manos unidas, Zayn mantuvo sus pies en movimiento sobre el pavimento mientras se golpeaba interiormente por no haber hecho caso a su instinto y haber tomado una chaqueta antes de salir de su casa. Por lo general, no hacia tanto frío en esa epoca, pero al parecer, la naturaleza tenía un fuerte resentimiento hacia su persona como para que la temperatura bajara tanto justo la noche que él había decidido salir. La fina camiseta gris raida con la estampa negra al frente, esa que había perdido varias letras en el correr de los años y se había desgastado casi totalmente, no era el mejor abrigo que había podido conseguir. Eso sin contar con que sus jeans oscuros estaban rasgados a la altura de la rodilla, lo "cool" de ello había dejado de serlo dos horas antes y unos quince grados más arriba, cuando había estado lo suficientemente calido dentro del club como para no disgustarse con el clima.

Su aliento húmedo creaba nubes pálidas frente a su rostro, sus pasos rápidos crujian gracias a las pesadas botas militares que utilizaba. Las calles estaban tranquilas a su alrededor, solo el clasico borracho que era arrojado fuera del bar a última hora se tambaleaba debajo de la tenúe luz que las farolas a un lado de la calle propinaban. Solo un par de ventanas mantenian su interior iluminado en los edificios a su alrededor, delatando que ya pasaba de la hora decente en que una persona normal estaba en la cama.

Levantando la mano, se detuvo bajo una farola cercana y miró la hora en su reloj de muñeca. 4.14. Eso explicaba mucho, como porque el dueño del club había decidido enviarlo "cortesmente" por donde había llegado. Zayn no quería decir que lo habían echado del lugar, menos aún si tenía que admitir que el tipo de la barra se había negado a darle bebidas al darse cuenta de que su identificación era falsa. Ahora, él estaba sobrio deambulando por las calles de un barrio horrible.

Al menos el barman no me delató cuando se dio cuenta de que soy menor de edad -pensó para si mismo.

El tipo le había dejado quedarse alrededor solo con la condición de que Zayn no se las arreglara para conseguir alcohol a través de un tercero, cosa que no hizo. No porque no tuviese ganas, sino porque no tenía idea de a quién pedirselo sin correr el riesgo de ser delatado con el hombre de la barra.

No había sido una noche fructifera de igual manera. Había recibido varias propuestas, de chicos y chicas por igual, pero ninguna le había interesado. Ninguna era de su Oso, y para él, entonces no valian la pena.

Suspirando, se detuvo frente a un comercio, de esos que abren las veinticuatro horas, y sacó su telefono bajo la luz que provenía del interior a través de las ventanas. Sorteando a través de los contactos, encontró a quién deseaba y vaciló sobre el nombre por un largo momento. Sus dudas cada vez que veía aquella palabra en su telefono se volvían más frecuentes. Lo que antes había sido una acción completamente usual, algo que hacia sin pensar, ahora se volvía cada vez más dificil.

¿Acaso lo estaré molestando si lo llamo? ¿Y si interrumpo algo importante? -pensó- ¿Él siquiera quiere hablar conmigo? Jamás me llama él, talvez ni siquiera me soporta y solo lo hace para estar bien con Alex. Él aun debe amarlo, debe tener esperanzas, como yo las tengo y...

El sonido de una pesada canción de rock, reproduciendose desde el parlante de su celular, cortó sus pensamientos y lo sacudió. La foto de un gato negro y blanco durmiendo en una incomoda posición parpadeo en la pantalla. Una pequeña sonrisa curvó sus labios mientras aceptaba la llamada.

—Hey, Maw —saludó con entusiasmo—. ¿Que pasa?

—¿Que pasa? —repitió, el arrastre de su lengua le decía a Zayn que estaba enojado con él, no era un sonido que escuchara con frecuencia, pero había aprendido a reconocerlo con el tiempo—. Son las cuatro de la madrugada, Zayn, ¿donde jodidos esta tu inexistente culo en este momento?... Mira, ni siquiera me importa donde te encuentras, arrastra tu lamentable existencia a mi casa nuevamente y metete en la puta cama, ¡no es hora para que un niño como tu este deambulando por la calle!