Epílogo: Cada latido

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¿No sucede a veces que nos sentimos familiares con personas que vemos en sueños? Es posible que, a veces, cuando soñamos  estemos conociendo a alguien de un mundo distinto. La Noche Eterna es, después de todo, un mundo onírico. Siempre lo ha sido y siempre lo será. Nuestros mundos siempre permanecerán conectados por un hilo frágil pero irrompible. Muchos distantes lo saben pero prefieren no revelarlo. Y así es mejor.


Mil dudas me azotaron y por un instante vacilé de verdad, hasta el punto de considerar claudicar. Ignorar este llamado y regresar a lo que ya conocía, a mi mundo. Pero me recuperé y continué con mi decisión. Una que era descabellada, pero era mía al fin.

Me despedí de mis padres y de Sara de una manera propia de los antiguos: mediante sueños. Pero esa despedida más que nada fue para salvar mi propia consciencia, para tener un sentido de cierre definitivo. Era un recuerdo para mí, pues ellos no iban a poder rememorarlo. No podía condenarlos a una vida de dudas e intrigas sobre un misterio que nunca podrían ni deberían resolver. Uno de los tantos objetos maravillosos que inventarié en el tiempo en el que trabajaba para Orbe fue el que me dio esa oportunidad. Una esfera de retrospección, y el recuerdo de quién fue Dala Mayo se borró para siempre de sus mentes. Era el último y definitivo acto de agradecimiento que les debía, y cuando sellé sus memorias de todos los momentos que habíamos compartido juntos, supe que estaba cerrando esa puerta para siempre. Fue un adiós inevitable a mi otrora hogar en mi mundo de nacimiento. Ya no podía volverme hacia atrás.

No fue algo sencillo, las despedidas nunca lo son. Tampoco podía decir que no me sentí como una egoísta al hacerlo. Pero tenía que mantener mi mente fría, tenía que tener presente porqué hacía lo que hacía. Y debía confesar que si yo hubiese sido la misma persona del inicio de todo este viaje, no hubiera podido afrontar esas pruebas. Hubiera pateado el tablero. Pero esa era la esencia del asunto: yo ya no era la misma.

La decisión estaba tomada y no tenía intención de traicionar mi promesa. Es una experiencia extraña el comprometerse con algo. Comprometerse de verdad. Es como realizar compras en otro planeta y luego volver a la Tierra. Ya no puedes devolver lo comprado. Por así decirlo.

Habían transcurrido tres años desde la irrupción en Orbe. La empresa ya no existía más y el dominio de los portales retornó nuevamente a la realeza de la Noche Eterna. O al menos, así fue por un tiempo.

Grandes cambios se habían suscitado para los antiguos. Cambios que reescribirían su historia y sus leyendas, y de los que jamás habría imaginado que sería parte. El día en que una chica encontró un portal hacia otro mundo había sido una casualidad concertada. Tal vez el mismo tipo de casualidad de cuando Arturo extrajo a Excalibur, o un hobbit encontró el anillo, o a Peter Parker le picó una araña radioactiva o ese tipo de eventos algo fantásticos que aparentan ser fortuitos pero que terminan siendo bastante fatídicos.

Los príncipes y princesas de Dafez dejaron de serlo de la noche a la mañana. O mejor dicho, de repente. Ya que aquí no hay día ni noche. Y así, tan abruptamente como sucedió, de pronto me encontré con este nuevo sendero. Esta nueva petición que me proponía aquella voz, pero que, en esta ocasión, me solicitaba consagrar toda mi vida. Toda.

El fin de toda una vieja estirpe y el inicio de una nueva resultó ser un evento escandaloso, por decirlo menos. Hubo detractores, se formó una fuerte oposición, y también hubieron rodillas dobladas. Las creencias y la fe de los antiguos siempre habían sido algo de peso en su mundo. Algo que determinaba las decisiones que tomaban, incluso las políticas.

Todo ese aluvión de reformas explotó con estrépito en el reino y con el paso del tiempo fue apaciguándose hasta el punto en el que finalmente me encontraba. El momento en que pronunciaría mi juramento junto con otro anuncio ante la aturdida e irresoluta gente de Dafez. Digamos que tenía un público difícil.

Plenilunio (versión borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora