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Nicolás últimamente estaba sumamente irritable, y yo no era el único en darse cuenta, claro que no...

–Eu chicos– Rodrigo fue el primero en hablar algo fuera de la partida de truco que estaban jugando los chicos. –Soy yo o Taglia está súper raro.–

–¡Envido!– Grito Otamendi haciendo que todos salten en sus lugares ya que había roto el pacifico ambiente que se había formado. –La verdad que si, no se porque será.–

–El otro día hablé con él, me dijo que era por nervios, por los partidos y eso, pero yo no le creo.– Tomo Leo la palabra que con su pasiva voz logro restaurar el calmo ambiente de una partida tranquila de truco a las 2pm.

–Me voy al mazo– Habló el Dibu mientras se levantaba de su asiento dejando las cartas en el mazo. –Y yo me voy a dormir che.– Los que estaban jugando se quejaron mientras que otros simplemente se levantaron y se fueron.

–Yo igual me voy a dormir, mí cuerpo pide una buena santiagueña.– Está vez hablé yo mientras reía un poco y me estiraba.

Realmente no crean que no me preocupe por mí amigo, obvio que lo hice, e incluso mí plan era que; luego de una buena siesta iría a hablar con él. Muchas veces Nico era un tipo muy cerrado que no se animaba a hablar sobre sus cosas, no es que conmigo fuera muy expresivo, pero tengo ciertos dotes de chanta que pueden hacerte hablar sin que quieras, eso y el apoyo del palo santo.

Mientras buscaba en los archivos de mí mente alguna estrategia para poder hablar con Nico disimuladamente sobre por qué está de mal humor, escuché unos ruidos raros en la habitación de precisamente la persona que ocupa mis pensamientos (no solamente ahora sino que siempre que puede).
Decidí acercarme e intentar abrir la puerta con discreción, quizás alguien había entrado y estaban conversando, o tal vez Nico estaba jugando un videojuego o viendo alguna película y por eso los ruidos, o también...
También puede ser que Nico haya conseguido pareja y buscado una manera de meterlo al hotel y quizás ahora mismo están cogiendo...
Mí pecho dolió, sentí un ardor fuerte, mí alfa se había enfurecido como nunca, estaba celoso, estaba triste, y por eso agarre con bronca el picaporte abriendo sin pensarlo dos veces, encontrándome con algo que definitivamente no esperaba de ninguna manera.

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