Capítulo 27: Interrupción en el entrenamiento

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Después de tanto correr, lanzar y atrapar Owen se apartó un poco y se dejó caer sentado en el césped, la ropa deportiva que Blake le había conseguido de los camerinos estaba empapada en sudor y ahora cuando se levantara seguro tendría pequeños pedazos de grama pegados. No lo importó mucho, estaba tan agitado que le costaba respirar correctamente.

¿Cómo a las personas les puede gustar sentirse así todos los días? Mis músculos arden y me duele el pecho... Por supuesto, no tener experiencia en ejercicios cardiovasculares le daba cero ventaja no orientación en la técnica correcta de respiración para no agotarse tan rápido. Con su condición, también sus piernas temblaban y al darle vueltas a la cancha tuvo miedo de que le fueran a fallar en algún momento y caer. Miró al muchacho que todavía estaba haciendo circuitos que él mismo puso con energía como si fuera lo mas emocionante del mundo y negó. Que locura...

—¿Que pasó abejita? ¿Ya te cansaste? —llegó Blake a su lado, igualmente sudado, sin embargo, se veía reluciente y animado, no como él que se sentía en una película de zombies.

—Te dije que los deportes de eran lo mío.

—Pero si apenas hicimos unas vueltas y funcionales —le reprochó, divertido y se sentó a su lado en el pasto, suspirando, también cansado de haber ejercitado antes y ahora con él, pero notó que la respiración del pequeño era muy errática—. Respira hondo varias veces —le aconsejó y evidenció cuánto le estaba costando regularse. Se arrodilló frente a él y lo hizo tumbarse boca arriba—. Levanta las piernas y coloca tus brazos sobre la cabeza —lo guió y Owen acató extendiendo sus brazos y dejándolos reposar en el pasto—, relájate y respira hondo —el pequeño obedeció y siguió los ejercicios de respiración que le indicó Blake, quien al final lo hizo recoger las piernas sobre su pecho y vió como el menor estaba ya tranquilo y estable. Rió—. En serio no tienes futuro como deportista.

—Doy gracias por eso —sonrió, y ya calmado se quiso incorporar, pero Blake lo empujó devuelta.

—Quédate así un poco más.

Así lo hizo Owen, y se sintió complacido al igual que sorprendido cuando se encontró relajado del todo.

—Eres muy bueno en esto —lo halagó.

—¿En hacerte sudar? —lo miró con su atrevida sonrisa ladina, y Owen negó avergonzado.

—Mi condición física no es tan buena, y me canso muy rápido, pero con lo que me hiciste ahora me siento muy bien.

Blake cerró los ojos por un momento pues sabía que si a penas se atreviera a mirarlo de reojo, sufriría un mal vergonzoso que coloría las mejillas, pasar por eso otra vez frente a él sería un hueco profundo en su orgullo.

—Si, bueno, cuando llevas un tiempo en esto es inevitable aprender este tipo de cosas, al entrenar tan duro en cada práctica,  la exigencia es tan alta que es normal ver que de repente alguien se tira al suelo sin aliento, de hecho me sorprende que hayas podido darle la vuelta entera a este enorme estadio —bromeó y Owen sonrió en respuesta—. Pero sin un paramédico cerca, uno tiene que asumir el papel.

Owen asintió.

—Fue divertido, excepto por la parte de la hiperventilación.

Blake lo miró con una sonrisa, pero tuvo que desviarla de inmediato cuando sus miradas se cruzaron. Este maldito mal... Maldijo para sus adentros. Frotó el muchacho sus ojos intentando desviar su atención, pero su mirada volvió a caer sobre el pequeño cuerpo a un lado suyo, que tendido sobre el pasto se veía sereno y pleno, la tranquilidad reflejada en su semblante se le contagió, y el tono tierno de sus mejillas rosadas lo hicieron desear tocarlo aunque fuese un poco.

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⏰ Last updated: Aug 13, 2023 ⏰

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