Enseñanza

8.4K 601 62
                                    


Gala

Despierto algo desorientada, tratando de recordar cuando dormí, era de día todavía cuando estaba con mis doce torturadores. Bueno, tampoco es como si mi resistencia fuese grande, ninguna mujer en el planeta diría que no al cariño y bueno cuidados.

Otra cosa que recordaba era recostarme sola, no entiendo en qué momento obtuve compañía, un brazo que me rodea y me pega con fuerza a su pecho regresa a la vida mi vergüenza.

Lo que quiero saber es quién de los doce invadió mi espacio, cualquiera pudo colarse a la cama y hasta... No, no creo que toquen sin mi consentimiento.

Ese mismo día me voy. Soy tonta, pero no voy a dejar que usen mi cuerpo sin mi permiso.

- Soy Neo, Gala- su voz adormilada es mucho más sexi y ronca.

¿Neo? Ah sí, tiene los ojos más hermosos entre ellos y digamos que es bastante callado.

Todavía es difícil identificarlos sin confundir.
Me tomo el tiempo de aspirar su aroma y relajarme sobre sus brazos. Ellos me calman, me tranquilizan.

- Y....yo estaba sola ¿Cuándo llegaste a mi cama? - sonó feo, muy feo.

- Hace dos horas, no he dormido profundamente por eso sentí como te movías - seguimos en la misma posición, solo que nuestras piernas están igual de enredadas que un nudo.

- Tu piel es muy caliente, Neo - me encanta sentirlo como un escudo impenetrable.

- Viniendo de ti lo tomo un halago – me encanta la seguridad que aflora en mi gracias a él - La tuya muy suave, muero por lamer cada parte de ti ¿Me lo permitirías? - su aliento en mi cuello eriza mi piel y hace palpitar lo que no debe.

- ¿L....lamer? ¿Q... ¿Qué? - que pregunta más estúpida Gala, pareces una niña en tu primera vez.

No importa que lo sea, trata de no parecer tan poco experimentada.

- Lo que me permitas – eso es tan agradable, otros hombres lo harían y ya - Nadie va a presionarte, Gala - lo que le permita... ¿Mi coño? No, eso es ir rápido y si yo lo hago, ellos también.

- N....no entiendo ¿Por qué ahora? - mierda, no esperaba que actuaran tan pronto.

- Gala, bajar al primer piso con ropa interior y llamando a tus Daddy's me provocó una erección instantánea. Debo saciarla, y por ahora lamerte es la única opción- es difícil de creer, pero estamos más cerca que antes.

¿Bajé semidesnuda? ¿Cuándo? No lo recuerdo ¡No tengo idea! Quiero preguntar, pero sus persistentes caricias en mis brazos y cuello me distraen.

Eso sí, no olvidó la vergüenza de presentarme así ante ellos.

- P....puedes hacerlo – lo deseo tanto que mi piel arde - T....te doy permiso- acata mi pedido en segundos siento la cálida y húmeda lengua de Neo desplazarse por mi cuello.

Y ahí si olvidé la vergüenza.

Cierro los ojos y le doy más acceso, que haga lo que desee si eso lo ayuda a saciar su sed de mí. Misma que yo también tengo y no puedo hacer nada a diferencia de Neo.

- ¿Hasta dónde puedo llegar? - su mano se desplaza por la piel desnuda de mi brazo, cadera y piernas – Ponle a daddy los límites, amor, o juro que no seré capaz de detenerme.

- H....hasta donde quieras, daddy - con cuidado me coloca debajo de su gran cuerpo, besa mi mejilla, nariz, mentón hasta llegar a mi cuello.

Mis pezones se yerguen, desesperados por conseguir algo de su atención.

Daddy's ClubWhere stories live. Discover now