Sυʂƚιƚυƚσ αƈƈιԃҽɳƚαʅ ραɾα ҽʅ Aʅϝα࿐

Capítulo 5. La prueba

—No, entiendo.— murmuro en el teléfono — gracias por escuchar al menos.

Cansado cuelgo la línea, enterrando mi cabeza en mis manos. Pasé toda la mañana pidiendo todos los favores y préstamos que pude, tirando mi dignidad por la ventana para rogar a mis amigos y conocidos en mi momento de necesidad.

Nunca me había considerado un hombre orgulloso, pero mendigar de esta manera fue un desafío mayor de lo que podría haber imaginado.

Ojalá pudiera ayudar a Hoseok, todavía está esperando saber si lo despedirán, y aunque se supone que no debe manipular ninguna muestra, obtuvo permiso para hacer mis pruebas esta tarde. Después de todo, ya me inseminaron, por lo que su supervisor no vio ningún riesgo de negligencia adicional.

Aún así, estoy lejos de emocionarme cuando entro por la puerta principal del banco de esperma. 

Hace diez días estaba desconsolado pero optimista por el futuro, anhelando un bebé más que cualquier otra cosa en el mundo. Ahora no estoy tan seguro.

Sin embargo, mi temor pronto da paso a la sorpresa, porque tan pronto como entro en las instalaciones tengo la extraña sensación de que Jeon Jungkook está cerca. Me toma un tiempo encontrarlo realmente, detrás de puertas cerradas con los jefes de Hoseok en una lujosa sala de conferencias con paredes de vidrio, pero no tengo la menor idea de cómo supe que estaba presente. 

Tampoco entiendo por qué me siento atraído por él, después de todo, ha arruinado tanto la vida de mi hermano como la mía. No debería estar emocionado de verlo.

Fue pura suerte que me tropecé en su camino, la sala de conferencias está de camino a la oficina de Hoseok, pero me encuentro deteniéndome para observar la reunión en el interior. Me quedo sin palabras cuando lo veo. ¿Es posible que se haya vuelto más atractivo desde la última vez que lo vi? Ya era injusto que alguien tan poderoso e inteligente pudiera ser tan guapo, pero ahora realmente se siente como si me sofocara mientras con solo verlo. El bastardo tiene un corazón de piedra, y aun así el universo le ha hecho llover un sinfín de regalos mientras que la gente como Hoseok y yo no tenemos nada.

Sacudiendo mi trance, continúo por el pasillo, aunque siento el peso de unos ojos oscuros en mi espalda mientras avanzo. Cora claramente ha estado llorando antes de mi llegada. Sus ojos están rojos y sus mejillas manchadas, aunque trata de ocultarlo.

—Ey.— Lo saludo suavemente, envolviéndolo en un abrazo. Se inclina hacia mí, apretando fuerte y demorándose mucho más de lo que normalmente lo haría. —¿Hay alguna noticia?

—Jeon está ahí finalizando todo ahora. Me van a dar un aviso formal de despido esta tarde.— me dice sollozando ligeramente.

—Lo siento mucho, cariño.— digo, frotando su espalda.

—Está bien.— miente, alejándose. —¿Cómo estás llevando lo de la inseminación?

—No muy bien.— le confieso. —Estoy empezando a dudar un poco sobre esto, para ser honesto.

—Es increíble lo rápido que pueden cambiar las cosas, ¿eh?— Hoseok pregunta, mirándome como si fuera a estallar en lágrimas. —Quiero decir, ¿Qué vamos a hacer, Jiminie?

—Lo resolveremos.— prometo. —Hemos estado en situaciones difíciles antes.— le recuerdo, —¿Recuerdas el verano que dormimos en cajas en la calle después de que nos escapamos del orfanato?

—Sí— asiente con una sonrisa triste. —Pero ahora es invierno, no creo que duremos mucho en los elementos. Y no estabas esperando un bebé entonces.

—Sí, bueno, si estoy en cinta ahora…— no puedo mirarlo a los ojos mientras digo esto, —No creo que me vaya a quedar así.

—¿Qué?— Hoseok exclama, luciendo horrorizado. —¡Pero esta es tu única oportunidad! Y no estamos completamente perdidos, tienes tiempo para tratar de encontrar un plan B.