CAPÍTULO 22

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Nan

Desde hace años no desayunaba con toda mi familia, por lo general cuando me levantaba para ir a la escuela tomaba lo que primero veía en la nevera y me iba, al igual que mi hermano antes de irse a la universidad así que mi mamá preparaba algo para mi padre antes de que saliera al hotel y ella solo tomaba un batido verde. Que en ocasiones era de otros colores según lo que  le dijeran sus amigas, amigas que desaparecieron al mismo tiempo que todas nuestras cosas.

Pero hoy era diferente, mamá se había levantado temprano a preparar los huevos rancheros que a papá le fascinaban, era su primera mañana en casa después de casi una semana en el hospital y tres en el centro de reposo;  y sorprendentemente cuando se despertó dijo que quería desayunar y eso... que pronunciará el verbo querer o conjugarlo en cualquier oración no pasaba hace meses, así que apenas se lo dijo a mi mamá ella salió directamente de la cama a la cocina a hacer los huevos y todo un banquete antes de que saliera el sol. No importaba que apenas fueran las seis y media de la mañana, ella simplemente se levantó y lo hizo, y al parecer a mi hermano y a mí tampoco nos importó desayunar tan temprano, el solo olor nos despertó y nos llevó a la cocina y cuando nos dimos cuenta estábamos los cuatro comiendo en silencio todo lo que mi mamá cocinó en tiempo récord.

- Los huevos sabían mejor de lo que recordaba. - Pronunció papá llamando la atención de todos a donde él estaba. El plato donde mamá le había servido una porción considerable de huevos, tocino y salchicha estaba totalmente limpio. No sabía si concentrarme en el hecho de que se había comido todo  lo que estaba en el plato o que nos dirigiera más de una palabra en la mesa con tanta naturalidad.

- Es cierto, te quedaron fantásticos mamá. - Hablo mi hermano. Salvó la situación antes de que nuestro silencio pusiera incómodo a papá y el pequeño pero gran cambio de esta mañana se fuera al caño.

- Gracias. Lo prepararé con todo el amor. - Respondió mamá mirándonos de forma tímida  a todos y a la vez a ninguno. Algo que pocas veces pasaba, o solo en situaciones en que no sabía muy bien qué hacer. Mi mamá siempre se mostraba muy segura y alegre, pero con papá puedo decir que en más de una ocasión aún se podía ver que cuando la halagaba o le sonreía sentía mariposas y ver que eso pasaba aun después de todo lo que habían vivido, me hacía creer en el amor.

- Gracias. - Le dijo papá y se levantó de la mesa. - Es suficiente para mí, volveré al cuarto. - Camino de forma apresurada pero algo débil hasta las escaleras, donde después desapareció en el segundo piso.

- Y volvemos a lo mismo. - Dijo mi hermano pasándose las manos por el cabello con frustración.

- Cállate, te puede escuchar. - Le pegue en la pierna con mi pie por debajo de la mesa. - Lo tuvimos de vuelta unos minutos y eso es lo que importa. ¿Hace cuánto no lo veíamos comer algo completo? ¿Cuándo fue la última vez que nos dijo algo en la mesa o nos miraba? No se si ustedes lo recuerdan pero yo no, y eso solo me da motivos para estar feliz de lo que acaba de pasar. Es un gran paso para el... puede ser algo mínimo para nosotros pero para él fue, atravesar una barrera enorme. - Tome un sorbo de jugo cuando termine de hablar y hasta note que me latía más rápido el corazón, me frustraba que mi hermano quisiera una recuperación inmediata o que no valorará los cambios de papá. Claro, yo también quería que fuera el de antes lo más pronto posible pero también recordaba las palabras del médico, tal vez el papá que yo siempre conocí siempre estuviera lidiando con la depresión en silencio y eso me da terror. Así que estoy preparada para conocer una nueva versión y a quererla, porque si fue un gran papá lidiando en secreto con esa enfermedad solo puedo esperar conocer un hombre aún más genial y sobre todo feliz.

- Es verdad lo que dice tu hermana, Brad. - Mi mamá le acarició el hombro. - Lo que hace unos momentos pasó con tu padre ha sido algo digno de admirar por más mínimo que sea; nos dirigió la palabra en la mesa y hasta se puede decir que intentó conversar, eso yo no lo veía hace tanto tiempo que hasta me da miedo hacer las cuentas.

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