Capítulo dos ﹙dos disparos, un herido ﹚

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 — Aquí hay unas llaves. Yo tengo una copia y el primer mes ya está pago.

—¿Y como sabes que no me voy a escapar?

— Te está dando agua, comida, un techo. Los perros no huyen de esas cosas. — Menciona Hotch.

— Gideon. 

— Hotch. Mantengamos el respeto. 

Habían pasado unas semanas ya, Maeve había dicho a Gideon que no lo tomara como algo definitivo, era libre de irse cuando quisiera cual ave, Pero Gideon  ya estaba convencido de que la chica estaría unida a ellos de ahora en adelante, incluso el mismísimo Aaron hotchner comenzaba a pensar que ella no iría a ninguna parte, pero esto no le resulta tan atractivo. 

La chica debía a empezar a arreglárselas por si solas, no era una niña después de todo, y un pequeño cuarto no era tan adecuado para vivir allí. 

Estaba ganando menos que cualquier otro compañero, pero era lo justo considerando la manera en como esta fue introducida al equipo. No era la gran cosa, podía proporcionarle alimento, y un techo sobre su cabeza, Maeve nunca había poseído tanto. Ni dinero, ni bienes materiales, ni siquiera robando.

— Recuérdame por que el capitán dolor en el culo está aquí.  — Se defendió esta.

— Date una ducha. Hotch estará a cargo de entrenarte.

—¿Que? No, No, No, No,  No. Gideon no puedes dejarme sola con... —Alza los dedos a su cabeza, simulando unos pequeños cuernos, refiriéndose a Hotch como el diablo.

Esto solo provocó una risa de parte de Jason.

— No se maten entre si. 

— No prometo nada.

— Solo en mis sueños.

Ambos respondieron al unísono recibiendo una mala mirada por parte de ellos mismos.

Maeve acotó las ordenes de Gideon. Aseándose en lo que era ahora su hogar. Hogar temporal. Ella había tenido muchos hogares temporales ya.  Este era solo otro a la lista.

Vistiendo un suéter negro, y una gabardina marrón que cubrió del frio muchas veces a Maeve, esta se le hizo pesada al tratar de seguir los grandes pasos que proporcionaban las largas piernas de Aaron. 

— Rápido. 

Ambos se adentraron a la UAC. Parecía que corrían, alertando esto a Elle y Reid, quienes los siguieron hasta al campo de tiro.

— ¿Qué sucede?— Cuestiona Elle.

Maeve trata de recuperar el aliento al paso en que se quita el abrigo. 

— ¿Aaron? — Insiste la pelinegra por una respuesta.

 — Voy a enseñarle a disparar a la niña.

— Oh. — Elle relajo el ceño al ver de lo que se trataba. — Con suerte y sale mejor de lo que lo hiciste con Reid.

— ¿Por qué siempre me toca enseñarle a disparar a los niños?

— ¿Qué pasó con Reid?  — Se une Maeve a la conversación cuando recobra el aliento.

— Aprendió a disparar por las malas. — Responde Hotch mirando directamente a Maeve.—  Fue mi señuelo cuando fuimos rehenes de un ignoto. Lo golpeé haciéndole creer que lo despreciaba. Hay que hacer lo necesario para salvar el día, hay compañeros que no regresan a casa después de un día de trabajo, y no estoy dispuesto a poner mi vida o mi familia en riesgo por cualquiera que cruce esa puerta.

𝗦𝗣𝗘𝗡𝗖𝗘𝗥 𝗥𝗘𝗜𝗗 | 𝓬𝐫𝐚𝐟𝐭𝐲 𝐜𝐡𝐞𝐦𝐢𝐬𝐭𝐫𝐲 .ᐟKde žijí příběhy. Začni objevovat