Capítulo 15

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Dejé los zapatos en la entrada y avisé de que había llegado. Mi hermana, Luka, se asomó y me dijo:

     —¿Ha pasado algo? Has llegado bastante tarde hoy.

     —Ah, es que... hoy me tocaba limpiar la clase. Voy arriba —contesté con rapidez.

No podía decirle a mi hermana que había tardado tanto porque Len y yo habíamos hecho cosas y luego lo tenía que acompañar a su casa porque tiene estrés postraumático desde que una vampira problemática lo secuestró, además de haber pasado por el hospital para encontrarme con Rana y que me diera sangre, ya que últimamente me siento más cansada de lo normal desde que me hicieron daño en la mente al tratar de borrarle los recuerdos a la misma vampira que secuestró a Len.

No, no podía.

Dejé mi maletín encina de mi escritorio y preparé la bañera. Necesitaba descansar un poco. Me desnudé al completo y me dejé abrazar por el agua calentita. Hundí mi boca e hice burbujas. Comencé a pensar sobre muchas cosas.

Hoy supe que he olvidado a IA y a ONE... Espero no olvidar a nadie más. ¿Cuántos somos en nuestro grupo de amigos? Len, yo, y...

¿Alguien más?

Un dolor punzante atravesó mi cabeza. Me llevé las manos a ella. Todo mi cuerpo se sintió muy pesado, me deslicé en la bañera, sin quererlo, el agua casi llegaba a mis ojos. Quería enderezarme, pero no podía. Mis músculos no reaccionaban. El agua parecía subir, pero en realidad era yo la que bajaba. Comencé a ver borroso y más oscuro, parecido a cuando me desmayé el otro día.

Unas figuras imprecisas aparecían en mi mente. No sabía si estaba soñando o no. Éramos nosotros, pero, ¿quiénes somos "nosotros"?

No había aire. No podía abrir los ojos ni mover un dedo de mi cuerpo. No podía avisar a nadie, ni siquiera entender qué estaba ocurriendo.

Alguien... Ayuda...

[ . . . ]

Llamaron a la puerta. Luka fue a abrir y allí se encontró con Miku, IA y ONE.

     —¡Hola, Luka! —saluda enérgicamente la peliazul—. Vamos a salir un rato y queríamos saber si Rin se quiere unir. No coge el teléfono.

     —Creo que ahora mismo se está bañando. Podéis pasar y esperarla, no creo que tarde mucho.

Así, las tres chicas ingresan al salón y toman asiento mientras la pelirrosa prepara té con galletas.

[ . . . ]

Rin me había hecho el favor de nuevo de acompañarme hasta mi casa. Antes era yo el que hacía eso con ella, y pensar que ahora es al revés, no por elección propia, sino por necesidad...

De pronto, un mal presentimiento recorre mi cuerpo.

Últimamente estaba teniendo problemas para distinguir si lo que sentía era ansiedad repentina o avisos de que Rin estaba en peligro. Cerré los ojos y respiré profundamente, esperando encontrarme mejor, pero por el contrario, sentí como si me ahogara.

Rin estaba en peligro. Se estaba ahogando.

Rápidamente salí por la ventana convertido en murciélago y me dirigí hasta su casa. Una vez allí, llamé a la puerta con ímpetu. Los segundos que Luka tardó en abrirme se me hicieron eternos.

     —¡Lo siento, es una emergencia! —grité, ingresando bruscamente y subiendo las escaleras que llevaban al segundo piso. Logré divisar a las chicas en el salón de reojo, pero iba tan apresurado que casi ni me di cuenta—. ¿¡Rin!? —la llamé, mirando en su habitación que tenía la puerta abierta, pero no estaba. Vi la del baño cerrada y supe que tenía que abrirla. Por suerte, no estaba el pestillo echado.

La rubia estaba bajo el agua, quién sabe desde hacía cuánto. Sin dudarlo, me acerqué a ella y la alcé hasta que el líquido quedó por su pecho. Estaba inconsciente. Parecía tener una expresión de dolor o desagrado.

     —¡Rin!

No hubo respuesta de su parte. Luka y las chicas llegaron al marco de la puerta, estaban atónitas.

[ . . . ]

     —¿¡Por qué siempre avisas a Len de que te encuentras mal!? Avísame a mí, que vivimos en la misma casa.

Luka le preguntó aquello a una desorientada Rin, quien ya estaba vestida con ropa cómoda, sentada en el sillón junto a las demás. Tenía un rostro algo apagado, como si no hubiera dormido bien. No estaba así cuando la vi en clase.

La pelirrosa estaba muy preocupada por ella, pero no podía decirle que Rin no me dice esas cosas, sino que las noto con mis poderes.

     —No sabíamos que últimamente te encontrabas así, como ya nunca nos vemos... —dice ONE—. ¡Pero puedes seguir contando con nosotras! Si te sientes mal o quieres hablar sobre algo, puedes mandarnos un mensaje.

     —Gracias, IA —responde la rubia, forzando una cansada sonrisa.

Todas se quedan extrañadas. Nadie excepto yo y ella sabía que no las recordaba. Solo sabía que eran IA y ONE porque lo escuchó en clases, pero no quién era quién.

     —Parece que está algo cansada... La llevaré a su habitación —ofrecí.

La ayudé a levantarse. Miku nos miraba muy preocupada. Ella sabía que todo eso era por culpa de Teto, pero las demás no entendían por qué Rin estaba así.

Subimos juntos cada escalón y la ayudé a tumbarse en su cama. La arropé y me senté a su lado.

     —¿Qué ha pasado? —le pregunto en voz baja, tomando su mano.

     —No lo sé —es lo único que contesta ella, en un tono aún más bajo—. No me encuentro bien.

     —Descansa. No te fuerces a ir mañana a clases.

     —Vale. Oye, Len... ¿Le he dicho algo malo a IA? Me ha mirado muy raro...

     —Esa era ONE, pero tranquila, las acabarás recordando —le respondo mientras aparto cuidadosamente un mechón de cabello de su cara.

     —Ah... y otra cosa.

     —Dime.

     —¿Quién es la chica del pelo azul?

【Paraguas 3】☂ RiLenWhere stories live. Discover now