Capítulo 13

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Me aparté junto con Rin, siempre con mis brazos por delante de ella para intentar protegerla. Mis huesos dolían como si se hubieran convertido en polvo. Inicié la curación rápida mientras aún luchaba por respirar.

Teto impactó en la superficie. Su aura era escalofriante. Sus ojos brillaban con mucha intensidad, sus colmillos salivantes asomaban en su boca y sus puños parecían listos para la pelea. La lluvia comenzó a caer repentinamente. Para cuando la oji-rojo iba a disponerse a dar un paso, la peliazul de dos coletas se posiciona entre ella y nosotros, usando sus brazos de barrera.

     —¡¡No les hagas daño!!

     —¡Miku! —grita Rin, preocupada.

     —Los iba a dejar en paz, pero desde que han aparecido no han parado de darme problemas. Voy a deshacerme de ellos.

     —¡¡No!!

Teto hizo caso omiso a las palabras de Miku. Corre rápidamente hacia ella y hace crecer sus uñas, alcanzando a clavarlas y arañar con fuerza, pero no era sangre lo que brotaba de aquellos cortes. Rin había alcanzado a posicionarse frente a la pelimarina. Miraba fijamente a la pelirroja con una expresión seria. Sus cortes se curaron rápidamente gracias a sus poderes.

     —No puedo entender vuestra relación. Una humana preocupándose por vampiros y unos vampiros protegiendo a una humana. Deberíais tener vergüenza.

     —Miku es alguien muy importante en mi vida. Ella siempre me ha tratado bien a pesar de que la gente me ha dado de lado. Nadie quería estar conmigo porque soy muy sincera, seria y directa. Me han dicho que mi forma de ser no era normal, que preferir la soledad y los días lluviosos no estaba bien. Que tenía que hacer esto o lo otro para ser más como los demás. Sin embargo, Miku nunca ha intentado cambiarme. Ella me quiere por cómo soy. Si no puedes entender eso, no es mi problema, pero voy a protegerla de ti y de cualquiera que intente hacerle daño.

La de dos taladros en su cabeza permanecía con los brazos cruzados escuchando a la rubia. Pasaron algunos cortos segundos en silencio mientras apretaba el ceño.

     —Suficiente. Me habéis cansado.

Aquellas palabras fueron las últimas que pronunció la vampira pelirroja antes de desaparecer volando en el cielo. Eran altas horas de la noche, seguía lloviendo con fuerza y el cuerpo de Miku temblaba por el frío. Casi no podía mantenerse en pie por el peso de su pelo. Rin la abrazó. Yo me sumé.

     —Gracias por venir a salvarme —dijo entre lágrimas.

     —Te salvaremos las veces que hagan falta —le responde la rubia, acariciando su cabellera.

[ . . . ]

La campana de clases sonó y los alumnos se dirigían a sus respectivos clubes, o en su ausencia, a sus hogares. La peli-cian estaba terminando de meter en su carpeta todos los papeles amontonados que tenía sobre su pupitre. Parecía algo acelerada mientras se dirigía hacia la puerta del aula.

     —Miku, ¿no quieres esperarnos y te acompañanos a tu casa? —pregunta Rin.

     —No hace falta. IA y ONE están abajo, las he invitado a comer. ¡Hasta mañana!

Dicho aquello, solo la adolescente de rubios cabellos y yo nos quedamos en la estancia. Ella se acerca a la ventana y sigue con la mirada a la peliazul, quien se encuentra con las dos chicas en la puerta de entrada y luego van caminando juntas mientras parecían conversar con mucha alegría. Los ojos turquesa de Rin no se despegan de ellas tres, hasta que no puede seguirlas más y desaparecen.

     —Ahora que lo pienso... hace bastante tiempo que no quedamos todos juntos. IA y ONE no están enteradas de todo lo que ha pasado. ¿Crees que Miku les dirá algo? —le pregunté.

     —No lo sé. ¿Sería algo malo que lo hiciera?

La voz de Rin sonaba algo dudosa, no tenía la rotundidad y sinceridad de siempre. La miré de reojo, y su rostro tampoco era el mismo. Seguía mirando al mismo punto, incluso si ya se habían ido. Un semblante melancólico acompañaba el cuerpo de la adolescente.

     —Rin, no recuerdas a IA y a ONE, ¿verdad?

Sus iris tiemblan y baja su mano del alféizar donde estaba apoyada. Me mira, y luego de nuevo al paisaje.

     —No.

Un sentimiento amargo invadió mi cuerpo. Un flashback en forma de pesadilla apareció. Recordé cuando Rin perdió la memoria y al único al que no recordaba era a mí. Aquello fue algo horrible que ocurrió por culpa de mi padre. Aunque ya era algo del pasado, la posibilidad de que volviera a pasar seguía ahí.

Rin empezó olvidando fechas de cosas importantes o frases sin mucha importancia que ella u otras personas habían dicho, pero ahora había olvidado algo más, a dos de sus amigas. Combinado con el desmayo del otro día, ya era algo muy grave.

     —No te preocupes, conseguiré ser como antes. Los adultos están buscando una solución, ¿recuerdas?

     —¿Pero y si no la encuentran? ¿Y si...?

¿Y si te olvidas de mí?

Cerré mis puños, temblando. Odiaba a Teto más que nunca por hacer aquello.

     —La encontrarán. Rana es una enfermera súper inteligente, y su madre tiene más de mil quinientos años de experiencia. Ambas saben mucho sobre vampiros. Seguro que algo pueden hacer.

     —Eso espero... —Hice una pausa—. Si te olvidas de mí, intentaré enamorarte de nuevo, así que por favor, no me odies.

     —Bueno... Al principio lo hacía, pero solo un poquito.

Ambos dejamos salir algunas risas y comenzamos a limpiar la clase de una buena vez, que por eso estábamos allí, intentando olvidar ese tema, aunque en el fondo fuera imposible.

【Paraguas 3】☂ RiLenWhere stories live. Discover now