YOU HATE ME...? ; Tom Kaulitz.

CAPÍTULO 5.

Era viernes, último día que iba a ese lugar, al menos tendré dos días sin verlo, pero eso no quitaba el hecho de que no sabía como lo iba a enfrentar hoy sin morirme de la vergüenza que sentía por lo de ayer.

Saliendo del departamento, sin desayunar, no estaba acostumbrada a hacerlo, aparte no había mucha comida para mí y evitaba hacerlo por mis inseguridades provocadas por mi madre.

Llegue un poco mareada al lugar, creo que estaba haciendo efecto el no cuidarme. Al llegar toque la puerta, esperando a que me abriera, no tardo ni 10 segundos que se abriera está, dejando ver a ese hombre con trenzas, ropa grande y su piercing que lo hacía ver más atractivo de lo que ya era, empezaba a preocuparme lo que estaba empezando a sentir por ese hombre que más odiaba.

"¿Puedo pasar?" Pregunte un poco nerviosa.

Él se movió a un lado para dejarme entrar, dándome el pase.

Entre sin mas palabras. Decidí poner mi mochila a un rincón para empezar a recoger, quería acabar lo antes posible.

"Hazme un café." Pidió ronco.

"Creí que no quería que le hiciera nada." Solté un poco bajo.

"No me importa lo que haya dicho, solo obedece." Alzó un poco la voz.

"¿Negro?" Pregunte seria.

"Si." Respondió grave.

"¿Cuántas cucharadas de azúcar?" Volví a preguntar, se me estaba haciendo un poco extraño el que no me haya insultado desde que llegue.

"Ninguna."

Sin más rodeos se lo hice para llevárselo donde él estaba, sentado en una de las sillas de la barra, observando lo qué hacía, no me había dado cuenta hasta que volteé, me sentía demasiado incomoda.

"Dame tu número." Habló mirandome a los ojos.

"¿Para qué?" Pregunte nerviosa.

"Mierda... ¿para qué más quiero tu número? Trabajas aqui, lo necesito para darte avisos por si se llega a intervenir algo, no seas idiota." Soltó ronco y serio.

"No tengo mi celular, lo perdí y no creo que sea necesario dárselo."

Extendió la mano con mi celular en ella, yo solo lo vi un poco dudosa de por qué lo tenía él.

"¿Por qué traes mi celular, Tom?" Pregunte con las cejas arqueadas.

"Ayer lo dejaste, en mi cama." Lo dijo sonriendo de lado.

Por un momento se me había olvidado toda la mierda qué había pasado ayer. Me puse un poco enrojecida ante eso, le arrebate mi celular y me volteé un poco para que no me viera, solo pude escuchar una pequeña risa. Le di mi número y él lo agrego sin pensarlo, antes de que pudiera decirle que cual era el suyo, tocaron la puerta, Tom se dirigió hacia ella, al parecer había encargado comida. Al cerrar la puerta, volvió hacia donde estaba antes y yo solo me dirigí a empezar a recoger.

"Siéntate, encargue mucha comida." Soltó con su voz un poco más suave.

No sabia lo que pasaba, que le pasaba, nunca me había tratado con más amabilidad, parecía otra persona.

"No gracias. No tengo hambre." Decía antes de volver a moverme.

"No te pregunte si tenias o no. Te vez tan jodida y pareces un esqueleto, y es de mala educación rechazar comida." Habló grave sin dejar de verme.

"Si vamos a hablar de educación claramente tú no eres el indicado", pense. Sin decir nada tomé asiento. Realmente me sorprendía un poco su comportamiento, estaba muy tranquilo.