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No era una buena idea, Che lo sabía. Interferir en el trabajo de Kim jamás podría serlo. Simplemente no pudo evitarlo. Y menos desde que Porsche comenzó a estar en contra de él.

-No entiendo por qué tienes que ir con él.

-Solo quiero hacerlo, Hia. No es un crimen salir a divertirse de vez en cuando, ¿O sí?

-No, jamás he dicho lo contrario. Pero, ¿por qué quieres ir con Kim?

-Compartimos el auto todo el tiempo, vamos a la misma universidad y... parece que es el único que no me trata como un niño. Inevitablemente nos llevamos bien.

-Che, Kim no es una persona a la que quieres tener como amigo. -Porsche se puso de pie, antes de decir otra cosa, se distrajo con su celular. -Tengo que irme, hablaremos de esto más tarde.

«O nunca» pensó Che el verlo hablar por teléfono.

Che ya había perdido la cuenta de cuántas veces escuchó a su hermano decir eso en los últimos meses. Siempre quedaba en hablar con él cuando estuviese desocupado pero lo que menos hacía era ver a Che, ocupaba su tiempo en Kinn y eso estaba bien.

Porsche crió a Che para que fuera bastante autosuficiente, después de todo, ellos tenían que arreglárselas solos. Cuando llegaran de la escuela el almuerzo no estaría listo y servido para ellos; nadie acomodaría sus camas; o lavaria su ropa.

Su tío había ayudado suficiente, lo justo y necesario cuando necesitaban un adulto. Inevitablemente tuvieron que crecer con rapidez. Especialmente, Porsche. Su miedo más grande era que lo alejaran de su hermano, así que se esforzó por hacer lo mejor.

Ser un adolescente y pretender ser un padre no es fácil. Porsche hizo lo que pudo, pero Che había crecido demasiado en los últimos meses, era estúpido pensar que podía controlar lo que hacía.

Ahora Kim apareció para llevar a su hermano por caminos que Porsche no podía controlar. Más allá de sus celos su preocupación era verídica y justificada.

-Sé que piensas en Kim cómo una plaga -dijo Kinn más tarde esa noche-, pero no tienes nada de que preocuparte, cuidará de él. Lo sabes.

-Jamás he dicho lo contrario. Solo me preocupa que haga sus sandeces delante de mi hermano, no tiene la mejor fama después de todo.

-Kim de adolescente no fue exactamente un ser muy respetable, sin embargo, eso ha quedado en la pasado. Su conducta a mejorado mucho en los últimos años.

-Ha estado aislado, Kinn. En realidad no puedes saber que es lo que hace. De los tres hermanos, él es el más reservado. Siempre se ha comentado entre los guardaespaldas lo extraño que es su actitud.

-Kim creció y se aisló bastante de este tipo de vida, él quería algo más normal y mi padre se lo concedió. Tiene cierto favoritismo hacia él, ya sabes... por ser el menor y todo eso. La verdad es que me gusta tenerlo cerca, se siento como si volviese a tener a mi hermano.

Porsche no dijo nada más. No quería seguir incordiando a Kinn. No le gustaba el tipo, ni un poco, pero era su hermano y recordaba lo triste que sonó Kinn cuando le comentó que s veces sentido que no tenía otro hermano aparte de Khun, de cómo le afecta el alejamiento de Kim.

Tal vez la llegada de Kim a la familia podía ser algo bueno.

*

A Kim no le gustaban esos pantalones. Tenían que ser un invento de Khun, como todas las nuevas prendas que había visto en Che desde que se mudó. Ni siquiera sabía cómo había aceptado todo aquello, Khun tuvo que haberlo acorralado para que aceptara ese cambio.

Empecemos Otra Vez (Kimporchay) Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu