23 - Te quiero, Eddie

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Viernes 25 Octubre 1985

La semana pasó sin mayores altercados. Tommy recibió la orden de alejamiento de la policía y otra amenaza de Steve de que ni se le ocurriera ponerle una mano encima a Isabella, peor todavía, que ni se le ocurriera mirarla. Y Tommy es mucho de hablar y poco actuar en cuanto se le encaran, así que por suerte se acobardó y no volvió a acercarse a Isabella.

A pesar de que Max estaba algo distante por la depresión que sufría al arrastrar el trauma de ver morir a su hermano entre sus brazos; Isabella estuvo toda la semana intentando estar con ella y charlar con ella al menos media hora cada día. Solo quería entenderla y ayudarla a superarlo, al menos ahora que ella podía ya que seguía, por suerte, sin recordar la muerte de Billy.

Al separarse de Neil, Susan y Max tuvieron que mudarse al parque de caravanas ya que no podían permitirse pagar la casa en la que vivían. Isabella les ayudó con la mudanza y en todo lo que pudo y Susan le estuvo muy agradecida por ella además de alegrarse de que se acordara de ellas.

Al terminar la mudanza, Susan le dio una caja a Isabella llena de cosas de Billy, pensando que tal vez eso la ayudaría más a recordarle. Isabella se lo agradeció y se la quedó, pero por ahora no la iba abrir, no sabía si estaba preparada para recordar su muerte y tenía miedo de que esos objetos le llevaran a ello. Por ahora estaba triste, pero feliz a la vez, de solo recordar los momentos bonitos junto a él.

Así que prefirió guardarla y abrirla más adelante, cuando ya hubiera asimilado un poco más sus recuerdos y hubiera intentado prepararse mentalmente para lo que se le venía a partir de lo que le habían contadl de cómo supuestamente fue la muerte de Billy.

Eddie, por su parte, a pesar de decirse una y otra vez a sí mismo que le echara valor e intentara que Isabella volviera a su lado; no se movió de tercio y siguió hablando lo menos posible con ella durante toda la semana. Incluso durante la mudanza de Max, siendo vecino Eddie de ella; él intentaba no salir cuando sabía que Isabella rondaba por allí para no tener que cruzarse con ella.

El viernes pasó igual que el resto de la semana, Eddie seguía mirándola desde la lejanía, y Nancy y Robin estaban más encima de Isabella de lo normal después del altercado con Tommy. Por mucho que ella les dijera que no se preocuparan que no se volvería a acercarse a ella, sus dos amigas no podían evitar estar algo preocupadas.

A la hora del almuerzo, Nancy se fue con sus compañeros del periódico a comer e Isabella se quedó con Robin. Aunque intentaba ignorar las miradas que le lanzaba Eddie desde su mesa, el cual no era para nada disimulado, no podía evitar sentir una chispa de electricidad recorriendo su cuerpo cada vez que sus miradas se cruzaban.


— ¿Cuándo piensas pedirle una cita? —Robin la sacó de sus pensamientos.

— ¿Qué? —respondió ella confusa.

— No te hagas la loca White. Si estás enamorada de él, ¿porqué no le pides una cita y os dejáis de miraditas? —repitió la rubia.

— Dejaré de contaros las cosas a ti y a Steve, sois un par de marujas —dijo Isabella poniendo los ojos en blanco y Robin no pudo evitar reírse—. No le voy a pedir ninguna cita. Las veces que ha pasado algo entre nosotros ha sido porqué yo he tomado la iniciativa y encima después he tenido que aguantar que me rechace —dio un mordisco a su manzana—. Además, está con Emma, paso de meterme en medio de eso porqué esa chica está loca y a la mínima que me despiste me apuñala.

— ¡Hala! ¡Que exagerada eres mujer! —Robin se llevó una mano a la boca para evitar explotar en una carcajada.

— No, no, de exagerada nada. Esa chica no está bien de la cabeza, de verdad te lo digo. Y Eddie más idiota que vuelve con ella —añadió.

Stay with me | Eddie Munson [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora