Capitulo 2: Por la puerta

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-Todo eso quiere decir que puedo sacarte de aquí.

Tras pronunciar esas palabras, la expresión de Sasuke le puso los pelos de punta. ¿Estaba realmente haciendo lo correcto al liberarle? No, definitivamente no era lo correcto. Pero hasta ese momento, hacer lo correcto sólo la había conducido a perder a sus seres queridos. ¿De qué le había servido a Tsunade hacer lo correcto?, ¿o a Kakashi?, ¿o al hermano de Sasuke? Sólo les había servido para perder todo lo que amaban, para quedarse solos.

Soltar a Sasuke era como liberar una plaga sobre el mundo ninja. Era como un ángel de la muerte, arrasaría con todo a la más mínima oportunidad sin que nada pudiera controlarlo. Dejarlo en libertad sabiendo lo que podía hacer no era justo y lo sabía. Pero ella ya se había cansado de ser justa, si ser egoísta y cargar con ello en su conciencia era el precio a pagar, entonces así sería.

-Ayúdame a encontrar a Naruto y yo te sacaré de esa celda y te daré todos los documentos para que puedas destruir al consejo de Konoha -dijo Sakura apretando los barrotes de tal forma que sus nudillos se volvieron blancos por la fuerza que ejercía.

-Pareces muy segura de que necesito tu ayuda -replicó Sasuke evasivamente. Por supuesto no iba a rechazar de pleno aquella inesperada oportunidad, pero tampoco pensaba lanzarse al vacío como un desesperado confiando en Sakura ciegamente. Después de todo, era ella quien había ido a pedirle ayuda, no al revés.

-Bueno, oí que te capturaron sin gastar un solo kunai -comentó Sakura con toda la intención de provocarle-. Teniendo en cuenta eso, me parece probable que necesites que te eche una mano.

Lo que más deseaba Sasuke en ese momento era poder echarle una mano al cuello a ella, lo único que la salvaba de ello era la descarga que sabía que recibiría si tocaba los barrotes. Aunque tenía que admitir que su captura había sido tan patética como si hubiera tropezado con su propio pie.

-Mi captura no fue más que un inmerecido golpe de suerte -siseó Sasuke-. Esa explosión me pilló desprevenido, lo admito. Pero, ¿sabes por qué estaba allí? ¿Por qué tan cerca?

-... -La mirada de Sakura vaciló ante la crueldad que mostraba la media sonrisa del Uchiha.

-Me dirigía al lugar en el que estabais vosotros, con una única intención. Matar a Naruto -dijo con satisfacción al notar cómo la pelirrosa hinchaba las fosas nasales y apretaba los dientes-. Iba a matar al mismo que ahora tú me propones salvar ¿Por qué crees que querría aceptarlo?

-Porque si no jamás saldrás de este lugar -contestó Sakura fríamente-. Ahora mismo, mientras hablamos, los Kages de las aldeas están decidiendo si te matan o dejan que te pudras en esta celda. Y te aseguro que ahí afuera, nadie va a mover un dedo por ayudarte. Y tú tampoco pareces en condiciones de ayudarte a ti mismo ¿no? -concluyó la pelirrosa evidenciando su estado.

Touché.

Apenas podía mantenerse en pie por la pierna que tenía rota, la herida de su frente tampoco tenía buen aspecto a pesar de haber dejado de sangrar, tenía las muñecas en carne viva por los grilletes que le habían puesto al capturarle, y los antebrazos llenos de arañazos al haber intentado liberarse de las barritas negras que controlaban su chakra.

-Hmp -gruñó Sasuke con una mueca de disgusto-. Parece que ambos tenemos algo que el otro quiere.

-Parece que sí -reiteró Sakura.

Sasuke estrechó los ojos tratando de averiguar qué había tras todo aquello. No podía evitar la sensación de que algo se le escapaba. Al ayudarle, Sakura estaría traicionando a Konoha y a la Alianza ninja a la que pertenecía. ¿Tan unida estaba a Naruto como para renunciar a todo sólo por salvarle? Hmp. Es posible que así fuera, después de todo, incluso había tratado de matarle a él para evitar que ese idiota se pusiera en peligro. Lo que había sido a todas luces algo muy cercano al suicidio.

El albedrio de los condenadosWhere stories live. Discover now