Prólogo

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Alguna vez oí a Lola aconsejándome como una excelente mejor amiga, "besa sin enamorarte", decía, pero mi dislexia lo confundió todo, y yo me terminé enamorando sin siquiera besarte. A menos no con los labios, todo el mundo sabe que la mirada siempre besa primero.

Tenía tantas reglas para mí, Athenea... Y las rompí a todas por tí. Benedetti no se equivocó para nada, todo lo que me hiciste sentir sin siquiera ponerme un dedo encima, eso es admirable.

Si tan sólo me hubieras amado tanto como yo te amaba, quizás hoy seguiríamos juntas.

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¡Hola a todo el mundo!, Aquí Alice de nuevo, y he vuelto con una nueva historia para ustedes. Espero que puedan disfrutarla, que les sirva para despejar la mente y recargar las fuerzas del corazón. Lo cierto es que no estaba planeado escribir "Secretos de una Jurisprudencia Desdibujada", pero sucedió algo que me llevó nuevamente a ese estado en que mi corazón necesitaba gritar a los cuatro vientos lo hermoso que es y sabe amar.

Quiero aclarar dos cosas:

Primero, aunque el prólogo parezca terriblemente desalentador, les juro que hay un buen final, que va a tardar en llegar, sí. Personalmente, odio los finales abiertos e infelices y, obviamente, no le voy a hacer eso a mi historia, así que tranquilos.
Segundo, prometo corregir errores ortográficos con el paso del tiempo y ni bien finalice la historia.

Disfrútenla mucho, comenten por favorrr (que amo leer sus opiniones), y voten.
Sean felices y... ¡A leer!

Ah, también aviso que no me hago cargo de las sesiones de terapia, hacer llorar al lector is my passionnn.

Atte. Alice L. Clark
🤎.

Secretos de una jurisprudencia desdibujadaWhere stories live. Discover now