Capítulo 17

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«¡Gracias por tomar el test de catorce de febrero, esperamos que los resultados sean de tu agrado! Los resultados se ordenan automáticamente, tómalo en cuenta para pedirle una cita hoy mismo

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«¡Gracias por tomar el test de catorce de febrero, esperamos que los resultados sean de tu agrado! Los resultados se ordenan automáticamente, tómalo en cuenta para pedirle una cita hoy mismo.

Andrés Salazar: 96% de compatibilidad

Cristóbal Hurtado: 79% de compatibilidad

Sebastián Aguirre: 58% de compatibilidad

¡Esperamos disfrutes el día del cariño con tu cita ideal!

Atte, el comité de actividades.»

Releí cerca de cinco veces los resultados que había arrojado mi test. Lo más seguro era que la app se había arruinado. ¿De dónde rayos sacaba que mi cita ideal era Andrés Salazar?

—¿Es decir que tu cita ideal es Andrés?

Cristina había llegado a mi casa veinte minutos después de que llamé a su casa, mientras tenía un ataque de pánico debido a los resultados del test. Ella me dijo que Fernando había cancelado su cita.

—Yo digo que le gustas —espetó.

Volteé a verla como si se hubiera vuelto loca.

—¿A Andy?

—Claro —bufó— A ti también te gusta ¿No? Hasta lo llamas Andy.

—Estás loca, ¿Eso qué tiene que ver?

—Solo sus amigos lo llaman así —aseguró.

Instintivamente mis ojos fueron hacia la caja de bombones que Andy me había regalado en el autobús, y la cual había dejado en el escritorio de mi cuarto.

—¿Te los dió él? —mi amiga se aventuró a tomar la caja y me robó un par de bombones— Es obvio que me gustas —dijo, sin inmutarse que tuviera la boca llena.

—No porque me regale algo significa que le gusto —dije, arrebatándole la caja de bombones recelosa.

—¿A ti no te gusta ni un poco? —la mirada pícara de mi amiga me hizo lanzar un suspiro de fastidio.

—¡Pero por supuesto que no!

—Pero ha estado pegado a ti como chicle estos días.

—Eso no quiere decir que me guste —puntualicé.

Ella regresó su vista a mi laptop y siguió indagando en mis resultados de compatibilidad.

—¿Y quién es ese último chico? —Cristina tomó la laptop y la acercó a su regazo.

No tenía ni idea de quién era ese último chico de la lista, pero tampoco me importaba. Estaba más ocupada pensando en que había tenido un noventa y seis perfecto con un chico que no me gustaba.

—Ni idea —dije, restándole importancia— ¿Cuáles fueron tus resultados?

Cristina volteó la vista hacia otro punto de la habitación y luego respondió:

Andy leyó mi diarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora