Capítulo 12

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Poco tiempo después entendí por qué se había formado ese agujero en mi estómago con tanta intensidad

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Poco tiempo después entendí por qué se había formado ese agujero en mi estómago con tanta intensidad. Lo entendí una vez estuve sentada en el asiento del copiloto al lado de mi madre, mientras el silencio nos rodeaba y ella conducía.

Le había bajado todo el volumen a la radio, lo cual solo podía indicar que estaba muy molesta, porque usualmente le gustaba escuchar la programación del medio día.

Cuando las clases se dieron por terminadas, ella seguía en el colegio con la directora, me dijo que por este día ella me llevaría a casa, aprovechando que podíamos regresar juntas a casa. Además sabía que era un momento perfecto para regañarme por lo que había sucedido, claro que eso último no me lo dijo.

¿Qué tanto le había contado la directora? ¿Le había dicho también lo que Andrés dijo? Aunque trataba de convencerme de que apenas le había dicho algo, en el fondo estaba segura de que no era así. Lo sabía porque en aquel momento era incapaz de dirigirme la mirada.

—No estoy molesta —fueron las primeras palabras que dejó salir.

—Claro que lo estás —respondí, con un tono leve en mis palabras.

—Solo estoy desconcertada —me corrigió en un instante—. No pensé que te comportarías de esa forma, ¿Sabes todos los riesgos que conlleva pelear en una piscina?

—¿Pero de qué riesgos hablas? —bufé.

—No me levantes la voz —en aquel momento, mi madre detuvo el carro en un semáforo en rojo, por lo cual volteó a mirarme— Sabes de lo que hablo, debiste actuar con más prudencia, pudieron haberse lastimado. Esperaba más de ti.

En realidad, Andrés sí se había lastimado. Además de la cachetada que le había dejado marca en el rostro, también se había hecho un raspón en el brazo, pero decidí omitir esa parte...

—Fue su culpa —traté de excusarme, pero ella me miró como si no entendiera— ¡Ay, mamá, es que no lo aguanto! ¡El menso ese es insoportable, se la pasa molestando todo el tiempo!

Muy al contrario de lo que esperaba, mi mamá me dio una sonrisa. ¿Le causaba gracia, acaso?

—¿Es nuevo ese niño? No lo habías mencionado antes.

—No es nuevo, pero está decidido a molestarme.

—En mis tiempos se decía que cuando un muchacho te molestaba era porque le gustabas —se rió, y yo hice una mueca de frustración.

Por ese tipo de comentarios no me animaba a decirle a mi mamá lo ocurrido con Daniel. Para ella, seguramente el que me molestara o acosara solo significaba que yo le gustaba. Es un pensamiento bastante tonto.

—¡No me digas esa tontería! —me quejé.

Ella volvió a alzar la mirada y siguió avanzando por la avenida, no sin antes regañarme. Como si no hubiera tenido suficiente con el regaño de la directora.

Andy leyó mi diarioजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें