Susi Villalba ama el chisme. La verdadera pregunta es ¿Quién no?
Ella tiene la costumbre de apuntar todos los chismes y secretos del colegio en su diario, o como ella prefiere llamarle «cuaderno personal»
Sus secretos parecen estar en peligro cuand...
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Una vez en el comité, Eleanor nos sorprendió reuniendo a todos los chicos en un mismo salón para tener una pequeña celebración.
—Me complace anunciarles que recaudamos más de mil pesos, chicos —después de que Eleanor hablara, varios chicos celebraron dando un grito al aire.
—Es mucho más de lo que recaudamos el año pasado —mencionó Jorge, emocionado.
—Será porque los bombones estaban exquisitos —alardeó Andy.
—Para mí fue un gusto dirigirlos en este día del cariño. De parte del comité de actividades a todos les fabricamos un regalo.
A pesar de que para el final del día, Eleanor lucía más desaliñada y cansada que nunca, aún seguía manteniendo ese porte de líder y jefa de grupo. Después de un par de segundos, una ayudante de Cupido entró en el salón de reuniones oficiales del comité. Ella y otra chica empezaron a repartir los regalos.
Eran pequeñas bolsas de papel craft con una moña color rojo. Me pregunté qué contenían hasta que una chica pelirroja me entregó la mía. Impaciente, rasgué la cinta adhesiva y observé dentro un llavero de un oso panda. En sus manos llevaba atado un corazón que decía «Feliz día del cariño»
Metí la mano en mi bolsillo, buscando mi celular. Tenía la intención de tomarle una foto y subirla a mis stories de insta. Pero bufé al recordar que mis papás tenían mi celular.
Rápidamente fui al locker donde había dejado mis cosas y coloqué el llavero en una de las ranuras de mi mochila. Después de limpiar el salón, Eleanor finalmente se despidió de todos y pudimos irnos. Éramos los únicos en el colegio, todos los demás habían pasado un día del cariño de ensueño, mientras nosotros nos habíamos quebrado la espalda para que eso fuera posible.
—¡Recuerden revisar sus resultados si todavía no lo han hecho! —exclamó Jorge antes de irse.
A lo lejos pude ver a Cristóbal, quien tomaba su mochila del locker y empezaba a caminar hacia la salida. Me sentí mal al no despedirme de él, pero me imaginé que él ni siquiera quería hablar conmigo después del escándalo con Jimena.
Quedé con Andy en la parada del autobús, ambos iríamos a mi casa para ver las películas que habíamos planificado. En mi cuarto, tenía toda una colección de CD's para ver las películas «a la antigua». Era una costumbre extraña que tenía, porque no me gustaban las plataformas de streaming. En mi opinión le quitaban todo el sabor a las películas.
Traté de ignorar por completo lo que había sucedido con Daniel, por más que el vendaje de mi muñeca me lo recordara, no quería ponerme mal de nuevo, así que desvié mi atención hacia otros asuntos.
Andy me dijo que iba a tardar porque tenía que limpiar el desastre que había quedado en la cocina. Pero que podía esperarlo en aquel asiento frío de metal de la parada del autobús. Después de nuestra conversación afuera de la enfermería me hizo prometer que al menos iba a pensar en hablar con el decano o con mis padres.
