Capítulo 11

144 21 9
                                    

Le di una amarga mirada de soslayo a mi acompañante

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Le di una amarga mirada de soslayo a mi acompañante. Aunque tenía demasiadas ganas de lanzarle un insulto ahí mismo, me contuve, puesto que estábamos en la oficina de la directora.

Mi cabello no dejaba de escurrir, a pesar de que ya llevaba bastante tiempo fuera del agua. Me giré levemente y vi el raspón que se había hecho Andrés con la orilla de la piscina.

Lo cierto es que ambos habíamos acabado en una situación bastante vergonzosa. En ese momento los dos estábamos esperando a que la directora nos diera nuestro castigo, mientras el resto de compañeros de clase se había quedado con las ganas de enterarse de todo el chisme.

—No me mires así —le reproché a Andrés, una vez sentí su mirada molesta sobre mí— ¡Si la culpa la tenés vos!

—¿En serio vas a seguir gritándome? —suspiró, tomando el puente de su nariz entre sus dedos con pesadez.

—¿Qué fue lo que sucedió? —la voz de la directora, aunque sonaba tranquila, también lo era intimidante y firme.

Mis padres no iban a estar para nada contentos cuando la directora los llamara para presentarse en su oficina. En verdad no quería molestarlos, justo ese día mi mamá estaba en el juzgado y mi papá estaba inaugurando sus clases de arte en preescolar.

—Ahorrémonos todo esto —habló Andrés, y volteé a verlo como si se hubiera vuelto loco—. Lo hecho, hecho está, solo queda que nos dé el castigo y llamar a nuestros padres, ¿No es así?

—En eso tiene razón, Salazar —respondió la directora Velásquez, elevando la voz—, pero también es verdad que necesito saber lo que sucede en esta institución, para enterarme cómo, cuándo y por qué se incumplen las normas —pasó su mirada en ambos, analizándonos como un feroz león antes de atacar—. El que dos estudiantes acaben en una pelea en la piscina durante el horario de clases, definitivamente es incumplir las normas.

¿Y el que un estudiante acose a las chicas de tercero básico no era incumplir las normas?

Estaba a punto de decirle algo como eso. Lo juro por Dios. Pero su mirada me intimidó y decidí callar.

Andrés y yo volteamos a vernos al mismo tiempo, pero en el segundo en el que sus ojos hicieron contacto con los míos, giré la cabeza abruptamente hacia el lado contrario. Si bien es cierto que no quería un castigo, tampoco quería que Andrés se saliera con la suya. En ese momento lo tenía en mi manos, podría decir la verdad, que es un chismoso y que todo era su culpa. Lo habría hecho de no ser porque el hijo de la directora estaba involucrado en el chisme.

—Así que se los repito nuevamente jóvenes, ¿Qué fue lo que pasó? —farfulló aquella mujer delante de nosotros.

Aquellas palabras solo me hicieron recordar cómo había iniciado todo. Ese día había acompañado a Eleanor a la biblioteca, fue ahí cuando me enteré de los chismes que se estaban diciendo de mí. Aunque no me esperaba que el autor de aquel invento fuera Andrés me meto en lo que no me importa Salazar.

Andy leyó mi diarioWhere stories live. Discover now