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Pov:Hacia una tarde tranquila en las tierras de Karmaland puesto que los héroes por fin habían terminado su trabajo, aunque un poco antes de lo esperado lo que era todo un milagro de los dioses, así que habían ido a sus casas a descansar un poco, ...

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Pov:
Hacia una tarde tranquila en las tierras de Karmaland puesto que los héroes por fin habían terminado su trabajo, aunque un poco antes de lo esperado lo que era todo un milagro de los dioses, así que habían ido a sus casas a descansar un poco, todos menos el menor del grupo.

Quackity se encontraba caminando por el extenso mercado del pueblo, ya que todos los héroes sabían que habían puesto a la venta bastantes cosas nuevas y quería ver de que se trataba, encontrándose varias que le servirían en un futuro o tal vez no.

Hasta que su mirar se topó con un puesto algo pequeño con muy bonitos colores de tonos pastel, este se encontraba un poco alejado de los demás lo que le hacía curiosidad sobre este, por lo que la curiosidad le gano y fue a ver que es lo que vendían, encontrándose que en esta sólo habían muy bonitos broches para el cabello.

Vendedora: --buenas tardes joven héroe.. ¿Que se le ofrece..? --.

La venderora era una señora de muy avanzada edad pues se le notaba que su cabello se torno completamente blanco por la edad, siendo atado en una pequeña cebolla, además de que su clara piel contaba con unas notorias arrugas.

Quackity: --muy buenas tardes a usted señora.. ¿Qué es esto? --.

Pregunto amablemente viendo unos cuantos de los broches que al parecer estaban hechos de pequeños pedazos de minerales, junto a una estructura de hierro que todo estaba cortado finamente, haciéndolos lucir hermosos a sus ojos.

Vendedora: --son pequeñas piezas que hago a mano.. las vendo para poder sobrevivir a estos tiempos tan difíciles ya que estoy completamente sola.. no tengo quien me ayude --.

Al escuchar eso al azabache le dio lástima la situación que tenía la señora mayor sintiendo empatía por ella ya que sabía lo que se siente el abandono, extrañamente para este, pues sentía que ya lo había experimentado en algún punto.
Así que sabia perfectamente el como se siente ser abandonado.

Por lo que quiso ayudar a la señora de gran manera, buscando en su inventario y mochila todo lo necesario para hacerlo, encontrando de puro milagro unos cuantos karmas de plata junto a muchos diamantes.
Agradeciendo que por una vez en su vida no limpiará su inventario.

Quackity: --¿A cuanto los da señito? Porque quiero uno --.

Le pregunto este de forma calmada teniendo una sonrisa en su cara en todo momento además de tener los karmas y diamantes a la mano, listos para ser cambiados.

Vendedora: --no es necesario joven.. puede llevarse el que quiera, tómelo como agradecimiento por protegernos.. --.

Le dijo la señora con una sonrisa negándose a cobrarle al joven héroe y Quackity solo se sorprendió por el gesto amable de la señora, pero el quería ayudarla y no iba a aceptar un no como respuesta, era y siempre sera demasiado terco.

Quackity: --¡No señito!, ¿Como cree..? Le voy a pagar como se debe --.

La mayor seguía insistiendo con lo mismo pero Quackity tampoco le daba tregua, tanto así que ambos estuvieron discutiendo por algunos minutos hasta que al final Quackity le propuso comprar varias cosas a presio.de mayoreo haci le ayudaba y el se quedaba con los broches.

♡~¡Quackity My Love!~♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora